¿No habrás ido de fiesta?

Por Sonsoles Fernández Day

Una madre llama por teléfono a su hijo que se encuentra de fiesta con sus amigos. Están bebiendo, fuman, no llevan mascarillas y no guardan distancia. ‘Hijo, la abuela está muy mal, tiene Covid. No sabemos cómo lo cogió si todos hemos tenido mucho cuidado. ¿Tú no habrás ido de fiesta? No creo que pase de esta noche. Ten mucho cuidado.’ El chico empieza mintiendo, contesta que está estudiando en casa de su amigo, para después quedarse sin palabras.

Se trata de ‘+ 1’ del director Willy Suárez, el corto ganador del concurso de micro-cine “Compromiso en 60 segundos” organizado por Cultura Inquieta. Un cortometraje capaz de resumir en un minuto la angustia, la pena y la preocupación de unos y la falta de responsabilidad y la estupidez, por qué no decirlo, de otros, en medio de esta situación que estamos viviendo. Las bases del concurso eran sencillas, vídeos de una duración máxima de 60 segundos y que muestren la necesidad de ser responsables, como dicen ellos, en la lucha contra la maldita Covid-19.

Pues sí, maldita sea la Covid y todo lo que nos está pasando.

Dicen los psicólogos que la actual pandemia es un evento estresante y de tipo traumático, debido a que existe una amenaza real a la propia vida y a la de terceros, a la reducción del contacto social que es fundamental para el bienestar emocional, la incertidumbre y sensación de pérdida de control y, finalmente, la interrupción de planes y proyectos. No se puede resumir mejor la maldita pandemia. Ataca a la salud y a la vida, limita las tan necesarias relaciones sociales, no tenemos ni puta idea de lo que nos puede pasar mañana y todo lo programado se ha ido a la mierda. En este mismo tono y resumido en dos palabras: Estamos jodidos.

Dejando aparte a los señores políticos y las decisiones que toman o no tomaron a tiempo, hoy les voy a dar un descanso, y al hecho de que ahora se hacen test que antes no se hacían, lo cierto es que los casos de positivos en Covid-19 aumentan por miles en España cada día que pasa. Esta semana tenemos 20.325 pacientes ingresados por coronavirus en toda España, de los que 2.786 dependen de un respirador en una UCI. En Guadalajara hay 83 ingresados con coronavirus, 15 intubados, y son 2 los fallecidos en las últimas 24 horas en nuestra provincia. Aunque no sean los datos de marzo, siguen siendo demasiados, porque lo deseable es que no haya ninguno.

Como ya escribí cuando todo esto empezaba, estos datos no son solo números o estadísticas, son personas. Son padres, madres, abuelos, amigos. Personas queridas con nombres y apellidos que no volveremos a ver.

A pesar de los tristes hechos, de los datos, del cansancio por el confinamiento que tuvimos y el reconfinamiento, aunque sea parcial, perimetral o lo que se inventen, al que nos enfrentamos. A pesar de la falta de libertad y de vida social que cada uno lleva como puede. A pesar de los pronósticos de que todo esto va para largo, aún tenemos que apelar a la responsabilidad ciudadana, especialmente a los jóvenes.

Es normal que los jóvenes sean los que peor lleven las restricciones, porque en su edad va implícita la rebeldía. A nadie le gusta que le encierren y menos aún con tus padres. Ellos saben que, si bien no son inmunes a la Covid-19, la mayoría lo pasaran sin apenas síntomas. Un par de días de fiebre, a veces ni eso, y a la calle de nuevo, y ahora con anticuerpos son los reyes del mambo. Pero amigo, el tiempo que estuvieron incubando el virus, eran bombas de contagio y no lo sabían. Esa es la responsabilidad que les exigimos.

El fin de semana pasado, puente de Todos los Santos y no puente de Halloween, como escuché para mi asombro varias veces en televisión, la policía tuvo que intervenir innumerables fiestas clandestinas, botellones y locales abiertos fuera del horario permitido. ¿Estamos tontos o qué? Todos tenemos ganas de irnos de fiesta, pero no es el momento. Queridos jóvenes, estamos en crisis y toca ser solidario, que la gente se muere. Y si quieren ser egoístas, que piensen en la Navidad, que nos quedan cuatro días.

Otra historia es la de los que quemaron contenedores, destrozaron escaparates o saquearon tiendas. No hay rebeldía en sus actos, es delincuencia. Se definen como grupos anti-sistema y así justifican su violencia. A esa gentuza les diría que si no les gusta vivir en sociedad se pueden ir a trabajar al campo y a repoblar zonas vacías, que falta hace. Si no te gusta el mundo en el que has nacido, no te lo cargues y te quedes sin nada. Espabila y crea algo mejor.

Y el que se quiera quejar que se haga bloguero. Les cedo mi jueves, que yo estoy agotada.

Por ahora no habrá confinamiento domiciliario. El Ministerio de Sanidad da un plazo de tiempo de dos o tres semanas para esperar a ver los resultados de las medidas que están tomando las Comunidades Autónomas, el toque de queda y los cierres perimetrales. Si no somos responsables ahora, nos encierran de nuevo en breve.  Nos espera una Navidad muy diferente, como todo el 2020, pero sigo queriendo celebrarla. Ojalá que no nos la perdamos del todo.

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