Vivienda precintada tras ser desalojada en Cabanillas. Foto//SER Guadalajara
Por Sonsoles Fernández Day
El grave problema de la ocupación ilegal de la vivienda en España está resultando difícil de solucionar. Los intereses y las diferencias entre el Gobierno y sus socios, PSOE y Unidas Podemos, y la oposición, PP y VOX, no permiten que se pongan de acuerdo en este asunto. Como en ningún otro, pero este debería mirarse por encima de las tendencias políticas, más allá de las ideologías. Hablamos de mafias, delincuencia y abusos. Mientras se pelean o se ignoran los de arriba, los municipios que lo sufren día a día, siguen reclamando una ley justa que beneficie al propietario, buscan la manera de solucionarlo por sí mismos, unen fuerzas ante un enemigo cada vez más agresivo.
Araceli Hidalgo. Su nombre ya es familiar y, hasta el pasado lunes, lo asociábamos junto con su imagen a la esperanza. El comienzo de la solución frente al reto más importante al que ha tenido que hacer frente la raza humana a lo largo del presente siglo. La lucha contra una pandemia que ha condicionado la vida del ser humano a nivel global y también local. La afable anciana nonagenaria se convirtió en noticia sin quererlo, al ser la elegida para recibir la primera vacuna en nuestro país, un hecho convertido en todo un acontecimiento televisado desde su lugar de residencia en Los Olmos.
Algo parece que se mueve. Lo cierto es que desde fuera de Teruel no sabemos muy bien si su movimiento reivindicativo que culminó en el Parlamento español con la representación de Teruel Existe sirvió para conseguir algo más que ser noticia en los medios de comunicación nacionales. Hay, nada más y nada menos, que 30 provincias españolas afectadas por lo que se ha dado en llamar laEspaña Vaciada. Sus problemas son evidentes y queda muy bien la clase política cuando llegan las elecciones y no dudan en apoyar a pies juntillas todas sus reivindicaciones para igualar a su escasa población al resto de las zonas más pobladas y mejor atendidas. Luego pasa el tiempo y los pueblos vuelven a su languidez habitual de hace ya unas décadas.
Ahora se abre otro hilo de esperanza. Los colectivos que representan a este sector (160 en total) se están organizando y comienzan a tomar decisiones importantes que pueden llevarles a alcanzar grandes logros cara al futuro. Hasta un total de 70 estuvieron recientemente presentes en la III Asamblea General de la España Vaciada. La conclusión principal es que ya piensan en concurrir a las próximas citas electorales para salvaguardar los intereses de las zonas más abandonadas del país. Será la “fórmula más adecuada para trabajar por el reequilibrio territorial y luchar contra la despoblación“, apuntan. En este sentido, se basan en los artículos 138 y 139 de la Constitución, que hablan de desarrollo equilibrado y del principio de igualdad entre los españoles. Estas agrupaciones aseguran que “la vía de participación electoral está siendo reclamada por muchos ciudadanos, en muchos territorios, que sienten la necesidad de dar este paso decisivo”.
Las inclemencias meteorológicas ponen en evidencia la fragilidad de los pequeños núcleos de población. Foto: Nacho Abascal
Tarea complicada, según se nos antoja, tal y como van las cosas en nuestro país. Y, más, después de tantos años de lucha en saco roto. Si bien, los movimientos que se atisbaron en las últimas comparecencias electorales afloran ya con mayor ímpetu. Los gérmenes estaban creados y ejemplos como el de Teruel Existe anima a estos grupos a llegar más a fondo. La idea de estar representados directamente donde se toman las decisiones, y no solamente a través de otros partidos, sino con una formación de sello propio, puede resultar interesante y no sería raro que alcanzasen los objetivos marcados de antemano, aunque ahora se vislumbren lejanos. Acertar con la vía adecuada no es sencillo. Lo que está claro es que el avance logrado con la visualización general de sus problemas ha supuesto pocos avances para estos territorios. Fue el 31 de marzo de 2019 en Madrid cuando la coordinadora de la España Vaciada se conoció un poco más con una gran manifestación. Después, ha seguido trabajando intensamente con la idea de concienciar sobre la necesidad de revertir los desequilibrios territoriales. Y, consideran que la sociedad ha aumentado su interés por estas dificultades que viven las zonas donde menos gente vive.
Ritmos distintos En Guadalajara bien conocemos las dos velocidades diferentes de la parte del Corredor del Henares y la de las zonas despobladas de la Sierra Norte, del Señorío de Molina de Aragón o de la propia Alcarria. Aquí también las administraciones se han olvidado de los ‘menos numerosos’ –en buena medida, por puro egoísmo en la cantidad de votos a cosechar–. Algo que estiman como “un maltrato y un abandono histórico”. Estamos hablando de una provincia con 288 municipios y muchos más núcleos de población, una de las mayores en este aspecto. Ello supone que alcance zonas con una bajísima densidad de población. Allí no hay conexiones adecuadas para el uso de internet, las coberturas telefónicas no llegan a la totalidad del territorio –ni siquiera con las compañías punteras–, el transporte público casi no existe o las inversiones en infraestructuras decaen sobremanera. Y, ya si aparece alguna Filomena, no es que no llegue la fruta, la carne o el pescado, sino que algo tan básico como el pan puede estar varios días sin suministrarse. Además, hay municipios muy pequeños que gravan escandalosamente con impuestos como el IBI a quienes poseen inmuebles en sus términos, lo cual es ya el acabose –y hay ejemplos flagrantes y obscenos al respecto–. La falta de rentabilidad económica y en votos hace que esto siga como está durante años y años. Por eso, se reclaman desde trenes convencionales, como es el caso de Priego en Cuenca, hasta la vía rápida por carretera entre Alcolea del Pinar y Monreal del Campo, en Guadalajara y parte de Teruel, por poner sólo dos cercanos.
Estos colectivos son de origen muy diverso, aunque unidos por objetivos comunes y están convencidos de que la unidad de acción, junto a sus firmes convicciones, pueden conseguir el futuro que desean para el mundo rural. Hay una sintonía clara entre ellos, de ahí que la presencia institucional “va a ser la única forma de encauzar las soluciones, incluso para las pequeñas ciudades, empezando por lograr un Pacto de Estado por el reequilibrio territorial”. Y, es igualmente, evidente que uno de los principales retos de los españoles en estos tiempos es “enfrentar con rotundidad esos desequilibrios territoriales”.
En Teruel una fuerza política de estas características fue la más votada en su provincia, consiguiendo un diputado y dos senadores. Por tanto, la España Vaciada considera que “es necesario estar presentes en las instituciones para tener capacidad de influencia en las medidas políticas que nos afectan”. Bien harían otras formaciones con tener en cuenta este movimiento, pues, de seguir por los actuales derroteros, la presencia en los ámbitos de estos nuevos moradores podría dar el vuelco electoral en muchas provincias. Son pocos, pero unidos, pueden dar más de un susto a los partidos tradicionales y a los de más reciente creación.
Ciertamente, que, como bien dicen ellos, “es el momento de avanzar con decisión para empezar a resolver, de manera urgente, el grave problema de la despoblación y de los desequilibrios”. Reiteran que trabajarán para “definir la forma más adecuada de encauzar esta nueva estrategia, apostando, como siempre, por el diálogo y el consenso entre todos”. En la última toma de contacto, en la que participaron 28 de estos colectivos y plataformas, se aclaró que “deben seguir con su identidad y trabajo, siendo el cauce de participación para recoger la sensibilidad y los problemas de los habitantes de los territorios, así como para trasladar sus demandas y propuestas a las instituciones”.
Razón no les falta. Esperemos que sigan organizándose en tan loables tareas y cuenten con el apoyo general que necesitan. España no tendrá así las dos diferentes versiones de que, en una parte, por desgracia, hace gala Guadalajara.
«¿Y ahora que no funciona el ordenador te mando los pacientes a informática o qué?» Esta frase la escuché varias veces de algunos médicos del hospital durante mi etapa de técnico de microinformática, algunas enfermeras incluso amenazaban con cosas como «ya pasarás por aquí a pincharte…» cuando no conseguías reparar la impresora de la consulta por falta de recambios.
Qué conocen los guadalajareños de su historia reciente. Tal vez que la provincia fue algo así como el coto privado del Conde de Romanones en tiempos de Alfonso XIII. Tal vez incluso que el movimiento obrero fue especialmente activo aquí en las primeras décadas del siglo pasado. Seguramente que durante la Guerra Civil hubo una batalla que lleva el nombre de la ciudad pero de la que conocen pocos o ningún dato porque no lo estudiaron en el colegio, porque nadie habla de ello… porque a quién le importa tanto tiempo después pese a que se trata de nuestro propio pasado. A lo largo de esta semana han tenido lugar unas jornadas culturales auspiciadas por el Ayuntamiento de Guadalajara en las que por vez primera se ha puesto un poco de luz entre tanta oscuridad histórica, especialmente en la relacionada con la lucha antifascista, la dictadura y el exilio. Memoria contra el olvido en el lado bueno de la Historia.
Fotografía de Jesús Ropero expuesta estos días en el Buero Vallejo, que recoge el momento del traslado de la estatuta de Franco de la Plaza Mayor a la Plaza de Beladíez en 1985.
Hasta el 21 de octubre puede visitarse en la sala de exposiciones del Teatro Auditorio Buero Vallejo la muestra de fotoperiodismo con la que Jesús Ropero se despide de la primera línea. Durante los últimos 40 años ha recogido con su cámara los testimonios visuales de algunos de los acontecimientos más importantes que se han producido en la provincia. La capacidad de disparar en ese segundo en el que la realidad habla por sí sola, sin necesidad de palabras, está reservada solo a unos cuantos talentosos del objetivo entre los que se encuentra el que hasta hace poco ha sido el fotógrafo del Ayuntamiento de Guadalajara.
Un buen grupo de vecinos de Horche, un municipio que se encuentra a escasos 14 kilómetros de Guadalajara, se manifestaba el pasado sábado 18 de septiembre en Madrid ante el Congreso de los Diputados. Cansados de la inseguridad que se vive en el pueblo, la asociación vecinal que han llamado Defiende Horche se unía a la Plataforma Nacional de Afectados por la Ocupación, para pedir un cambio en la ley que frene las ocupaciones y que defienda los derechos de los propietarios. Han conseguido que se hable de ellos y que se cuente su historia en varios programas de televisión y en medios escritos nacionales. Y su historia no es otra que la desesperación de un pueblo de 2.500 habitantes en el que hay hasta 200 ocupas, y que sufre el miedo a las mafias, amenazas, robos, tráfico de drogas y agresiones.
Que Guadalajara es una ciudad con un eminente carácter deportivo no lo vamos a poner en cuestión ahora mismo. Las políticas, con sus luces y sombras, llevadas a cabo en las últimas décadas relacionadas con la promoción deportiva a nivel aficionado han ido dando sus frutos hasta el punto de que cualquier acontecimiento organizado en sus calles tiene una aceptación más que notable. El deporte se convirtió en una de las principales banderas del anterior equipo de Gobierno de la mano de su concejal, Eladio Freijo, que tomaba el testigo de un buen puñado de iniciativas ya encaminadas a proyectos que le permitieron incorporar a su gestión una base sólida de infraestructuras sobre las que sostener cualquiera de sus propias ideas.
Momento de la salida en el Día de la Bicicleta. / Foto: Dirección General de Tráfico.Sigue leyendo →
Tirar la piedra y esconder la mano. Una técnica, de las más abominables que existen. Particularmente, la repudio. Y es que, es una carga infame de cinismo y cobardía. Sale ahora esto a colación tras rescatar unos escritos anónimos que recibíamos mi familia y yo hace unos años en mi pueblo. Han aparecido rebuscando papeles antiguos, pero que ni estaban ya en nuestra memoria. Ya se sabe que “nohay mayor desprecio que no hacer aprecio” y que lo negativo se olvida antes, en general, que lo positivo que nos ocurre en la vida.
Jaime Migallón con la medalla de oro en el Campeonato de España. Vía: Sportmedia.
El atleta alcarreño, de 18 años, comenzará su cuarta temporada como atleta. En las tres anteriores obtuvo el subcampeonato regional en 1.000 metros, la medalla de oro en el Campeonato de España sub-18 en 5.000 metros y un meritorio octavo puesto en el Campeonato de Europa sub-20.