La política de las pequeñas cosas

Por Gloria Magro.

Hará por lo menos seis años, si no es más, que un técnico municipal decidió que el lugar idóneo para colocar un panel luminoso con las plazas en los aparcamientos urbanos de Guadalajara era delante de la ventana de nuestros vecinos y no un poco más allá, donde no molestaría a nadie. Desde entonces, a la hora de dormir disfrutan muy a su pesar de iluminación tipo Feria de Abril en Sevilla. El efecto disuasorio ante posibles incursiones nocturnas no deseadas en la parcela de estos adosados es innegable, pero a buen seguro quien aprobó la ubicación del poste luminoso no estaba pensando en eso. Es la política de las pequeñas cosas, esas que acaban teniendo un gran impacto en los guadalajareños y también mucha presencia en las redes sociales.

En la plaza de Santo Domingo sucede algo parecido, solo que allí la contaminación no es lumínica, sino sonora. Los vecinos llevan años quejándose del ruido que hacen los respiraderos del parking cada vez que pasa un coche por encima… cada minuto del día, todos los días del año. Es evidente que quien los instaló no pensó que los respiraderos al con el tiempo acabarían siendo una tortura china. Según los residentes en el edificio, los técnicos no acaban de dar con una solución definitiva así que las quejas continúan. Un problema menor que causa un gran ruido, también en las redes, y que pone el foco de atención en algo que debería haberse resuelto definitivamente hace años.

Nos acercamos al último tramo de la actual legislatura y los proyectos de envergadura que condicionarán la Guadalajara del futuro continúan en ejecución. El Hospital cuenta los días para migrar a sus nuevas instalaciones, los trabajos en el Campus Universitario de Las Cristinas, avanzan y el nudo de comunicaciones sobre el puente árabe del río Henares empieza a revelar por fin su trazado, mientras que en el Auditorio de Aguas Vivas, prosiguen los trabajos para revertir los muchos años de auténtico abandono. Las grandes obras de la ciudad progresan y pronto habrá nuevas infraestructuras fruto de inversiones cuantiosas y muy necesarias. Sin embargo, en la rotonda de acceso a la calle Buenafuente desde Julián Besteiro, hace meses que falta un gran trozo de barandilla -daño colateral de un accidente-, sin que nadie se haya ocupado de reponerla. No es la primera vez; cada vez que un coche colisiona y se la lleva por delante, el hueco permanece durante meses, bien visible. Algunas veces han sido años.

Los foros de la ciudad de Guadalajara están llenos de ejemplos como éste, de carencias en el mobiliario urbano, en los parques y jardines; de alcorques vacíos y solitarios a la espera de un árbol al que acoger, de aceras necesitadas de un buen repaso… mil y un ejemplos que ponen de relieve la importancia que tiene para los vecinos el mantenimiento de la ciudad en sus pequeños detalles estéticos y a veces también prácticos. En Facebook y Twitter se alerta del estado de los locales comerciales vacíos en lugares emblemáticos, de los efectos perniciosos de la sobreabundancia de palomas, de cualquier desperfecto que haya en el punto más alejado o céntrico de Guadalajara.

En muchas ocasiones se pide poner remedio a situaciones enquistadas, como es la presencia de solares, pero en otras se ofrecen propuestas que buscan mejoras objetivas, como las que piden una intervención artística en las medianerías que se erigen solitarias por todo el casco histórico, en línea con lo que se hace en otras ciudades de España. Son llamadas de atención sobre puntos a mejorar, a reparar o a sustituir, según el caso.

Las imágenes ponen el foco en cada detalle y es evidente que resulta mucho más rentable remar a favor de este viento que remar en contra, especialmente a un año vista de las próximas elecciones municipales. El servicio de basuras era el que hasta hace un tiempo más comentarios negativos y más imágenes de impacto generaba y sin embargo, esas críticas han desparecido prácticamente de los grupos donde se debate la actualidad local y el estado diario de la ciudad, tal vez debido a la implementación de nuevas medidas desde la Concejalía de Limpieza. Todo queda registrado, sobreexpuesto, denunciado, a la espera de que el edil correspondiente lo considere prioritario y corra a solventarlo, o al menos así lo consideran los denunciantes, cuando la realidad marca que los tiempos de la administración local no son los de las redes, inmediatos.

En estas denuncias es cuando resulta más que evidente que el Ayuntamiento adolece de una falta crónica de trabajadores, fruto de varias legislaturas consecutivas de recortes de personal o jubilaciones no sustituidas, lo que viene a ser lo mismo. Volver a dotar las plantillas no resulta un proceso inmediato, como sería de desear. Una de las soluciones por las que se ha optado es por incrementar las brigadas municipales utilizando los Planes Municipales de Empleo.

Este mes de mayo se ha anunciado la incorporación de 300 trabajadores temporales dentro de estos programas puestos en marcha con apoyo del Gobierno regional, con una inversión aproximada de 2,6 millones de euros. Se trata del Programa +52, que aúna la inserción social con la formación, según el concejal de Empleo, Santiago Baeza. El concejal de Deportes, Evaristo Olcina, cree que no solo se da una oportunidad laboral a estos trabajadores, sino que su experiencia previa y también su edad, marcan la diferencia y aportan valor a las concejalías, como está sucediendo en la suya.

Basta un vistazo a la web del Ayuntamiento de Guadalajara para ver que en los últimos meses se ha disparado la contratación de personal, desde el cementerio, a los jardines o los oficios. Por otro lado, el Ayuntamiento ha aprobado una modificación de crédito de cuatro millones de euros que en parte también irán destinados a infraestructuras, de ellos 300.000 euros para aceras y pavimentación. La concejal delegada de Hacienda, Lucía de Luz, afirmaba estos días que «Guadalajara está mas viva que nunca, con decenas de programas innovadores, acciones de calle, apoyos a quien mas lo necesitan», y que se están cumpliendo los objetivos que se marcó en su día el equipo municipal.

Y es cierto, los guadalajareños aprecian y valoran los proyectos puestos en marcha, el gran impuso cultural en esta legislatura, a la que le ha costado coger el ritmo por cuestiones meramente administrativas. Hace unos días se presentó la nueva oficina de atención ciudadana de la Policía Local en el barrio de Los Manantiales, que cumple una de las grandes demandas de los vecinos de la zona. Y los próximos grandes proyectos ya han sido anunciados: un nuevo centro de salud en Los Valles que de servicio a los nuevos desarrollos urbanos del norte de la ciudad, así como a las pedanías, y un gran aparcamiento soterrado junto al Instituto Brianda del Mendoza, por no citar la nueva sede de las Colecciones del Museo del Prado en el Palacio del Infantado y la inversión a futuro que lleva aparejada.

Pero a un año vista de las próximas elecciones municipales no todo depende de ese tipo de proyectos de alcance en los que convergen varias administraciones, algo que llevábamos muchas legislaturas sin ver en Guadalajara, sobre todo porque la última vez que las tres grandes instituciones estuvieron en manos de un mismo partido, a partir de 2011, los recortes fueron la tónica durante los siguientes cuatro años. Cuando se retomaron las inversiones, una legislatura después -con cargo a los Fondos europeos EDUSI-, el anterior equipo popular acabó perdiendo la alcaldía después de haber invertido millones de euros en configurar una ciudad a su medida, la Guadalajara del hormigón tal y como hoy la conocemos. Fue sin duda una oportunidad perdida.

Desastres notorios como el fallido carril bici es evidente que no ayudaron, y las carencias de mantenimiento actuales de la que se quejan muchos seguramente tampoco beneficiarán al actual equipo socialista y de Ciudadanos. Mantener y mejorar el entorno urbano puede marcar la diferencia; es la política de las pequeñas cosas, la que puede dar grandes resultados y no solo en las urnas o en las redes sociales, también en la vida diaria de los vecinos de la ciudad.

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1 comentario en “La política de las pequeñas cosas

  1. Yo lo único que sé es que la ciudad está más sucia y con más mierda que nunca, y eso que era difícil, que el centro de la ciudad está muerto (da pena pasear incluso los fines de semana) y con más solares que hace unos años, que toda la gente que venía antes por los eventos deportivos y daban vida ya no vienen y que no se conoce ningún proyecto del equipo de Gobierno, más allá de llevar las ferias al centro. Que todo esto le viene grande a Rojo y su cuadrilla es algo manifiesto. Ni programa ni nada. Cero ideas. Tenemos la misma ciudad cutre y encima ahora con más mierda. Improvisación tras improvisación que dejan patente la ineptitud de todos los concejales. El alcalde ni está, no lo ha estado nunca, ni se le espera y ha dejado el volante a una señora que además de no caer bien no tiene ni idea de gestionar. A ello se suma los concejalillos de Ciudadanos que van mendigando alguna foto a sabiendas que lo que les queda es una cuenta atrás antes de que la gente les envíe dónde políticamente se merecen, es decir a su desaparición. Mientras tanto, el PP desarmado y esperando lo que decida un señor de Albacete que no tiene ni pajolera idea y que es el mejor aliado de Page para que se perpetúe. Vaya panorama.

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