Por Mario del Amo

Domingo 9 de octubre de 2022, el CD Guadalajara disputa la sexta jornada del grupo V de Segunda RFEF, contra la UD Melilla, en el Estadio Pedro Escartín. El objetivo de Óscar (@photogronard) captó una instantánea que podemos calificar como histórica. Javier Ranz (04/03/2004, Guadalajara) viste, en el partido del primer equipo masculino, la camiseta de María de la Roja Barrios, jugadora del ‘Dépor’ femenino ‘A’.
Alexia Putellas, Jennifer Hermoso, Aitana Bonmatí, Irene Paredes o ‘Mapi’ León, entre muchas otras, son algunos de los nombres más representativos del fútbol femenino español, el espejo y el reflejo de muchas niñas, que compran sus camisetas para portarlas, posteriormente, en los partidos del FC Barcelona o de la selección española.
Pero la realidad en Castilla La Mancha es otra, y muy diferente a lo que acontece en la Comunidad de Madrid o en Cataluña. Muchos menos equipos, referentes y, en parte, menor afición. Pero aún hay esperanza, porque algo está cambiando.
Domingo 9 de octubre de 2022, el CD Guadalajara disputa la sexta jornada del grupo V de Segunda RFEF, contra la UD Melilla, en el Estadio Pedro Escartín. El objetivo de Óscar (@photogronard) captó una instantánea que podemos calificar como histórica. Javier Ranz (04/03/2004, Guadalajara) viste, en el partido del primer equipo masculino, la camiseta de María de la Roja Barrios, jugadora del CD Guadalajara femenino ‘A’.
Cabe la posibilidad de que esta haya sido la primera y única ocasión en la provincia de Guadalajara en la que un aficionado porta, en el partido de un equipo masculino, la elástica de una jugadora femenina, sin ser parientes ni conocidos.
“Yo lo flipé, la verdad, porque le vi también en nuestro partido, con la camiseta ,cuando estaba en la grada y, de repente, le veo y digo: ‘Pero bueno’. El año pasado vino a vernos a todos los partidos. Se ha comprado mi camiseta, yo flipé, la verdad. Me parece alucinante que una persona se gaste los 50 euros que vale la camiseta y, encima, se la compre con mi nombre”, indica María Barrios, la dorsal número ‘9’ en el CD Guadalajara ‘A’.
“Sin palabras”, continúa Barrios, en relación al instante en el que observó la imagen. “Tenía una cara de vergüenza que imagínate, cuando vi la foto pues fue alucinante, porque entre que el Pedro Escartín estaba llenísimo y, de repente, verle de espalda, rodeado de gente y con mi camiseta… Súper guay”, señala la alcarreña.
Javier Ranz es el otro protagonista de esta curiosa y fascinante historia. Suele acudir a ver los partidos del ‘Dépor’, tanto del masculino como del femenino, siempre que puede. “Quería hacerle un pequeño detalle, empecé a seguir al equipo femenino el año pasado y María es de las jugadoras que más me gusta. A nivel de estilo de juego y por cómo es tanto dentro como fuera del campo sí diría que es de las mejores del equipo”, añade el joven.
Con respecto a la epicidad de la imagen y de la historia, Ranz, un habitual en las gradas del Pedro Escartín y del Jerónimo de la Morena, no ha “visto a casi nadie” con camisetas en las que se muestre el nombre de alguna jugadora a su espalda. “Sí que habré visto a una o dos, cuando voy a ver los partidos del femenino. Pero suelen ser familiares”, recalca.
Esta escena histórica, para María Barrios, “tardará mucho en repetirse, desgraciadamente”.
“Comprarte una camiseta del equipo de tu ciudad cuesta dinero, la gente se las suele poner con su propio nombre y ponerse el nombre de una del femenino me parece bastante complicado. Pero, oye, aquí está la confirmación de que estamos haciendo las cosas bien”, comenta la delantera.
Transformación enérgica del fútbol femenil en los últimos años
“A nivel nacional ha sido un ‘boom’ espectacular, sin precedentes, pero en Castilla -La Mancha se están haciendo las cosas bien. Pasas de estar con 20 años pagándote la ficha para jugar, la ropa y los viajes si me apuras a, ahora mismo, jugar porque me gusta, no tener que pagar por jugar… Por lo menos está un poco más reconocido y eso es algo que se ha conseguido poco a poco, no es cosa de dos días y la evolución es espectacular”, añade Barrios, que ha vivido en sus propias carnes el crecimiento del fútbol femenino en las últimas temporadas.
“Yo lo llevo siguiendo desde hace años”, indica Javier Ranz, por su parte, “empecé por las selecciones, yo aposté con los ojos cerrados y todo el mundo me decía que si estaba loco por apostar por el fútbol femenino, que no iba a tener futuro. Ahora, tal y como está creciendo, no me estoy arrepintiendo de haber apostado por el fútbol femenino”.
La primera de muchas. Esperemos que, en no mucho tiempo, se observen a más aficionados vistiendo las camisetas de los equipos de sus respectivas ciudades con los nombres de las jugadoras del club a sus espaldas. La epicidad de lo atípico: algo está cambiando.