Por Gloria Magro.

La vía de circunvalación desaparecerá, ampliando el perímetro de la plaza y alojando una nueva pérgola más moderna. El parque será transitable, con un nuevo pavimento y mejora en la zona arbórea. Foto: G.S.
El centro neurálgico de Guadalajara, la plaza de Santo Domingo, será sometido a una rehabilitación integral de espacios y reordenación viaria en un futuro próximo, si sale adelante el proyecto presentado por el equipo de Gobierno municipal para su financiación por los fondos europeos Next Generation. Esta propuesta enlaza con la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y el desarrollo del Plan del Casco Histórico, que supondrán “importantes obras de regeneración y mejora del entorno urbano”, en palabras del alcalde, Alberto Rojo.
Por poco más de dos millones de euros y con cargo en un 70 por ciento al instrumento económico excepcional de recuperación de la Unión Europea, como se denomina a esta línea de ayudas, Guadalajara podría modernizar la plaza más céntrica de la ciudad, el lugar donde convergen las principales vías urbanas de Guadalajara y el principal espacio público del centro histórico, junto con la plaza Mayor. Casi una hectárea de terreno que en la actualidad no solo se encuentra desactualizado, sino al que sucesivas remodelaciones en las últimas décadas han hecho perder entidad y sobre todo, utilidad.
El anteproyecto encargado por el Ayuntamiento de PSOE y Ciudadanos a un estudio de arquitectura con experiencia en intervenciones en cascos históricos como el Toledo contempla 22 intervenciones de calado que en la práctica supondrán la unificación de los espacios actualmente divididos, así como su renovación integral, poniendo la atención prioritaria en las necesidades de los viandantes. No obstante, se trata de un diseño no vinculante, sujeto a futuras modificaciones en el largo proceso de adjudicación que aún queda por delante.
El encargo municipal ha supuesto un desafío para los profesionales que han estudiado el entorno actual, dada la premura de los plazos impuestos. El diseño preliminar sobre el que una vez aprobada la financiación trabajará el Ayuntamiento contempla cambios de calado que antes de salir a concurso deberían de ser consensuados con los distintos actores implicados, desde vecinos a comerciantes.
En la actualidad, Santo Domingo integra una serie de espacios surgidos de la última intervención en 1992, cuando la obra del aparcamiento subterráneo municipal dio lugar a la renovación del trazado superior, con el pavimiento que conocemos, las fuentes y los diferentes accesos donde confluyen tráfico rodado y áreas peatonales. Basta con observar el uso actual que se le da a todo el área para percibir los problemas que presenta hoy la zona, con un acusado envejecimiento no solo de los materiales, sino también del entorno.

El acceso a La Carrera perdería un carril para ampliar y dar continuidad a la acera hacia La Concordia y la parada de autobús urbano. Foto: G.S.
Según el anteproyecto presentado, la nueva plaza será un espacio único y ampliado visualmente con una gran lámina de agua central transitable en sustitución de las actuales fuentes. Un nuevo espacio que podría tener múltiples usos aún por determinar y que en la práctica integrará como antaño la Iglesia de San Ginés y el parque donde se ubica la estatua del conde de Romanones. De llevarse a cabo, la estatua se prevé sea reubicada en la actual prolongación del paseo de Fernández Iparraguirre, lo que la dotaría de una nueva visibilidad, además de contribuir a su preservación al alejarla del arbolado y los excrementos de las aves.
Se estima que el nuevo espacio público presente un 9 por ciento menos de superficie para vehículos rodados y un 10 por ciento más para uso peatonal. Para ello se elevará el entorno actual a una misma rasante, nivelando los espacios y reordenando las vías de paso que allí confluyen. De este modo, los vehículos que transiten deberán moderar significativamente su velocidad. Esta ordenación significaría la vuelta actualizada al trazado original previo a 1992, cuando los coches pasaban junto a los soportales del Edificio España, en dirección a la travesía de Santo Domingo, solo que esa vía será de uso mixto -de coexistencia según la nueva denominación- y en la práctica una vía peatonal donde las personas tendrían la prioridad. El acceso a un área ZBE como es el casco histórico reducirá el tráfico en la medida de la nueva normativa municipal aún por determinar, disminuyendo el impacto del paso de vehículos. Esto significa también la integración de la actual vía de acceso que circunvala la plaza y la divide, dejando a un lado el parque. El ancho actual de esa vía corresponde al paso de los autobuses urbanos que desde la última reordenación de trayectos no transitan por allí. Una vez peatonalizada, esta zona acogerá una nueva pérgola paralela a la actual.
La nueva reordenación urbana afectará en gran medida a todas las aceras del área colindante, desde las que conectan Santo Domingo con el paseo de Iparraguirre en ambos sentidos, hasta las adyacentes bajo el IES Castilla en la calle Capitán Arenas y hacia la La Carrera e implicará una mejora y ampliación, además de modificaciones en su trazado que faciliten el tránsito de peatones.
En cuanto al parque centenario, los arquitectos de la empresa adjudicataria del anteproyecto consideran que en la actualidad está infrautilizado debido a su diseño decimonónico y la presencia de un mobiliario en la práctica inútil. Su propuesta pasa por hacerlo accesible e integrarlo en el nuevo entorno urbano, convirtiendo esa zona donde conviven las terrazas con el acceso depauperado a la calle de La Mina en un nuevo y ampliado lugar de tránsito entre el La Concordia y el acceso a la calle Mayor. El trabajo previo efectuado por los técnicos encargados del proyecto ha contemplado el censo de las especies arbóreas existentes y su propuesta pasa por rebajar las cepas de esos ejemplares a alcorques de última generación y drenables que permitan y aseguren la viabilidad de los árboles. Se prevé la plantación de al menos treinta ejemplares más, además de nuevos parterres en toda la plaza en sustitución de las vallas metálicas perimetrales.

Una lámina de agua transitable sustituiría a las actuales fuentes, con nueva iluminación y mobiliario urbano móvil. Foto: G.S.
Una nueva iluminación más actual y la introducción de mobiliario móvil según un diseño novedoso que incluiría grandes parterres concluirían las mejoras introducidas aquí explicadas a grandes trazos.
La remodelación de la plaza de Santo Domingo será sin duda una obra de gran calado pese a lo exiguo de su presupuesto. De salir adelante cambiará no solo el trazado urbano en el corazón de Guadalajara sino también la estética de la ciudad, adecuándola al presente y al futuro inmediato. Y sin embargo, esta adecuación no aparecía en ningún programa electoral pese a que a ojos de muchos vecinos era una de las necesidades más visibles de la ciudad.
La primera valoración del proyecto municipal la ha efectuado el concejal de UP-IU, José Morales, al señalar a El Hexágono de Guadalajara que «con el anuncio del alcalde de dedicarle a esto 2,5 millones de euros y a falta de seguir profundizando (en el proyecto) nos genera muchas dudas sobre si hace falta gastar ese dinero (ahí) aunque sea con fondos europeos»
El precedente más inmediato a una iniciativa de estas características estaría en los fondos del llamado Plan Zapatero, cuando Guadalajara captó 40 millones de euros que fueron invertidos por el anterior equipo municipal del Partido Popular en distintas infraestructuras.
En esta ocasión, la oportunidad surgió a finales del pasado verano, cuando se hizo pública la convocatoria de fondos europeos. En un tiempo récord, poco más de un mes, mediante un contrato menor a una empresa externa se ultimó el anteproyecto urbanístico, que de ser aprobado aún tendría por delante un largo camino administrativo hasta ser licitado y ejecutado. La fecha límite podría ser 2024, cuando el actual ejecutivo local ha anunciado que empezará a funcionar de forma paulatina la Zona de Bajas Emisiones, comprendida entre las calles Cuesta del Matadero, avenida del Ejército, plaza de España, barranco del Alamín, ingeniero Mariño, Ramón y Cajal, glorieta de Bejanque, La Carrera y Paseo del Doctor Fernández Iparraguirre. La confluencia de esta última calle con Santo Domingo dará sentido a la nueva ordenación viaria de la plaza.
Con todos los proyectos urbanísticos que modificarán el centro de Guadalajara ya en marcha, la viabilidad y ejecución de la obra de Santo Domingo será a medio o largo plazo, si es que el anteproyecto pasa el corte para su financiación e inicia la vía administrativa local. Sería la culminación en cierto modo de la conversión legal a la que obliga la nueva legislación europea de Zonas de Bajas Emisiones, «el cambio tranquilo y positivo» como lo ha definido el presidente de las cortes, Pablo Bellido, al valorar las propuestas que se van a ejecutar próximamente en la ciudad, en declaraciones a La Tribuna de Guadalajara.
El alcalde, Alberto Rojo, por su parte, al presentar la propuesta durante el debate de la ciudad, hace algunas semanas, dejaba claro que se trata de medidas progresivas y que “no significa que todo el centro de Guadalajara pase a ser zona peatonal, pero sí significa que sus calles se irán convirtiendo paulatinamente en calles de coexistencia con calzadas y aceras al mismo nivel y con limitaciones de circulación en función de la etiqueta medioambiental de cada vehículo, de las que estarán exentos los residentes”.
En este mismo sentido, en 2019 al inicio de la legislatura, el vicealcalde y concejal de Desarrollo Urbanístico e Infraestructuras, Rafael Pérez Borda, firmaba una carta con motivo del Día Mundial del Urbanismo en el que defendía «un urbanismo amable» que «tiene su reflejo en las políticas de comercio y servicios para ello es necesario contar con un diseño del espacio público que favorezca un tránsito peatonal para potenciar el comercio y la hostelería entre otros». En la misma misiva afirmaba que «los calificativos de nuestra ciudad vienen asociados palabras como dura, gris, áspera, hostil, etc. Esta impresión ciudadana tiene que ir cambiando poco a poco a través de los nuevos proyectos en los que el modelo de ciudad se transforme en más amable que promueva la relación entre las personas y los espacios en los que se desarrolla dejando atrás el viejo modelo de aislamiento de las ciudades tradicionales«.
La encrucijada de la plaza de Santo Domingo podría resolverse en la próxima legislatura. El anteproyecto de rehabilitación propone una renovación profunda de los usos y la estética del corazón mismo de Guadalajara, en línea con los nuevos planteamientos de arquitectura urbana que colocan al viandante en primer plano: aceras amplias y zonas de tránsito alineadas con el uso real que los peatones hacen de la plaza en un entorno urbano amable y verde que dejará atrás el hormigón. Sin duda unas premisas prometedoras que es de esperar acaben convertidas en realidad.
¿Y esta operación se va realizar antes de resolver el problema jurídico de la ineficacia del Plan General?
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¿Quién dice que el parque que rodea la estatua del Conde de Romanones no es accesible en este momento? Se puede mejorar la accesibilidad, el arbolado, el mobiliario urbano o el firme pero ahora mismo ya es completamente accesible. Que se den otra vuelta los técnicos que han hecho el proyecto!
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