La Universidad de Alcalá de Henares en Guadalajara

Por Sonia Jodra

El curso de los ríos ha sido un recurso literario que a lo largo de los siglos ha impulsado los símiles vitales más repetidos de la historia. La vinculación de nuestro desarrollo con el curso de los ríos resulta más potente de lo que imaginamos, hasta el punto de que en Guadalajara es el río que cruza la ciudad el que le da nombre, Wadi-l-Hiyara, y que ha determinado cuál es la Universidad que facilitará los estudios superiores a quienes elijan esta vía para buscar su futuro formativo. En la frontera de la Comunidad de Madrid y la Comunidad de Castilla-La Mancha los límites se difuminan. La Mancomunidad de Aguas del Sorbe lleva el agua de Guadalajara a los grifos de los vecinos de Alcalá de Henares y es la Universidad de Alcalá de Henares la que transforma a la chavalería guadalajareña en alumnado con formación superior.

El Consejo de Gobierno ha dado esta semana el visto bueno al contrato-programa entre la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) por importe de 64,4 millones de euros para que la institución académica desarrolle su actividad en el campus de Guadalajara durante el periodo 2022-2026. En virtud de este nuevo contrato programa se invertirán de media 13 millones de euros al año, incorporando una programación plurianual de los recursos a emplear para los gastos generales de la UAH a través de una transferencia nominativa, así como ampliando su oferta formativa desde el curso 2023-2024.

Actualmente, en Guadalajara estudian 3.500 alumnas y alumnos que se reparten entre la Escuela de Magisterio, el edificio multidepartamental de la Calle Cifuentes y algunos otros espacios complementarios . Traducción e Interpretación de Lenguas Modernas, ADE, Turismo, Arquitectura Técnica, Comunicación Audiovisual y Magisterio son las opciones que tienen estos estudiantes, cuyos lugares de origen se encuentran fundamentalmente en el Corredor del Henares. Sigue siendo el río el que marca la cohesión territorial en esta zona fronteriza en la que la línea de Cercanías ferroviarias, la A2 y, sobre todo, la gente han hecho que entre Meco y Azuqueca desaparezcan los límites entre comunidades autónomas, todo un ejemplo que debería dar que pensar en muchas acciones políticas. Para el nuevo campus que ya se está construyendo en el antiguo complejo de “Las Cristinas”, frente a la Estación de Autobuses, se contempla un proyecto que sin duda cambiará y mejorará el desarrollo de la ciudad de Guadalajara y de los municipios del entorno. Porque la Universidad no son solo sus edificios, la Universidad supone toda una industria de conocimiento capaz de transformar el territorio y generar oportunidades económicas, culturales y sociales. De momento, en lo que respecta a futuros grados universitarios del campus, solo están confirmados el de Logística y el de Ingeniería Biomédica, mientras que en las últimas semanas se ha empezado a hablar de la posible incorporación de Matemáticas y Computación a la oferta.

Los diferentes gobiernos regionales y equipos rectorales de la Universidad de Alcalá han sabido entender la pertinencia de que Guadalajara siga perteneciendo a esta universidad madrileña, saltándose así esa frontera imaginaria que nadie ve en el Corredor del Henares. Porque qué duda cabe que esta comarca guarda más rasgos identificativos comunes con sus vecinos madrileños más próximos que con otros territorios de la Comunidad de Castilla-La Mancha donde la labor de la Universidad de Castilla-La Mancha ha de desarrollarse de una manera específica.

En 1985 se firmó un convenio entre varios Ministerios, la Universidad, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares y la Diputación Provincial de Guadalajara en el que ya se indicaba cuál debía ser el papel que desempeñara la Universidad en el por entonces incipiente desarrollo del Corredor del Henares. “Se entiende que por razones de localización, demográficas, históricas y culturales, la Universidad de Alcalá puede ser un factor importante en el desarrollo económico del denominado «Corredor del Henares», se recoge en el convenio. En el que figura además que “la consolidación de la Universidad de Alcalá puede permitir asimismo la diversificación y descentralización de la oferta docente e investigadora en el centro de España, por poseer centros no sólo en el territorio de la Comunidad Autónoma de Madrid, sino también en la Provincia de Guadalajara integradas en la Universidad de Alcalá por la disposición adicional 2ª de la Ley 27/1982, de 30 de junio sobre creación de la Universidad Castellano-Manchega, que conforman un tercer «campus» de la Universidad de Alcalá que es necesario fortalecer”.

Hoy parece que el fortalecimiento del campus de Guadalajara es un hecho y cobran sentido los propósitos con los que se firmó aquel convenio hace ya más de 35 años. “La Universidad de Alcalá es una institución que es necesario potenciar porque ha demostrado en su segunda etapa tener las características idóneas para conformar un tipo de universidad no masificada, integrada en la sociedad de un área territorial en expansión demográfica con necesidades educativas crecientes, flexible y con capacidad de adaptación suficientes para responder al desafío que plantea una sociedad que cambia al tiempo que la ciencia y la técnica”.

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