Por Ana Belén Gutiérrez Puente

Antonio Machado recitó a los ríos, pero no escribió un poema al nuestro. Perteneciente a la cuenca hidrográfica del Tajo, el rio Henares es afluente por la izquierda del Río Jarama pero desde hace un tiempo parece que no está muy presente ya que las grandes fábricas que lo transitan han hecho que olvidemos su protagonismo. Muchos son los operarios de esos centros de trabajo que el Corredor no para de ver dar a luz, pero aunque aumentan los empleos, muchos denuncian su inestabilidad y ritmos de trabajo muy altos debido al incentivo de las horas extras.
Su nombre proviene de la palabra henar, que significa campo de heno, ya que antiguamente era el cultivo predilecto en esta cuenca. Pero mucho podría contarnos este rio a lo largo de su historia y de su transformación acelerada, que influyó mucho para que Guadalajara fuera una ciudad dormitorio. El escritor y filósofo Lev Tolstoj dijo una vez que “los seres humanos son como los ríos: el agua es igual por doquier, pero cada río tiene sus peculiaridades; puede ser estrecho, ancho, tranquilo, de rápido curso, agua limpia o turbia, fría o templada” y es cierto que las peculiaridades de este río, que desemboca en el Jarama, son variadas, ya que son sociales, culturales, económicas e históricas. Pero, además, laborales puesto que en su trayectoria se alberga uno de los focos principales industrial y logístico de Madrid.
El corredor del Henares ha dejado secar su rio en cantidades abismales para crear así una grande esplanada, pero de almacenes industriales. Desde que en los años cuarenta y cincuenta muchos habitantes de aldeas fueron trasladados a lo que sería su ribera, para trabajar y supuestamente mejorar la calidad de vida, cada año va sumando trabajadores de todas partes del mundo.
Lo que podría ser al principio un eje residencial, con el paso de los años, se ha convertido en empresarial puesto que ha desarrollado puestos de empleo para grandes multinacionales, como la sonada Xpo, con clientes de la talla de Inditex y la emprendedora Amazon.
Lo que era la vega del Henares, pudo disfrutar de la línea de ferrocarril que unía Madrid-Barcelona en sus inicios y que hacía más accesibles ciudades de paso como la nuestra. La inauguración de la estación de tren de nuestra ciudad aconteció el 2 de junio de 1859 cuando se abría por primera vez el tramo de la capital madrileña a Guadalajara. La duración aproximada del viaje en aquella época era de aproximadamente una hora y media y ello se debía por el calentamiento de las máquinas de vapor.
Con la llegada del ferrocarril también se ampliaba en la ciudad alcarreña la oferta laboral, este hecho supuso la llegada de una fábrica de automóviles en 1910 denominada La Hispano-Suiza, a la que le siguió la creación de un silo de cereales y la modificación urbanística de la zona entre el puente árabe y la estación de tren, que casualmente también se encuentra de obras con un nuevo proyecto para este comienzo de año. Todavía se puede observar el silo abandonado que caracteriza el paisaje próximo a la estación.
Pero lejos queda el recuerdo de su antigüedad, en cuya ribera se acostaban cuatro molinos harineros fluviales, que cambiaron su actividad por la modificación, también, de nuestros hábitos de vida. Ya que cada vez son más comunes nuestras compras por internet y, por tanto, se necesitan empresas que puedan almacenar tantos productos. Algo positivo es que en 2019, antes de la pandemia, existía un plan para proteger a este rio en el que se incluía revisar el régimen de caudales ambientales ante la manipulación del régimen hidrológico con fines agrícolas. Porque viene siendo necesario frenar las amenazas y salvaguardar su integridad ecológica.
Pero el corredor del Henares es mucho más que un área de creación de empleo a pesar de que se sigue necesitando personal sin parar, por ejemplo la Multinacional Exide Technologies, dedicada a fabricar y distribuir acumuladores y baterías para la automoción y maquinaria para industria, posee cinco instalaciones donde existe la posibilidad de incluso más de 1500 empleados. Los requisitos para este puesto requieren de experiencia previa y disponibilidad horaria y estudios en la rama técnica industrial, pero para acceder al puesto es tan sencillo como acceder al portal de empleo de dicha fábrica de Azuqueca de Henares. Una oferta muy tentadora que ofrece sueldos desde 1750 euros al mes.
Supuestamente las condiciones están en cumplimiento de la normativa de prevención y medio ambiente, pero en los tiempos que corren ya nada es creíble ya que quien crean estas normas realizan reuniones a las que viajan en aviones privados que contaminan más de lo establecido.
Pondremos nuestra fe en la naturaleza y dejaremos que el río fluya por la historia de la sociedad actual que no para de albergar en él su futuro.
Todo ese suelo está afecto a la infraestructura de interés general «Canal del Henares».
El suelo está especialmente protegido en Guadalajara y en Marchamalo.
El plan general no es eficaz.
Román dijo -ver acta plenario- que la recalificación de la Ciudad del transporte se había negociado en Toledo.
¿Vais pillando?
Y vosotros, guadalajareños, con la boca abierta.
¡Cuánto sometido!
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