El 15 de marzo de 2020 entró en vigor el estado de alarma y hoy, 56 días después, nuestras vidas son otras muy distintas a las que vivíamos entonces. Un día antes, mi mujer y yo caminamos varios kilómetros por una Guadalajara vacía, con calles llenas de eco y el miedo encerrado puertas adentro. Esa misma tarde se anunció el confinamiento y todo cambió: ¿será para siempre?
Soy especialista freelance en Marketing Digital y escribo todo tipo de textos para el entorno online de grandes empresas. Mi trabajo tiene un fondo de análisis y una cuchara sopera de escoger las palabras adecuadas. Eso sí, para lo que no suele haber espacio es para la opinión. Sigue leyendo →
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera // Foto: mapama.gob.es
Por Álvaro Nuño.
«¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre!» deben estar murmurando los vecinos de los municipios ribereños de los pantanos de la cabecera del Tajo. Las perspectivas de la temporada estival este año eran halagüeñas. Con Entrepeñas «disfrutando» de un 42% de su capacidad a comienzos de julio y el agua entrando generosamente por Trillo -el Ayuntamiento ha tenido que suspender dos veces sus populares «Vacas por el Tajo» por exceso de caudal-, en la zona se respiraba mucha más alegría que en años anteriores, puesto que agua significa visitantes, turismo, ingresos, desarrollo, empleo, vida en una zona castigada desde hace décadas por unas tuberías que se llevan todo eso a zonas mucho más prósperas de España, donde incluso se especula con el preciado elemento, privatizado en su destino de la costa levantina por el lobby de los regantes.
Es lunes y aún no ha salido el sol. El albañil va con prisas, o tal vez no. Está haciendo una reforma en El Casar y se ha dormido. O a lo mejor es un hombre tranquilo y conduce con prudencia, no lo sabemos. Esa mañana tiene mil cosas en la cabeza, o no tiene ninguna, tampoco eso lo sabemos. La carretera es tranquila, rural, las urbanizaciones tras los setos se congelan en los márgenes de la M-117, aún somnolientas a esas horas. De vez en cuando cruza un conejo. Pasan pocos coches y en dirección contraria, la gente madruga para ir a Madrid a trabajar. Acelera, ya queda poco para llegar. Al fondo se ve una marquesina de autobús. Entra un mensaje en su móvil y baja un momento la mirada para leerlo, está solo en la carretera, ni se lo piensa. O tal vez abre la guantera del coche para buscar algo, o mira por el retrovisor, quien sabe. Es un segundo, un mísero segundo el que deja de prestar atención, pero un impacto brutal rompe el cristal del Mercedes y un cuerpo cae desplazado en la cuneta, inerte. Y después el silencio. Sigue leyendo →
Imagen de la ciudad de Girona desde un puente sobre el río Onyar/Oñar. / FOTO: M.P
Por Míriam Pindado
Llevamos unas semanas en las que no se habla de otra cosa: ‘el desafío de Cataluña’, como predican los medios de comunicación de este país y del extranjero. Suelo leer la prensa diaria y ver los informativos en televisión y he de decir que todo lo que está pasando se me escapa de las manos. Pero no solo a mí, creo que también se le ha escapado de las manos al adalid Mas y a todos los que forman la ingobernable iniciativa Junts Pel Sí; a la mayoría de grupos parlamentarios de la Generalitat; al presidente del Gobierno de España y su equipo; a todos los que pisaron la Moncloa anteriormente; a los partidos de la oposición a nivel nacional; a los propios catalanes y, en suma, a todos los españoles.
Me apetecía escribir sobre el problema secesionista de Cataluña pero estaba esperando ese momento en el que se dilucidarían mis ideas…pero a día de hoy sigo sin entender cómo se ha llegado a este punto. De hecho, había empezado a escribir este artículo en forma de carta pero las cartas deben estar dirigidas y yo ya no sé a quién puedo dirigirme para presentar mis inquietudes respecto al llamado en portada ‘desafío catalán’. (Lo que nos gusta a los periodistas poner nombre a las cosas). Sigue leyendo →
¿Si tuvieras que escribir un “hexágono” de qué hablarías? Suelo hacer esta pregunta entre la gente de mi alrededor, porque reconozco que muchas veces no es fácil sentarse delante del ordenador y dar forma a este artículo, sobre todo después de dos años y medio sin faltar ni una solo día a mi cita de los jueves. A veces creo que los temas se me agotan y me pregunto si realmente estaré cumpliendo con esos fieles lectores que todas las semanas se asoman a este rincón que encabeza mi firma.
Sí, han pasado dos años y medio desde aquel 15 de agosto en el que dimos por inaugurado este hexágono y aún hoy, todavía me parece sorprendente constatar que alguien, quizá al otro lado del mundo, dedique unos minutos todos los jueves a leer lo que escribo. Quizá por eso hoy me he preguntado ¿qué contarían ellos si tuvieran la oportunidad de escribir un hexágono?
Creo que no éramos conscientes de que aquello, además de un modo de protestar por nuestra situación laboral, acabaría convirtiéndose en una profecía que se haría realidad. El periódico en el que trabajábamos daba sus últimos estertores y nosotros, en nuestra séptima jornada de huelga, nos adueñábamos de un pequeño rincón de la Plaza Santo Domingo, para colocar dos modestos murales con algunos de los recortes de prensa que costaron tantas y tantas horas de trabajo en aquella redacción del periódico EL DÍA de Guadalajara, situada en la cuesta del Matadero. El propósito de aquella acción era hacer partícipes a los guadalajareños de las noticias que no habrían visto la luz si no existiera aquel periódico y sin profesionales del Periodismo en activo, en un momento en el que era más que evidente el próximo cerrojazo de un diario, ya casi olvidado, y mientras contemplábamos, impotentes, la debacle de la prensa provincial.
Sinceramente, siempre he tenido la sensación de que aquello no importó demasiado a los vecinos de Guadalajara. El año pasado paré a tomar un café, por casualidad, en Cuenca y, en aquel bar, todavía se lamentaban del cierre del periódico “EL DÍA”. Pero claro, aquel era su diario de referencia, con una larga trayectoria histórica, y los conquenses estaban acostumbrados a que comprar el pan y el periódico fuera un mismo gesto.
Alguien podría decir, con razón, que en Guadalajara también tenemos un periódico de referencia con un largo recorrido, como es el caso del bisemanario “Nueva Alcarria”, cuyo primer número se publicaba el 15 de julio de 1939, pero hay que recordar que como diario su carrera no fue tan dilatada, sino más bien lo contrario. Paradójicamente, a pesar de la gran proliferación de periódicos de tirada diaria durante los tiempos de burbuja inmobiliaria, las convocatorias de prensa se seguían concentrando los jueves, porque la mayoría de los guadalajareños seguían acostumbrados a comprar el periódico los viernes. Lo decíamos entonces con bastante asiduidad: Guadalajara no es una provincia lectora de diarios, a pesar de haber sido cuna de un número considerable de periodistas, muchos de los cuales ahora han tenido que reinventarse profesionalmente o pasar a engrosan las listas del paro.
En aquellos días, al menos yo, no percibí que los vecinos de esta provincia sintieran ni un atisbo de indignación ante esta situación, como tampoco creo que entiendan lesionado su derecho a la información. Si acaso, sí, determinados colectivos, para los que el periodismo provincial era el principal altavoz a sus reivindicaciones y, supongo, que al menos políticos y gobernantes percibieron el notable descenso de cámaras y grabadoras en las convocatorias de prensa.
No en vano, el alcalde presentaba una suerte de periódico municipal, “30 Días”, como una alternativa al vacío que habían dejado los medios de comunicación y no por ello se ha notado especialmente un revuelo ciudadano ante el hecho de que se financie con dinero público lo que, a todas luces, más que un medio de información, se reduce a propaganda política. Tampoco creo que a nadie, más allá de los circuitos periodísticos, le parezca inmoral que este panfleto, que se publica con dinero de todos y que llega a todos los hogares, entre a competir con otros medios de comunicación independientes y con menores recursos de difusión, en el mercado publicitario.
También hemos visto como otras tendencias políticas de la oposición ponían en circulación sus propias publicaciones de tirada gratuita para salvar este vacío, como es el caso del periódico “La Calle”.
La crisis nos dejó una provincia sin diarios en papel -una vez cerró sus puertas «ELDIA de Guadalajara» y «Nueva Alcarria» tuvo que retroceder a su tradicional periodicidad bisemal- ; unos medios de comunicación “independientes” secuestrados, puesto que en gran medida su supervivencia depende de la publicidad institucional, y una serie de publicaciones interesadas, que deberíamos leer con cierta prudencia, pero para el grueso de la población, esto no importa demasiado, puesto que Nueva Alcarria sigue estando los lunes y los viernes en el quiosco de prensa y, además, puntualmente llega a su casa el “periódico” del Ayuntamiento “30 Días” y Guadanews.
De alguna manera, cuando dentro de nuestro programa de reivindicaciones decidíamos salir a la calle con aquellos recortes de prensa, nos anticipábamos a lo que iba a ocurrir. Puede que muchos vecinos no hayan notado la diferencia, pero yo echo de menos tener entre mis dedos, cada día, aquellos pliegos de papel gris, con olor a tinta y portada a todo color, que recogían la crónica de actualidad de la vida diaria de esta provincia. Añoro esos artículos a toda página con los que se trataba de pulsar la opinión de los vecinos sobre diversos temas de actualidad. Personalmente, me hubiera encantada tomar el café esta mañana leyendo una noticia sobre, por ejemplo, la opinión de los guadalajareños sobre el proceso independentista de Cataluña o sobre la aparición de Román en el programa “El Objetivo” de la Sexta, por hacer mención al fantástico artículo de ayer de mi compañero Rubén Madrid; profundizar en las historias de esas personas desheredadas por la crisis, que cada mañana ocupan las puertas de las iglesias y supermercados y casi todos los rincones de las calles más céntricas de la ciudad; leer las reivindicaciones de algunos de los colectivos de la provincia sin el filtro del comunicado de prensa, porque alguien se ha dignado a ponerles un micrófono o una grabadora; o que el periodismo regresase a los barrios de la capital o a los pueblos de la provincia, sin necesidad de que un político se haya dignado a hacer una visita con la intención de publicitar las obras que ha ejecutado allí su equipo de Gobierno o hacerse la foto de turno.
A menudo pienso en el testimonio social que darán las hemerotecas de estos años de quiebra del periodismo en nuestra provincia, en los que el análisis y la investigación brillan por su ausencia y en todas aquellas historias que se han quedado sin contar.
Aquel día, quisimos que los Guadalajara fuera consciente de las noticias que jamás hubieran visto la luz si aquel periódico, a punto de expirar, no hubiera existido. Ahora no hay siquiera quien se lamente de las historias que se han quedado sin voz.