
La construcción registra un nuevo impulso y con ella muchas pequeñas empresas locales vuelven a ver crecer su negocio. Foto: El Hexágono.
Por Gloria Magro.
Las grúas han vuelto a Guadalajara y la sonrisa a los labios de los agentes inmobiliarios, por no hablar de las constructoras locales, otra vez a pleno rendimiento o casi. Y con ellas, pintores, electricistas, empresas de muebles, decoración, cocinas y un largo etcétera. La construcción vuelve a tirar de la economía local después de una década de caída libre de los precios de la vivienda y desinterés casi absoluto de los compradores. Un largo y obligado parón una vez los bancos cerraron el grifo crediticio y que llevó aparejado la caída, como si de un frágil castillo de naipes se tratara, de todos los pequeños negocios de la provincia que vivían de un sector fundamental en nuestro modelo económico. Sin embargo, ahora todo parece indicar que el furor constructor y la fiebre por comprar o alquilar se ha desatado de nuevo. Aunque es pronto para saber en que punto se encuentra el mercado, no cabe duda de que la vivienda afronta el inicio de un nuevo ciclo expansivo y ya se habla de una nueva burbuja, esta vez en el mercado del alquiler, lo que es una novedad. Queda por ver si volveremos a recorrer el camino que condujo a la anterior debacle del sector o si por el contrario hemos aprendido algún tipo de lección, la que sea, y no se repetirán errores pasados. Sigue leyendo