Por Óscar Cuevas
Rien ne va plus. No va más. En la sede socialista de la Calle Madrid la bolita ha comenzado a girar, impulsada por el «crupier» Pablo Bellido, quien ha prometido limpieza y neutralidad en el proceso de elección del candidato del PSOE a la Alcaldía de Guadalajara. Rien ne va plus, digo. Ya no queda tiempo para más postulantes. Hay tres candidatos, y ahora todo está en manos de los militantes de la Agrupación Local de la capital. Son poco más de 300 los que tienen posibilidad de participar; bastantes menos que hace 4 años, cuando eran 376. Un síntoma del declive vivido por el PSOE en los últimos años.

El secretario rovincial, Pablo Bellido, se ha comprometido a mantener neutralidad // Foto: PSOE
Las que ahora comienzan serán -si se impone la lógica y al final se vota- las segundas Elecciones Primarias que vivirá el PSOE de Guadalajara para buscar candidato a la Alcaldía. Hagamos memoria. En 1999, cuando el partido aprobó este método de participación interna, el entonces secretario general, Jesús Alique, se encargó de impedir que su rival, Javier Irízar, consiguiera los avales necesarios. Lo hizo en base a acapararlos para sí, desde el control del partido, por lo que el proceso comenzó, pero al final no se votó. En 2003 ni siquiera hubo proceso, porque Bono dijo que el candidato era Alique sí o sí, que no quería Primarias en Guadalajara por nada del mundo, y nadie se atrevió a chistar. En 2007 tampoco hubo urnas, por una razón lógica: Alique se presentaba a la reelección, a la postre fracasada. Y en 2011, por fin, sí hubo urnas y votos. Fue cuando se enfrentaron Magdalena Valerio y Araceli Muñoz, con contundente victoria de la primera.
Al fin, para esta ocasión han mostrado su intención de presentarse tres pretendientes. Y si hace cuatro años la cosa fue un «mujer contra mujer», ahora todos ellos son hombres. Ignacio Andarias, Juan José Palacios y Daniel Jiménez son quienes pretenden llegar al día de la votación con su nombre inscrito en una papeleta.
Mi percepción inicial es que tanto Juanjo Palacios como Dani Jiménez tienen claras opciones de lograr los 61 avales de militantes que se precisan para ser candidato. El primero cuenta con el velado apoyo de la Dirección Provincial; y el segundo, con el de dos pesos pesados como Magdalena Valerio y María Antonia Pérez León. Mientras, Nacho Andarias lo tiene más difícil. El eterno aspirante lo ha intentado muchas veces, y nunca lo ha logrado. No obstante, hay que reseñar que Jiménez parte con una desventaja importante: Comunicó su intención de presentarse 24 horas después de iniciado el proceso, días después de que lo anunciara Palacios, y semanas después de que lo dijera Andarias. Y en una búsqueda de avales tan ajustada, 24 horas pueden jugarle una mala pasada a Jiménez. Sobre todo, si alguno de sus rivales trata de acaparar muchas más firmas de las precisas, por aquello de dificultar las cosas al rival. Veremos.

Ignacio Andarias, en su presentación como precandidato // Foto: PSOE
En un análisis político clásico, tirando del eje izquierda-derecha, se supone que Nacho Andarias es teóricamente el más rojo de los tres. De hecho, en la reciente elección del Secretario General apoyó públicamente al candidato Pérez Tapias, de Izquierda Socialista, corriente en la que el abogado alcarreño asegura también militar. Por contra, el teóricamente más a la derecha sería Jiménez, por cuanto apoyó a Pedro Sánchez. Y creo poder decir, aunque no lo afirmo con seguridad, que entrambos cabría colocar a Palacios, quien -por como respiran las cosas- creo que se decantó por Eduardo Madina.
Sin embargo, estos teóricos perfiles ideológicos que les comento no se corresponden con la realidad. Por sus hechos los conoceréis, y lo cierto es que aunque Andarias milite ahora en IS (corriente que representa la esencia marxista que queda en el PSOE), sus orígenes políticos se encuentran en el CDS de Suárez. Así que ya me dirán.
Les decía que Andarias es un eterno aspirante que ha intentado varias veces ser candidato y nunca lo ha logrado. En su contra juega que carece de peso específico en el partido, donde tiene poco predicamento. A su favor tiene el hecho de que es un profesional reconocido a nivel ciudadano. Y sobre todo, una condición imporante en estos tiempos: aunque es el más veterano, nunca ha vivido de la política. Y por tanto su cara, paradójicamente, sería la más renovadora. No obstante, no ha comenzado bien la carrera, el abogado. En la rueda de prensa de su presentación como precandidato cometió la enorme torpeza de asegurar que, para llegar a la Alcaldía, no descarta pactar con ninguna fuerza. Una frase que dicha hoy no sirve para nada más que perder apoyos.

Juan José Palacios // Foto de su perfil de Twitter
Al igual que Andarias, también comenzó su andadura política en el CDS suarista Juan José Palacios Rojo. Médico de Atención Primaria, su carta de presentación como candidato tiene una ventaja clara precisamente en su profesión. Nunca he sabido muy bien por qué, pero es conocido el predicamento que tienen los médicos en la política local, donde son cotizadísimos. Su gran impulso está además en el hecho de que tiene el respaldo (aunque no sea explícito, por aquello de la neutralidad) de Bellido, Robles y Esteban, el triunvirato que controla el PSOE provincial.
En contra de Palacios juega la evidencia de que el hombre es un poco un «segundo plato», cocinado muy a la carrera tras la repentina renuncia de Araceli Martínez, de la que ya hablamos hace unos días en este mismo blog. También juega en su contra el hecho de que sea un hombre que está muy de vuelta. Ya ocupó en el pasado cargos de gestión (gerente del Hospital de 2002 a 2004, delegado de Sanidad de 1996 a 2002). Y su etapa como único senador socialista de la provincia (2004-2008) pasó, la verdad, sin pena ni gloria.

Jiménez, en la rueda de prensa de presentación de su candidatura // Foto: PSOE
El tercero en discordia, Daniel Jiménez, es sin duda alguna el mejor municipalista de los precandidatos. Tras 7 años ejerciendo la oposición en el Ayuntamiento, conoce perfectamente los resortes de funcionamiento del consistorio. Su edad (41 años, el más joven) y su cercanía a los vecinos de la capital (ha acudido a hablar con todo aquel que le ha pedido ser escuchado) son otros dos de los valores que atesora. Además, tiene una buena formación política (es licenciado en Derecho y Sociología), y como concejal ha llevado algunas de las batallas mejor perfiladas por el PSOE en la oposición a Román. Sin embargo, en su contra tiene una carga imporante: A su edad, y pese a su importante formación, lleva toda su vida laboral viviendo de sueldos políticos (como edil en la capital, y antes como asesor del Gobierno Regional en Toledo). Algo que los enemigos le tiran a la cara con frecuencia. Por cierto, sus enemigos lo son mucho. No se pueden imaginar la tirria personal que los populares tienen a Daniel. Daría para un libro.
Así que, en fin, esta es -más o menos y a grandes rasgos- la situación del tapete en este juego de la ruleta. Una carrera que tiene su primera meta fijada en el 30 de noviembre, cuando deberán celebrarse las votaciones entre quienes logren esas 61 rúbricas precisas. Personalmente espero de todos una pelea limpia y democrática, que se sustancie en una lícita confrontación de ideas. Porque siempre son de alabar los ejercicios de democracia interna. Y aunque a mi juicio sigue faltando dar el paso de esas anunciadas y nunca vistas «primarias abiertas», lo que tiene el PSOE ya es mucho más de lo que hacen otros, donde la «dedocracia» sigue siendo la manera de actuar.
Llegado el día de las votaciones (unas Primarias sin urnas serían como tener hambre y rascarse un pie), el PSOE local iniciará otra batalla mucho más complicada, en un panorama político que le tiene comido terreno por la derecha (esta es una ciudad difícil, y de histórica mayoría conservadora), y también por la izquierda, con el empuje de los partidos emergentes.
Pero esa será otra historia.


Misivas con las que los tres candidatos se han dirigido a la militancia