Un lugar para la memoria entre chaparras (I)

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Por Gloria Magro.

La memoria es caprichosa, veleta a veces. Sobre todo cuando de enterrar esos recuerdos depende la misma supervivencia. Dicen los investigadores que buscan fosas comunes de la Guerra Civil que siempre se niega su existencia hasta que aparece el primer resto. Es entonces cuando se despiertan los recuerdos y a borbotones, no dejan de fluir, imparables. En Jadraque ha sucedido esto mismo sin que medien de momento apenas unas latas y unas estructuras enterradas entre chaparras impenetrables hace más de ochenta y cinco años. A una semana del inicio de las excavaciones que los arqueólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas llevan a cabo en lo que se tiene constancia fue un campamento del Ejército Nacional y un campo de concentración de prisioneros republicanos a partir de 1937 en pleno monte, los recuerdos ya han empezado a aflorar.

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Los idus de marzo

Por Gloria Magro.

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Portada Fake de la revista Time.

Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado». Plutarco.

Desde entonces la Historia se mira periódicamente en su propio espejo. ¿Tendrá Vladimir Putin sus idus de marzo?

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Un campo de concentración perdido entre carrascas

Por Gloria Magro.

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Foto: Carlos Pajas. Asociación Histórica Frente de Guadalajara.

En una planicie elevada sobre las alcarrias, más allá de Villanueva de Argecilla (37 hab.), una red de caminos de concentración parcelaria dibuja un laberinto intrincado de carrascas y aliagas por donde solo transitan agricultores de camino a sus labores y algún senderista ocasional. Ochenta años atrás estos parajes recónditos acogieron batallones de tropas requetés durante la Batalla de Guadalajara. La documentación de la época y los restos de los barracones que aún permanecen en pie así lo atestiguan. En ese monte hubo también, según los investigadores, un campo de prisioneros del que hoy nadie parece dar cuenta. Documentar ese lugar de memoria histórica de la Guerra Civil sumido en el olvido es el objetivo que se ha trazado el equipo de arqueólogos del Instituto de Ciencias del Patrimonio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La próxima primavera, si no hay mayores contratiempos, empezarán los trabajos de prospección. Al frente de ellos, el científico Alfredo González-Ruibal, a cuyo cargo han estado las excavaciones en el Valle de los Caídos que han dado a conocer como vivían los presos y trabajadores.

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Homenaje virtual en Mauthausen

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El nombre de Guadalajara está ligado en los libros de Historia la lucha antifascista en Europa. Muchos alcarreños dejaron su vida por esa causa. Foto//Mauthausen Komitee Österreich.

 

Por Gloria Magro.

El 17 de noviembre de 1941, Nicolás Aladrén Merino, un joven de 32 años falleció en el campo de concentración de Gusen, en Austria, a miles de kilómetros de Medranda, su pueblo natal. Un simple número en una estadística criminal y largamente olvidada. La memoria de este hijo de un molinero de La Toba, -único dato de él que se conoce-, ahora recuperada, es la de uno de los 65 guadalajareños que fueron deportados a campos austriacos durante la II Guerra Mundial. Mañana, domingo 10 de mayo de 2020, estaba previsto que tuviera lugar en Mauthausen el homenaje a los españoles represaliados por los nazis dentro de los actos del 75 aniversario de la liberación de los campos austriacos, y que iba a contar con la presencia de representantes de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Guadalajara. La situación de pandemia por el COVID-19 ha hecho que el acto se lleve a cabo de forma virtual y también que se pueda seguir en la distancia. 

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1937, requetés en las alcarrias.

«Era algo que no había visto nunca. Yo estaba acostumbrado a ver a los soldaditos de mi pueblo cuando iban a la mili vestidos de caqui. Al comentarlo con un vecino mío que era un poco sabidillas y algo mayor que yo, me dijo: «Es la Falange, son falangistas». Y es verdad, llevaban la bandera de la Falange (…) Al rato me volví a casa y encontré por otra calle a un amplio grupo cantando con boinas rojas, algo que tampoco había visto nunca. Mi amigo me dijo: «Son requetés, los navarros». Por delante, uno de ellos muy jovencito llevaba una cruz.  José María Toboso. Jadraque, 10 de marzo de 1937 (*). Sigue leyendo

La tumba del general Liuzzi en Trijueque

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Por Alfonso López Beltrán (*).

Hace muchos años que empecé a recorrer el frente de Guadalajara y a entrevistar a personas de cierta edad que me han ayudado mucho en mis investigaciones para la Asociación Histórica Frente de Guadalajara (**). Uno de los pueblos donde más sangre corrió de los dos bandos durante la Batalla de Guadalajara es Trijueque y fue así como llegué hasta la tumba del general Liuzzi, tirando del hilo, como hizo Ariadna.

Ocho meses de guerra habían pasado desde la sublevación militar. Era el quinto intento por parte del general Franco de tomar Madrid, su obsesión. El 8 de Marzo de 1937 al amanecer, ciento veinte cañones abren sus bocas de fuego en los llanos de Torremocha. Comienza la Batalla de Guadalajara, la más internacional de todas, personajes de renombre mundial y algún actor aventurero visitan el frente, escriben, lo fotografía. Robert Capa, Ernest Hemingway, Gerda Taro, Errol Flynn, Miguel Hernández y otros muchos.

 

El ejército de Mussolini, al mando del general Mario Roatta, alias Mancini, marcha confiado por la carretera de Francia después del paseo militar de Málaga. Largas columnas de hombres, más de cuatrocientos vehículos se mueven por la carretera. Franco había aceptado a regañadientes la iniciativa italiana, en el fondo temía que la gloria de la toma de Madrid se la llevara Mussolini y para evitar esa situación apoya al Corpo de Truppe Volontarie por su flanco derecho con la División Soria. Quince mil españoles y marroquíes que marchan a caballo y a pie a las órdenes del general Moscardó.

Las interminables columnas italianas con sus relucientes uniformes y soldados que bromeaban, reían y cantaban al salir de Algora no saben del infierno de barro, agua y nieve que les esperan. Muchos no volverán a su añorada Italia. Sus primeros muertos los tendrán en Almadrones y allí se dan cuenta que Guadalajara no es Abisinia ni tampoco Málaga.

Alberto Liuzzi era descendiente de una antigua familia de origen judío. Nació en Arta (Italia ) en 1898. Su padre, el doctor Tullio, era el médico de esa localidad. Ambos participaron en la Primera Guerra Mundial, donde el futuro general ganó tres cruces al valor militar. Al comienzo del régimen de Mussolini se alistó a la milicia fascista donde alcanzó el grado de general de brigada.

Durante la Batalla de Guadalajara su tanqueta Fiat Ansaldo fue alcanzada por una bomba de la aviación republicana, en aquella lucha desigual entre David y Goliath entre Trijueque y Torija, murió en el acto junto al conductor. Después de la guerra, su familia levantó una colosal tumba en la carretera de Francia, la actual A-II. La lápida fue esculpida en Italia y tenía un error ya que aparecía inscrito “Torrija” en lugar de Torija. Esta tumba estuvo en pie hasta el verano de 1969 fecha en la que Franco ordenó destruir el monumento.

Un pelotón de zapadores del ejército español estuvo acampado tres días en las eras del pueblo, muchas mujeres de Trijueque se acuerdan de cuando aquellos gallardos soldados de uniforme las sacaban a bailar después del trabajo. En el monumento se encontraba esta inscripción que fue eliminada antes de su destrucción en 1969 durante la dictadura, en una especie de acto de Damnatio Mamorae«El 12 de marzo de 1937, antes que ceder a los enemigos de la civilización romana, aquí cae el general de brigada de la milicia voluntaria fascista Alberto Liuzzi con el ímpetu inquebrantable de su irresistible fe fascista» .

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Las ruinas de esta tumba aún son visibles hoy

¿Por qué Franco ordenó destruir la tumba? A pesar de la derrota fascista en Guadalajar, es importante resaltar que Franco no habría ganado la guerra sin la ayuda de Mussolini. El Duce envió setenta y ocho mil hombres y una cantidad importante de cañones y bombarderos. Sin su ayuda Franco no habría podido ganar las campañas del Norte, Levante y Cataluña. Pero en 1969 España despunta como destino turístico internacional, empiezan a llegar muchos turistas extranjeros y ese monumento situado en la carretera Madrid-Barcelona a la vista de todo el mundo no era «políticamente correcto».

Retrocedamos a  los años 1930, a la Italia fascista. Según las nuevas leyes raciales los judíos no podían servir en el ejército ni ocupar un cargo público. A partir de ese momento se envían cartas a todos los legionarios de origen judío conminándoles a abandonar las armas y a ser repatriados a Italia.

El teniente coronel Giorgio Morpurgo era también judío y también participó en la batalla de Guadalajara. Recibió la carta de repatriación como tantos otros, el día de Nochebuena de 1938, durante la ofensiva del Segre. El militar decidió caminar en solitario hacia las filas enemigas. Su cuerpo apareció cosido a balazos en las alambradas de una trinchera republicana.

En un reciente viaje a Italia pude fotografiar una placa en honor a los judíos perseguidos de Florencia que se hallaba en la estación central de ferrocarril: «Desde esta estació, encerrados en vagones sellados, el 8 de marzo de 1944 fueron deportados a los campos de exterminio varios centenares de personas arrestadas en la ciudad y provincia por los nazis y fascistas. Santa María Novella fue su última visión de Florencia antes del holocausto. 47º aniversario de su deportación».

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