
Incendio de Córcoles, donde debería haber agua. // Foto: Guadaqué
Por Patricia Biosca
Mi tío Sebastián, que en paz descanse -y del que, como imaginan, puedo sacar una enciclopedia Espasa con sus anécdotas- estaba bastante preocupado por el futuro de La Chopera. Solía decir que habían construido sobre el caudal natural del río Henares y que llegaría una tromba de agua que anegaría desde el puente árabe hasta el campo de fútbol. “El agua reclamará lo que es suyo”, decía levantando el dedo con tono profético. Yo me lo imaginaba en plan riada como sale en la película “Lo imposible” -por darle épica-, con sus coches, sus casas y su mobiliario urbano flotando -no quiero el mal, solo es que tengo una imaginación desbordante-. Pero, como saben, nunca ha llegado a ocurrir. Al contrario, cada vez parece que hay menos líquido elemento que exija lo que un día fue suyo, contradiciendo los vaticinios del sabio Sebastián. Sigue leyendo