‘El soriano’

Por David Sierra

Las semanas se hacían interminables hasta la llegada del viernes. O jueves, o lunes. O cuando las festividades ofrecían descansos continuados más prolongados. En ese instante, una vez terminadas las clases, era cuestión de minutos elaborar el petate y salir a toda prisa en dirección al pueblo. Quedaban por delante varios días de experiencias únicas e irrepetibles que jamás obtendría en la gran capital. Era un auténtico viaje hacia la libertad, que se iniciaba en la madrileña Calle Alenza, perpendicular a la gran avenida de Raimundo Fernández Villaverde donde se alojaba el chamuscado y ya extinto edificio Windsor, entre otros rascacielos.

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En Guadalajara no vamos a por el pan en tractor

Escena de la película

Escena de la película «Señales». //

Por Patricia Biosca

¿Recuerdas esa escena de “Señales” en la que el personaje interpretado por Mel Gibson entra por la puerta y se encuentra a sus dos hijos pequeños y a su hermano con gorros de papel de aluminio en la cabeza? Es exactamente la misma cara que se le queda a la gente de tu trabajo en Madrid cuando les cuentas que vives en Guadalajara. Que vas y vuelves todos los días y que no tienes pensado cambiar tu lugar de residencia por múltiples motivos, incluido el de que no te da la real gana. Ellos lo flipan de forma muy fuerte y lo comentan con otros compañeros. Enhorabuena, eres un extraterrestre guadalajareño. Sigue leyendo

Vinieron para marcharse

Por David Sierra

Vinieron para quedarse. Eran cinco. Una familia tipo: madre, padre, niña y dos niños. Uno de ellos ya adolescente. El otro aún en pañales. Decidieron buscar un lugar donde la economía familiar les permitiese rentar más. Y optaron por salir de la gran ciudad y hacer caso de los rumores que les llegaban a diario sobre que la vida en el pueblo daba mucho más de sí. La idea les apasionaba. Encontrar el sosiego y la paz después del trabajo les atraía con especial ilusión. También la creencia de ver crecer a su prole en la libertad que ofrece el mundo rural, donde las normas se adaptan a lo que dicta la razón.

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Alquilar barato y basura cara

Un camión descarga basura.

Los alcarreños pagamos una tasa de basura un 18’7% más alta que la media del resto de capitales. // Foto. Archivo

Por Álvaro Nuño.

Guadalajara no es una ciudad ni muy cara, ni muy barata para vivir. Dicho de otro modo (como diría el ya expresidente del Gobierno y del PP), estamos en la media de las capitales españolas según un estudio realizado por el portal Kelisto. De hecho, somos la ciudad número 26 en el ranking de 52, o sea que más en la media no podemos estar. ¿Adivinan cuáles son los productos o servicios más caros aquí? Pues la recogida de la basura (un 18,7% de coste superior a la media) y tomarse una caña en un bar (un 15,11% por ciento más cara que en las barras de España). ¿Y lo más asequible respecto al resto? Por muy sorprendente que parezca, el alquiler o la compra de una vivienda, con un 32,3 y 21 por ciento por debajo de la media del país.

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Adopta un ‘commuter’

Por Ricardo Roquero Matero*

rooquero

Ricardo Roquero es uno de los muchos ‘commuters’ de la provincia. // Foto: Ricardo Roquero.

Aunque somos escurridizos, los ‘commuters’ vivimos entre ustedes. Casi nunca nos verán tomando café a media mañana en su localidad, ni acercándonos al colegio a llevar a nuestros hijos y mucho menos en las terrazas veraniegas pasadas las 23 horas. Por regla general somos madrugadores, aunque no por decisión propia. Nos puede diferenciar del resto de vecinos porque los cascos de música son una extensión más de nuestro cuerpo, somos esos raros que van por la calle grabando notas de voz en el móvil y nos caracterizamos por ir siempre con prisa pese a vivir en una de las provincias más tranquilas del país. Pero por ahora creo que no deben preocuparse, por mi experiencia no somos peligrosos.

Pese a que muchos de ustedes jurarían no conocernos, los ‘commuter’ somos una especie de ciudadanos más habitual de lo que se cree en una tierra relativamente pequeña, con una larga tradición de emigración y que ofrece escasas oportunidades en cuanto a formación y trabajo se refiere. Aunque no somos exclusivos de Guadalajara, es aquí y en zonas limítrofes a la Comunidad de Madrid, donde alcanzamos nuestra máxima expresión.

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