Por Sonia Jodra

El 4 de abril de 2017 las leyes físicas fallaron. Triunfó lo inesperado. Fracasó la estadística. Quebró la belleza artística. Y se rompió el tiempo. Con solo 44 años, en la plenitud de su carrera política y con más talento del que tiene la mayoría de la humanidad, hace seis años fallecía Elena de la Cruz Martín. Su muerte conmocionó la vida pública en la región de la que era consejera. La fugacidad del tiempo dejó de ser un término poético para transformarse en una realidad cruel en la que una enfermedad silenciosa y sin piedad venció a la inteligencia, a la belleza, al carisma y a la excelencia. Seis años después, la Escuela de Arte de la que fue profesora, jefa de estudios y directora lleva su nombre, un árbol sigue enraizando en el patio con el recuerdo de quienes no la olvidan y la política tiene en ella una leyenda.