
La Isabela en obras en 2009. Foto: barriolosmanantiales.blogspot.com
«Yo fui joven en ese barrio. Llevaba melena, camisetas negras, muñequeras… bebí litros de cerveza. Imagino que habría gente que se asustase de mí. Ahora en los veranos voy al barrio con mi hija, la llevo a los parques y a la plaza. En ningún momento he tenido sensación de inseguridad. Pero veo a chavales que llevan collares dorados, camisetas de tirantes y gorras sobre su piel oscura y a veces también me resulta extraño y echo de menos aquella juventud de barrio y heavy metal que siempre fuimos; una minoría que dimos algo de color, identidad y orgullo a nuestro barrio obrero».
Por Gloria Magro.
La inseguridad ciudadana erosiona el tejido social y hace mella en la cohesión de los barrios. También siembra desconfianza, devalúa calles enteras y llena de desasosiego a sus habitantes. Muchos guadalajareños perciben Los Manantiales como un barrio problemático de extrarradio pese a que las cifras oficiales lo desmienten. Algunos vecinos están convencidos de que viven en un barrio peligroso mientras que otros permanecen ajenos por completo. Incluso hay una encuesta en la App Nextdoor en la que se puede puntuar el nivel de seguridad que se percibe en sus calles. Sigue leyendo