
Imagen de una casa abandonada en un municipio de la Sierra Norte, que caracteriza el paisaje de la despoblación en Guadalajara // Fotos: R. Conde.
Por José Sancho Comins *
Tierras de Guadalajara: ¿Las anima un cuerpo demográfico deforme? ¿Qué hacer? Esta pregunta resulta urgente contestarla y, después, obrar en consecuencia. Es bien conocida la dinámica poblacional que ha vivido nuestra provincia en los últimos 500 años. A finales del siglo XVI, y según la información suministrada por la averiguación de los pagos fiscales, es decir, de las familias contribuyentes, realizada en 1591, nuestra actual provincia podría rondar los 200.000 habitantes ubicados en 456 localidades entre las que destaca Guadalajara con algo más de 6.700 habitantes, Pastrana que superaba los 5.300 y otros núcleos como Sigüenza, Molina de Aragón, Cifuentes, Brihuega, Pareja, Alcocer, Almonacid de Zorita, Mondéjar y Fuentelencina con más de 2.500 habitantes. Es una tierra, en aquél entonces, con abundante número de núcleos habitados, más grandes en la Campiña y Alcarria y algo más pequeños en el Señorío de Molina y la Sierra Norte.