Por Gustavo García

Conocíamos por el cuento de los “Tres Cerditos” que las casas no se podían hacer de paja, sino de ladrillo para resistir los envites del viento. Y de igual manera, en otros tiempos hemos visto casas y parideras, sobre todo, en los pueblos, cuyos techados se aislaban con cuartones y pajuzo debajo de la cubierta en busca de un aislamiento que perduraba años y años. Pues, no debían ser nada ingenuos nuestros antepasados cuando ahora se empieza a tender a buscar ese material para emplearlo en las nuevas construcciones. De hecho, se acaba de celebrar en la localidad burgalesa de Covarrubias el VI encuentro de la Red de Construcción con Paja. En él, más de cien arquitectos, constructores, particulares o ingenieros han intercambiado experiencias y opiniones sobre la materia. Además, han comprobado in situ varias construcciones levantadas con paja en dicha zona. La tendencia está clara en estos momentos.
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