
Jaime Carnicero y Francisco Úbeda plantaron un par de ejemplares con motivo del Día Internacional del Árbol el pasado lunes. // Foto: Ayuntamiento de Guadalajara
Por Borja Montero
En la vieja Educación General Básica (EGB), una de las primeras lecciones de “Natu” consistía en explicar el modo de vida de las plantas, todas aquellas cosas acerca de la clorofila, las raíces, la fotosíntesis y demás. Recuerdo que don Luis, que también daba clases de Matemáticas y Dibujo (que lo de la escasez de medios materiales y humanos en la educación pública no la inventó Cospedal, aunque sí se encargara de revitalizarla tremendamente) hacía un gran hincapié en la importancia que la vegetación tenía, ya que conseguía transformar el dióxido de carbono en oxígeno, algo esencial para la vida humano. Tanto era así que algunos alumnos, cuyos padres no eran especialmente aficionados a los tiestos, nos sentíamos mal por no tener aquel maná en casa (cabe resaltar que algunos entraron en pánico al conocer que, por la noche, el proceso es al revés y sacaron a toda prisa las plantas de sus habitaciones por miedo a que les arrebataran su aire mientras dormían, cosas de niños). Sigue leyendo