Vacunando la distancia

Por David Sierra

Con más de un siglo a sus espaldas, cuando a Dámaso le propusieron vacunarse no lo dudó un instante. Pastor durante toda una vida y con el recuerdo de sus ovejas, fieles compañeras, siempre presentes en su memoria – que aún conserva con especial lucidez -, a pesar de los temores por la aparición de este temible virus nunca perdió la esperanza de alcanzar los ciento doce otoños propuestos medio en broma y muy en serio. En su municipio, – uno de esos donde los pocos que quedan están más cerca de su generación que del resto, donde el panadero acude con cada vez menos ganas en su furgoneta, donde las tiendas y los comercios brillan por su ausencia; donde el autobús ya no entra ni para cerca, donde el cartero acumula y deja para un día en concreto toda la correspondencia, y donde el consultorio médico sólo abre sus puertas de quincena en quincena, aunque los enfermos ronden la puerta -, las vacunas contra el Covid ni se las ve ni se las espera.

Sigue leyendo

The Neverending Hospital Story

 

jkeruyeret.jpg

Emiliano García-Page junto a Jesús Fernández Sanz en la visita con supuestos «figurantes» // Foto: JCCM

Por Patricia Biosca

 

“¡No puede ser, es imposible!”, gritaba Bastian a la vez que pegaba un puñetazo encima del libro. Esas páginas escribían a tiempo real una historia, la suya, que se entremezclaba con otra de un mundo llamado “Fantasía”, que agonizaba ante la llegada de la “Nada”, ente negro que se tragaba todo a su paso, convirtiéndolo en una suerte de Universo antes del Universo. Ahí es nada el argumento que se marcó Michael Ende en su novela “La historia interminable”, un clásico de la literatura juvenil que tiempo después fue reconvertido en una polémica película ochentera odiada por los lectores, idolatrada por los amantes de la ciencia ficción de bajo presupuesto pero muy altas miras. El propio Ende renegó de la adaptación, seguramente por la implicación personal con su obra: antes de terminar de escribirla, aseguró a sus editores que estaba atrapado en “Fantasía” y que necesitaba ayudar a Bastian a salir de allí, o quedaría atrapado para siempre. Les parecerá una locura, como lo de Ende, pero es justo lo que me ha ocurrido a mí al intentar escribir sobre las obras del hospital de Guadalajara (aunque yo aún estoy buscando a un perro volador que me amenice el viaje). Sigue leyendo

Pendientes del 0’10%

2016.08.26 Hospital Echaniz

Imagen de las obras del aparcamiento del hospital de junio de 2015. // Foto: castillalamancha.es

Por Álvaro Nuño.

El alcalde de Guadalajara, Antonio Román, ponía hace una semana algo de luz sobre las razones por la que el nuevo aparcamiento del Hospital General, dos años después de su finalización, todavía no se ha abierto. Las explicaciones del regidor, además, fueron muy precisas: el Consistorio no puede otorgar la preceptiva licencia de apertura -como le había solicitado previamente el Consejero de Sanidad- porque, por ejemplo, las pendientes de las rampas de acceso para peatones «tienen 6,10 por ciento y la ley dice 6. La norma la ha puesto la propia Consejería, si han ejecutado mal la obra no es culpa del Ayuntamiento”. Para el primer edil, todo lo que está ocurriendo con el Hospital de Guadalajara y lo que le rodea “es la imagen del fracaso de Page en Guadalajara, llevamos dos años y medio y no ha movido un ladrillo”, declaró.

Sigue leyendo

El aparcamiento del Hospital

2016.08.26 Hospital change

Petición online de un parking público y gratuito en la plataforma change,org. 

Por Álvaro Nuño.

Lo primero que me dije cuando supe que el arquitecto del proyecto de ampliación del Hospital de Guadalajara iba a ser el mismo que el que planificó el actual edificio fue: «ojalá piense esta vez en el aparcamiento». Desde prácticamente su apertura, en 1982, aparcar en el Hospital -una infraestructura esencial pero alejada de la ciudad, no solo para los vecinos de Guadalajara sino para los del resto de la provincia a los que da cobertura- ha sido un suplicio para los muchos usuarios y acompañantes que acuden con sus vehículos particulares. También confieso que respiré tranquilo cuando se destacó, ya hace una década, que entre los aspectos más importantes del proyecto estaba «el gran incremento en las plazas de aparcamiento con el que contará el centro ya que, de las 658 plazas con las que se contaba al inicio de las obras, se pasará a 1.666, 1.359 de las cuales serán subterráneas». ¡Bravo por Alfonso Casares Ávila! me dije; parece que no ha tropezado dos veces en la misma piedra.

Sigue leyendo