Por Sonsoles Fernández Day
Aunque la mitad de la población hayamos tenido que volver a sacar el edredón para abrigarnos por la noche, porque el verano ha empezado como una especie de vuelta al otoño, todos sabemos que en unos días estaremos otra vez pasando calor y, como suele ocurrir, soñando con un respiro en forma de bajada de las temperaturas. Sin embargo, aún con este inesperado frío, la ciudad se ha ido llenando de terrazas y las terrazas, afortunadamente, de gente. Seguimos limitados, no hay que bajar la guardia, pero se nota ese ambientillo alegre de finales de junio, de clases que acaban y de planes de vacaciones.
La semana pasada, Alberto Rojo, alcalde de Guadalajara, firmaba un decreto por el que se regulaban los horarios de apertura y cierre de terrazas en la vía pública, bares, cafeterías y restaurantes y de los establecimientos de ocio nocturno, como dicen en el Ayuntamiento ‘en función de la normativa sanitaria’. Según este decreto, de domingo a jueves podrán permanecer abiertos hasta la 1:00h, y los viernes, sábados y vísperas de festivo, hasta las 2:00h. Las terrazas de pubs y los establecimientos de ocio nocturno podrán abrir hasta las 3:00h. Hay que reconocer que suena mejor ‘podrán abrir’ que ‘cerrarán’, aunque el resultado sea el mismo. Teniendo en cuenta el año y pico de restricciones que llevamos, se agradece que se escriban las normas con ese tacto.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha regulado con detalle el uso y disfrute de los bares de copas y discotecas, que hasta ahora habían estado cerrados. No se podrá consumir en la barra y está prohibido el baile en interiores. El movimiento de los usuarios será solo para entrar o salir. Dicho de otro modo, es obligatorio permanecer sentado. Si hubiera espacios al aire libre, se podrá bailar, pero con mascarilla y respetando la distancia de seguridad.
Algunos empresarios ya se han quejado, alegando que la gente no va a querer ir a los pubs con esas limitaciones y defienden sus locales como alternativa al botellón, por lo que piden más flexibilidad. Si preguntan a los jóvenes, seguramente todo les parecerá mal y poco, ¡Jo tío, vaya mierda!, y luego harán lo que se ponga de moda. Si nos preguntan a los padres y madres de las criaturas, un poquito sí echamos de menos los tiempos del toque de queda. Esa época en que sabíamos a qué hora iban a llegar a casa. Está en la lista de Cosas positivas de la pandemia.
Hace un par de semanas, cuando escribí sobre las cancelaciones de las Fiestas patronales este verano, que ya van confirmando muchos pueblos, así como la capital, Guadalajara, hubo comentarios en Facebook de personas que se dedican a la música, a la cultura y al espectáculo que reclaman desesperados que necesitan trabajar. Son dos veranos parados y eso es muy duro. Leo en prensa que el Ayuntamiento de Guadalajara ha organizado un programa de mayo a septiembre llamado ‘Guadalajara vive en sus plazas’, que consiste en actuaciones musicales, de humor y magia en once plazas diferentes del centro los sábados y domingos por la noche. Dice Sara Simón, la concejala del Casco Histórico, que ‘‘Guadalajara vive en sus plazas’ es otra muestra más del compromiso del Gobierno municipal con la cultura, con la reactivación de nuestra economía, con el ocio para personas jóvenes, con nuestro tejido hostelero y comercial, y por supuesto, con el corazón de nuestra ciudad, que queremos que lata a 60 pulsaciones por minuto”. Bueno, a 60 pulsaciones es un corazón sano, pero bastante tranquilo, no estaría mal un poco más de emoción y vidilla. La explicación de la concejala es algo presuntuosa, aun así, espero que esta iniciativa sirva para echar una mano a algunos de los muchos que lo necesitan.
Como ya saben, hoy jueves 24 de junio se celebra un Consejo de Ministros extraordinario para cambiar la ley y quitar la obligatoriedad del uso de la mascarilla en espacios exteriores. Excepto si quieren bailar, no se olviden, aunque sea al aire libre se la tienen que poner. Cuando Pedro Sánchez anunciaba que esto será posible a partir del próximo sábado 26 de junio decía: ‘Volveremos a disfrutar de una vida en la calle sin mascarillas’, y también: «La alegría de vivir de la sociedad española es la alegría de vivir del Gobierno de España«. Después se fue a firmar indultos a independentistas no arrepentidos y se quedó tan ancho.
Señor Sánchez, la alegría de vivir no nos la va a dar quitarnos la mascarilla, aunque nos hará la vida más cómoda, no somos tan simples. La alegría de vivir nos llegará el día en que el coronavirus y usted, sean historia.