Por Sonia Jodra

Escuchar hablar de los indultos a los condenados del Procés aquí en plena Meseta castellana resulta hasta cómico. El 80 por ciento de los que estos días echan bilis contra los indultos desconocen la profundidad de esta medida recogida en nuestra norma y aplicada de forma reiterada siempre que concurrían las medidas que deben motivarla. Tras años atizando el fuego de “España nos roba”, “a los catalanes les dan todo”, la ligereza en la conversación de barra de bar certifica la esterilidad de esta polémica impulsada por quienes querían alentar esta fractura con fines electoralistas. En Guadalajara, Palencia, Santander y Cádiz, la gente tiene preocupaciones mayores que los indultos. El desempleo juvenil, el precio de la vivienda, la precariedad laboral o la necesidad de dotar de más recursos los pilares del estado de bienestar -sanidad, educación y servicios sociales- son los temas que deben liderar la agenda de nuestro país. Para el Procés, hay que hacer política. Y la política la hacen los políticos.