Por Borja Montero
La verdad es que la elección de este título, propio de un telefilm de dudosa calidad ideal para una siesta sabatina o de un thriller ochentero de trasfondo empresarial o político, no le queda nada mal a nuestra protagonista de hoy. María Dolores Cospedal (respetemos en su epitafio político su deseo de acercarse al pueblo y quitarse el «de» que ella misma se puso), quien lo fuera todo en el Partido Popular, anunció ayer se renuncia al escaño en el Congreso de los Diputados y, con él, a toda la ligazón que le quedaba con el mundo político, tanto a nivel orgánico dentro del partido como a nivel institucional. Sigue leyendo