Por David Sierra
Hace unos años, un particular que había comprado un local comercial en la Calle San Esteban de Guadalajara tuvo la genial idea de darle un uso. Tras estudiar varias alternativas de negocio, apostó por instalar en ese espacio un supermercado, dado que por la zona apenas había establecimientos de este tipo. Como fórmula para comenzar esa nueva andadura se puso en contacto con una conocida cadena de tiendas de alimentación que ofrecía la posibilidad de la apertura de un comercio bajo su marca en la modalidad de franquicia e inició los trámites iniciales, que llevaban incluido un estudio de mercado de la zona para evaluar la rentabilidad de la iniciativa. Después de una exhaustiva valoración, los resultados fueron contundentes, echando para atrás la idea. En la zona, a pesar de ser una de las más céntricas de la ciudad, apenas vivía gente por lo que todos los informes desechaban la opción y aconsejaban no embarcarse en el proyecto.
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