Por Gloria Magro.
En 1945 una empresa francesa llamada Duralex inventó el proceso de templado del vidrio y desde entonces su nombre se asocia a las míticas vajillas de colores. En Guadalajara, su nombre está también ligado a una época y un contexto determinado. La fábrica de Duralex en Azuqueca de Henares significó para muchos jóvenes recién llegados del pueblo un puesto de trabajo fijo y una estabilidad económica con la que formar una familia. El cierre temporal de las únicas instalaciones donde se seguía fabricando Duralex, a las afueras de Orleans, debido al elevado coste de la energía ha resucitado un sinfín de recuerdos en los miles de guadalajareños que a lo largo de las últimas seis décadas han trabajado en La fábrica, como se la conocía.