Trabajar menos, vivir mejor

Por Víctor Aparicio Rodríguez (*).

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Huelga en La Canadiense, 1919. Foto: La Vanguardia.

            Hace exactamente 103 años, el 21 de febrero de 1919, el sector eléctrico de Barcelona iniciaba una huelga general que tendría repercusiones trascendentales para las condiciones laborales de los trabajadores de todo el país. El conflicto había comenzado a principios del mes de febrero, tras el despido de 8 trabajadores de la compañía eléctrica Riegos y Fuerzas del Ebro, más conocida como «La Canadiense».

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Requiem por la ribera del Henares.

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Un millón y medio de euros a gastar en apenas kilómetro y medio cuando el plan inicial que contemplaba la mejora de la «mota» desde Castillejos hasta Los Manantiales.

 

Por Gloria Magro.

La vista desde el puente de Julián Besteiro es desoladora y da perfecta cuenta de lo que está ocurriendo en el río Henares a su paso por Guadalajara. La maquinaria pesada ha devorado la ribera, destrozando un ecosistema valioso y hasta ahora lleno de vida. Pese a que los vecinos creían que las obras habían parado, solo la climatología consiguió detener por algunos días el proyecto municipal que está devastando este paraje natural. Ni el sentido común, ni la legislación vigente, que ampara el Dominio Público Hidráulico han conseguido de momento acabar con este despropósito. Ecologistas en Acción ha decidido llevar este tema los juzgados. Sigue leyendo

Confluencia

2018.11.16 Podemos Ahora

Susana Martíneza, de Ahora Guadalajara frente a José García Molina de Podemos. // Foto: La Crónica de Guadalajara

Por Álvaro Nuño.

No sabemos si era el mejor día para comenzar el camino hacia las próximas elecciones municipales pero el secretario regional de Podemos, José García Molina y el de Izquierda Unida, Juan Ramón Crespo, eligieron el pasado martes 13 para iniciar una serie de reuniones que les llevarán por toda Castilla-La Mancha con el objetivo de unir en una marca electoral común a todas las candidaturas a la izquierda del PSOE que consiguieron representación en los plenos municipales en los últimos comicios de 2015. Y justamente comenzaron por nuestra ciudad, en el despacho de Ahora Guadalajara, formación que cuenta desde entonces con cuatro concejales en el Ayuntamiento.

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Lo que importa

Por David Sierra

Descansillo de entrada de una sucursal bancaria en el centro de Guadalajara. A dos días del referéndum sobre la independencia catalana previsto para el primero de octubre. Se encuentran dos amigos. Hace tiempo que no se ven. Uno de ellos, de avanzada edad, inicia la conversación:

  • Este domingo hay que estar allí, apoyando a España. A nuestro país. Dice.
  • Por supuesto, ya lo he preparado todo.
  • ¿Tienes bandera de España? A esto hay que ir con la bandera para que se nos vea bien.
  • No, eso no tengo…
  • ¡Hombre! Aunque sea cómprate una en los chinos que seguro que tienen. Esos tienen de todo. Sin bandera no se puede ir.
  • Miraré a ver. Lo que importa es estar ahí. Por la unidad de España.

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¿Quién capitalizará el descontento?

Por este orden, representantes de Podemos, Ganemos, Equo, UPyD, IU y PSOE respaldaron a Manuel Granado, presidente de los guías, en la convocatoria de 'Abraza el Infantado'. // Foto: Cultura EnGuada.

Representantes de Podemos, Ganemos, Equo, UPyD, IU y PSOE respaldando a Manuel Granado, presidente de los guías, en la convocatoria ‘Abraza el Infantado’. // Foto: Cultura EnGuada.

Por Rubén Madrid

No sé ustedes, pero esperaba más asistencia a las últimas manifestaciones vividas en las calles de Guadalajara. Cerca de 400 alcarreños abrazaron el domingo el Infantado en un gesto de cariñosa reivindicación de puertas abiertas en el monumento. Fueron bastantes si se tiene en cuenta que la convocatoria llegó después de que las propias autoridades del «guateque» sofocasen su propio incendio, al dar marcha atrás al pago por acceder al Patio de los Leones. Pero no alcanzaron a sumar el medio millar que esperaba la propia organización: nada menos que catorce colectivos, todos los partidos menos el PP y un buen puñado de asociaciones culturales con muchos socios, mucho tirón en sus eventos y muchos seguidores en sus redes sociales.

Tampoco una semana antes la suma de esfuerzos de cinco plataformas y los sindicatos de la provincia logró un llenazo en las calles de la provincia a la altura de la confluencia de voces y de la intensidad y el volumen de los recortes que denunciaban. Sobraban los motivos, pero faltaron ciudadanos detrás de las pancartas. Estuvieron unos 2.000. Pero es que tampoco la manifestación de abril por el principal caos municipal de la legislatura, el servicio de autobuses, logró rebasar el millar de manifestantes. Aunque la política municipal no es un asunto que generalmente toque la fibra, siguen pareciendo más bien pocos como para dar por ganada la batalla en la calle.

¿Se ha agotado acaso el aliento? ¿Ha ingresado la ciudadanía en la senda del crecimiento y transita por la vía mariana de la buena dirección?

Detalle de la manifestación convocada para el 8 de noviembre por varias plataformas y sindicatos. // Foto: La Otra Guadalajara.

Detalle de la manifestación convocada el 8 de noviembre por varias plataformas y sindicatos. // Foto: La Otra Guadalajara.

Uno, que dedica un buen trozo de su tiempo a observar, tiene la impresión -y sólo es eso, una impresión- de que precisamente el hartazgo es tan desbordante que incluso hay cierta desidia a la hora de salir a la calle: la legislatura ha sido larga y caliente en movilizaciones. La indignación llega muy justa al ‘sprint’ final. Y la gente -esta es la impresión, insistimos- ya no quiere manifestarse, sino votar. Y probablemente este es el gran cambio operado entre los descontentos en apenas una legislatura, porque si en la antesala de las elecciones de mayo de 2011 eran muchos los que salieron día sí y día también a las calles -e incluso hicieron noche en las plazas- pero votaron con desgana o no votaron, sólo cuatro años después se observa que tienen ganas de votar incluso los que nunca solían tener demasiadas ganas de votar.

El malestar ciudadano seguiría ahí, pero la gran pregunta, a estas alturas de la película, sería otra: ¿quién logrará capitalizar este desconento? Y la respuesta nos remite a las caras que aparecen en la foto que encabeza este artículo, la de los representantes políticos que precisamente se sumaron a una de estas últimas manifestaciones.

UPyD. La marca PP es una marca depreciada. Ocurre con todo partido que gobierna en plena crisis y se lo ha ganado a pulso el PP con medidas no sólo impopulares sino ineficaces como solución a los problemas de los ciudadanos. Muchos de quienes creyeron en sus milagros están hoy defraudados, como le ocurrió al PSOE hace cuatro años. Y tampoco cala el mensaje de que la corrupción es cosa de todos: se ha filtrado hasta los cimientos de la sede de la calle Génova, se ha metido en su caja fuerte, ha acaparado casi todo el consejo de ministros de Aznar, ha campado por casi todas las comunidades donde ha gobernado… Todo esto también influye en las municipales, sobre todo en las capitales.

Y, por si fuera poco, el galimatías formado con el paso para delante y el paso para detrás de la Ley del Aborto de Gallardón ha enervado a su ala más radical. Veremos si el experimento surgido a principios de año, Vox, es capaz de pescar en este río revuelto de la derecha. Lo cierto es que su actividad pública en la provincia tras las europeas, en las que tampoco dieron la campanada, ha mantenido una intensidad muy baja. Si acudimos a su web o hacemos un barrido en sus redes sociales no hay aún debate ni propuestas en clave local. La misma incertidumbre trasladan, al menos de momento, proyectos como Ciudadanos -hace un par de días convocaron una reunión con vecinos, pero ningún medio informa de ella- o los independientes de la región que en principio se reunirán en torno a unas mismas siglas, UCIN.

Consejo local de UPyD, con su candidato a la Alcaldía, Dámaso Cabrera, segundo por la derecha. // Foto: Guadaqué.

Consejo local de UPyD, con su candidato a la Alcaldía, Dámaso Cabrera, segundo por la derecha. // Foto: Guadaqué.

Parece más posible que sea UPyD quien más se pueda beneficiar en Guadalajara del descontento entre ciertos sectores del centro y de la derecha. La formación magenta ha pasado casi toda la legislatura en blanco, después de una crisis interna que se solucionó con la renovación del Consejo Local a las puertas de las elecciones europeas. Su reaparición pública en los últimos tiempos da la sensación de un oportunismo forzado por la proximidad de las elecciones. Pero tampoco son los únicos. Y, con independencia de que haya ciudadanos que pongan sobre la balanza lo que unos y otros hacen entre elecciones, habrá muchos otros que vean en ésta opción el camino más corto para emitir un voto de castigo contra el PP. Y, en cualqueir caso, parecen dispuestos a recuperar el tiempo perdido: se han convertido en los primeros en ponerle cara a sus candidaturas, incluyendo a su alcaldable, Dámaso Cabrera. A partir de ahí, todo lo que tienen que hacer es aportar al debate local.

La suma de Ganemos. Tal vez muchos no sepan apenas nada de Ganemos, pero existe. Supone un ambicioso proyecto de articulación de movimientos políticos y sociales de izquierda de la ciudad, de cuyo banderazo de salida ya hablamos en verano con motivo de su primera asamblea; desde entonces siguen construyendo la compleja arquitectura del proyecto, con el reflejo de su confluencia en unas listas, un programa común y una necesaria presencia en la calle como justificación de su esencia ciudadana.

Un viejo dicho asegura que si se juntan dos tipos de izquierdas pueden formar tres partidos. Hace cuatro años el tercero en discordia acampó en la Plaza Mayor. Y el cuarto, la plataforma ‘Más de un ciudadano’, sumó algunos votos pero seguramente restó una voz de izquierdas en la Corporación, aun cuando su propuesta se parece tanto a la que ahora todos ponen en marcha de forma conjunta. El resultado fue que de aquellos que hoy se unen para poner en marcha un proyecto de ‘nueva política’, sólo IU obtuvo un edil y un diputado provincial que son, a día de hoy, el único y verdadero patrimonio del que parte esta iniciativa, porque las expectativas a rebufo de los aires de cambio en todo el país o de los resultados de las europeas son sólo castillos en el aire.

Pancarta de Ganemos Guadalajara en la manifestación 'Defiende tu tierra, defiende tus derechos'. // Foto: Ganemos Guadalajara.

Pancarta de Ganemos Guadalajara en la manifestación ‘Defiende tu tierra, defiende tus derechos’. // Foto: Ganemos Guadalajara.

Hasta donde uno sabe, la construcción de este proyecto camina sin prisas pero sin pausas. La ambición de su configuración se traduce en desgaste de tiempo y aquí radica tal vez uno de sus principales riesgos. Muchos de quienes pueden respaldarles en mayo no dudarán en hacer uso del voto útil para el PSOE de Guadalajara si no ven que Ganemos sea capaz de presentar un proyecto sólido cuando la carrera acelere, sseguramente en cuanto estrenemos el calendario de 2015. Más allá de su capacidad para articular un movimiento de izquierdas y a su vez un laboratorio de democracia ciudadana con presupuestos participativos y una candidatura pegada a un verdadero código ético, para muchos ciudadanos lo que está en juego es un asunto central: desbancar al PP. Dicho sin circunloquios: quieren fuera del Consistorio a Román, a Guarinos de Diputación y a Cospedal de Fuensalida. Y eso, que incluso para el PSOE supone un esfuerzo ímprobo, desde este otro ámbito sólo se hará sumando. Y sumar exige, paradójicamente, ciertas renuncias de lo propio.

Podemos. Las encuestas estatales les sitúan como la tercera formación del país, casi en empate técnico con PP y PSOE. Acaban de culminar su proceso constituyente, cuyas principales consecuencias han sido aupar a la cúpula al grueso de los miembros fundadores y conformar una estructura de partido más clásica de lo que pregonaban, pero menos clásica de lo que les reprochan quienes ventilan el asunto diciendo que los de Iglesias ya son casta. Otra de las consecuencias directas para lo que aquí nos toca, en el análisis local, pasa por la renuncia a ingresar en los ayuntamientos. Es obvio, por más circunloquios que ofrezcan, que no quieren arriesgar su marca en la arena municipal. En esta estrategia sobran los románticos y los valientes. Es un planteamiento tremendamente conservador, pero que deja abierta la puerta de la democracia participativa a los Ganemos.

Integrantes del círculo de Podemos en la manifestación del día 8 // Foto: Facebook Podemos Guadalajara.

Integrantes del círculo de Podemos en la manifestación del día 8 // Foto: Facebook Podemos Guadalajara.

La renuncia de Podemos a la batalla local deja no obstante una batería de dudas. ¿Qué papel está dispuesto a jugar su círculo arriacense en la candidatura de convergencia? ¿Le importan las diputaciones lo suficiente como para respaldar una marca en la que puedan confluir también otros ‘ganemos’ de la provincia? ¿Se presentará Podemos a las elecciones en Castilla-La Mancha? ¿Lo hará también si tira para adelante –ha habido ya una asamblea fundacional– de ‘Ganemos’ regional? ¿Cuál es el discurso de Podemos en una escala provincial y local? ¿Qué propuestas tienen para mejorar la vida de los guadalajareños en materia fiscal, de empleo o de infraestructuras? ¿Defienden, si es que es posible, la remunicipalización de los servicios públicos? ¿Cuál es el modelo de ciudad para Guadalajara capital?

En una entrevista emitida el jueves en Televisión Guadalajara en la que tuve oportunidad de participar, sus dos portavoces insistían en pedir tiempo para elaborar su proyecto para Guadalajara. Embarcados en sus asuntos internos, hasta ahora han aportado muy poco al debate local. Llegan subidos en la cresta de la ola, con un discurso renovador y ganador, con una fantástica imagen comercial, pero a partir de ahora tendrán que empezar a dar respuesta a muchas de estas preguntas. Hay pocas noticias de Podemos en Guadalajara, y se les espera.

José Luis Maximiliano, concejal de IU. // Foto de http://jlmaximiliano.blogspot.com.es/.

Maximiliano, edil de IU. // Foto de su blog personal http://jlmaximiliano.blogspot.com.es/.

IU. Desde un extremo opuesto parte Izquierda Unida. Aporta experiencia en la vida municipal, un muy buen concejal como José Luis Maximiliano y un diagnóstico profundo de la sociedad guadalajareña al que proponen soluciones desde su perspectiva ideológica. Y están renovando su etiqueta. Cayo Lara ha renunciado a concurrir a las primarias, abriendo así el particular proceso de renovación interna que tantos consideraban imprescindible en la coalición. El gesto, si finalmente acaba con la llegada de líderes del perfil de Alberto Garzón, reafirma procesos como el que vive IU en Guadalajara, de mayor apertura a la ciudadanía. IU, al menos en nuestra ciudad, parece consciente de que por sí misma no constituye el retrato completo de la izquierda. Sus dirigentes alcarreños están poniendo mucha carne en el asador, pero también tienen mucho más que perder que nadie. Su fortaleza es también su debilidad. La apuesta por la confluencia tiene sus costes, como la renuncia (mayor o menor, ya veremos) a las siglas, un sacrificio directamente proporcional a su aproximación al 15M. Presupongo muchos desvelos entre sus dirigentes para culminar este encaje.

En Ganemos está también Equo, que no sólo pinta de verde el programa, sino que tiene su público y aporta talento y una experiencia política a medio camino de IU y Podemos. La formación ecologista entendió también en Guadalaajara que su papel pasaba por sumar, como lo comprendieron sin ponerse estupendos desde ‘Más de un ciudadano’. A pesar de todo, la agrupación ciudadana recién nacida ha venido renunciando desde sus inicios a ser una sopa de letras para colgar de su percha todas las propuestas que converjan, también desde colectivos sociales o con el concurso de ciudadanos no adscritos a organizaciones.

PSOE. La agrupación local socialista intenta sobreponerse al batacazo histórico de hace cuatro años, tiene un electorado que por sí mismo no logra mayorías y se enfrenta a no pocos desafíos externos e internos que puso encima de la mesa mi compañero Óscar Cuevas en su artículo ‘Primarias a tres bandas’, por lo que no volveremos a ahondar mientras nos haya mucho más que decir. Sus tres precandidatos, que han obtenido los avales necesarios, presentan perfiles muy diferenciables que a buen seguro pondrán un acento propio al proyecto que finalmente se impulse. Pero también en la elección de su candidato un paso en falso puede resultar un error sin marcha atrás.

Aun con todas las dudas que puedan generar sus nuevos liderazgos estatal, regional y local, los socialistas presentan de partida un ‘producto’ más previsible, o, dicho en positivo, identificable. Y eso genera confianza. Incluso con la tibieza o la falta de ambición que a menudo hemos juzgado desde aquí mismo al abordar su estrategia en plena crisis, lo cierto es que cualquier elector se hace hoy en día mucho mejor a la idea de qué puede esperar de un socialista en el Consistorio frente al perfil mucho menos nítido de otras iniciativas donde se están operando cambios mucho más profundos. Lo que aquí hay es un partido con una estructura tradicional, con los dos pies en las instituciones y al que se le presupone una hoja de ruta clásica que culmina en una campaña al uso.

Aún así, queda mucho tiempo. Algún maestro me enseñó que seis meses en política son un mundo. Las primarias en el PSOE y la presentación de candidatos de UPyD sólo han inaugurado esta carrera contra un mismo archienemigo que consiste, desde ya, en responder a la pregunta de quién va a ser capaz de capitalizar el malestar ciudadano. Ese descontento que esta vez tiene hambre de urnas.

Uno y trino

Cospedal posa junto a populares de Guadalajara en la Reunión Interparlamentaria del PP. // Guadalajara Diario

Cospedal posa junto a populares de Guadalajara en la Reunión Interparlamentaria del PP. // Guadalajara Diario

 

 

 

 

 

 

 

Por Concha Balenzategui

1.- La unidad, según el PP

Antonio Román, alcalde de Guadalajara y anfitrión de la XXI Reunión Interparlamentaria del PP que se celebra hasta este sábado en Guadalajara, hizo en la apertura de la cita un llamamiento a la “unidad”. Abogaba por mantener la cohesión del partido frente a “las discrepancias que tenemos en algunos puntos”. No lo dijo, pero se refería Román, claro está, a la reforma de la Ley del Aborto, cuya suspensión no ha sentado bien a algunos sectores bajo sus siglas.

Antonio Román da la bienvenida a los participantes en la 21 Reunión.

Antonio Román da la bienvenida a los participantes en la XXI Reunión.

El alcalde usaba un argumento incontestable: Que el “gran acierto del PP” en las últimas décadas ha sido “unir todas las fuerzas de centro derecha”. Y así ha sido, si por éxito se entienden los resultados electorales. Pero me temo que ese es un argumento asentado en el pasado, en los tiempos del bipartidismo, y que tal vez la fórmula mágica no aguante mucho más. Van tomando fuerza posiciones como UPyD, formación envuelta en la bandera del antinacionalismo y la anticorrupción, que tras unas muy destacables europeas, pueden presentarse con más expectativas a los próximos comicios. Incluso el invento de VOX, que tenía toda la pinta de ser flor de un día tras no conseguir escaño en el Europarlamento, puede encontrarse con unas vidas extra gracias a los descontentos “provida”. O que al menos arañen unos votos que, aunque no sumen para una representación mínima en escaños, resten a la pretendida hegemonía de la derecha pepera.

También Ana Guarinos, presidenta de los populares guadalajareños, hacía en este foro un llamamiento a la unidad, pero en este caso a la de España. Porque este, y no el aborto, es el gran tema de la Interparlamentaria popular: la respuesta al soberanismo catalán, que no es otra a juicio del PP que “la firmeza”. “España es única e indivisible y todos tenemos el deber y la obligación de seguir defendiendo su unidad”, sentenciaba la presidenta provincial, no sin antes declararse “española por los cuatro costados”.
Y es que Mas, repito, es el gran tema del PP. Los demás, como el incierto destino de Cañete, o la salida de pata de banco de la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica Oriol, solo han aliñado la reunión para lograr que el tema del aborto quedara fuera de agenda y de los micrófonos. Por eso resulta curioso que Román se acuerde de la bicha, sin mentarla. Probablemente, porque a él sí le sigue escociendo en las entrañas. Pero todo sea en pro de la unidad. Hasta su silencio.

2.- La unidad, según el PSCM-PSOE

Emiliano García-Page, en una imagen de archivo. // Foto: abc.es

Emiliano García-Page, en una imagen de archivo. // Foto: abc.es

Para unidad, la que escenifica el PSOE castellano-manchego, que este lunes proclamará a Emiliano García-Page como candidato socialista a la Junta de Comunidades en las elecciones autonómicas de la próxima primavera. El ahora alcalde de Toledo aparece como el “ganador de las Primarias”. Unas Primarias de pacotilla, porque en realidad no se han celebrado, ya que los militantes no han tenido oportunidad de votar bajo los principios de “un militante, un voto” y en secreto. Porque no es lo mismo recabar de tú a tú la adhesión con una firma para el candidato oficial, que votar en libertad. Y eso lo entiende cualquiera.

Efectivamente, García-Page es el ganador, por incomparecencia de rival, en la fase de recogida de avales. Se ha llevado la firma de 6.000 de los 11.000 militantes del PSOE en la región. Así, groso modo, porque aún hay que certificarlos. Pero parece que hay prisas por proclamar candidato incluso antes del recuento oficial.

Entiéndase bien: Esto no significa necesariamente que el secretario autonómico del PSOE cuente con el apoyo de todos, como ha querido leer el propio interesado. Ni que posea el liderazgo “indiscutible y significativo”, como asegura Cristina Maestre, su portavoz regional. Y es que en este alarde de “unanimidades a la búlgara”, hasta se han sumado los presuntos apoyos de los miles de simpatizantes y de los votantes potenciales.

Tal vez habrían de preguntarse los socialistas por qué nadie más se ha presentado. Y la respuesta seguramente sea obvia: porque no hay otro. No quiero decir que no haya otros con capacidad para ser candidato, no. Es que no se ha visibilizado otro desde que el alcalde de Toledo es el secretario autonómico del PSOE. ¿Es que alguien dudaba de que quien ha sido la cara de la oposición a Cospedal en estos años teníaque serlo hasta el final? Porque, sinceramente, los “coqueteos” con aspiraciones en la Corte no se los creía ni él.

Y a estas alturas de la película, ponte tú a construir un líder. Tremenda pereza. En definitiva, que no hay otro con tonelaje como para torear al toro del PP, y menos que se atreva en las actuales circunstancias, léase la ventajista Ley Electoral que ha fabricado María Dolores a su medida.

Pero igualmente pienso que, si no se ha visibilizado otro ariete contra la secretaria nacional del PP, tampoco se ha transmitido otro argumento que ese: acabar con Cospedal y sus recortes. Y me temo que, igual que con el PP, el argumento por sí solo no basta. Porque es propio de los tiempos del bipartidismo, cuando las “coletas” no pisaban los talones.

Integrantes de los grupos de trabajo de la asamblea de Ganemos colgaron las propuestas de sus debates. // Foto: R.M. (El Hexágono).

Integrantes de los grupos de trabajo de la asamblea de Ganemos colgaron las propuestas de sus debates. // Foto: R.M. (El Hexágono).

3.- La unidad, según Ganemos

Hablemos ahora de esa opción que no esconde, desde el nombre de su marca, que su horizonte es ganar (las elecciones, se entiende), envuelta en aire de frescura y de ilusión, inyectada desde el pasado mayo por la contundencia de los votos a “Podemos”. Por el camino hay una misión nada fácil: la unidad de la izquierda. Llamémosle “convergencia”. O mejor: “aglutinamiento”.

Si el enemigo que confiere esa unidad es el PP, su mensaje es mucho más claro y directo que el del PSOE: “Queremos poner en manos del pueblo lo que es del pueblo y arrebatárselo a los que nos lo están robando, a los que nos quitan nuestra educación, nuestra sanidad, nuestras casas, nuestro trabajo; en definitiva, nuestro futuro”, resumen en el comunicado que convocaba a su última Asamblea en Guadalajara. Pero el enemigo es más grande, e incluye al devaluado PSOE.

También expreso mis temores en este punto, de nuevo desconfiando de la unidad. Que es la asignatura pendiente, casi secular, de la izquierda. Porque resulta muy difícil encontrar el punto justo entre la vocación de sumar y la no renuncia a la pluralidad. El debate continuo, el necesario consenso, el sometimiento a la asamblea, y algunos complejos de toda índole -que cada grupo que conforma esta amalgama de gentes tiene los suyos- pueden resultar poco operativos cuando se encuentran de bruces con las trabas del sistema.

Retrocedamos cuatro años, al momento en que uno de los elementos significativos de este colectivo en Guadalajara, la plataforma “Más de un ciudadano”, no logró su primigenio objetivo, el de presentarse a las Elecciones Municipales de 2011 así, como una plataforma o agrupación de electores. Recordarán que tuvo que “vestirse” de partido político para poder concurrir a las urnas. Ahí surgieron las primeras críticas internas entre quienes aceptaban, si bien tapándose la nariz, comulgar con las reglas electorales, y quienes sentían traicionados sus principios.

Pues bien, debates de este cariz, se van a encontrar a cientos los de «Ganemos». Porque para muchos de estos ciudadanos suena más limpio hablar de sensibilidades y corrientes que de trasnochada formación política, con sus cúpulas y sus estamentos. Tal vez por eso, quienes ya llevan un camino recorrido como partidos (IU y Equo), quienes han sufrido en sus carnes el castigo de ser minoritarios, sean los que más empujen por una convergencia que les posibilitaría hacerse con alguna capacidad de maniobra en el futuro mapa político. Pero siempre costará convencer a quienes no quieren tragar con el entramado que conlleva el ejercicio de la política.

¿Hacer algunas concesiones al sistema para cambiar el sistema, o intentar la utopía de que salte por los aires? Ya digo: El eterno debate de la izquierda. Revolución o reforma.

Convergiendo, que es gerundio

Fotografía de la asamblea convocada por IU. // Foto: El Hexágono de Guadalajara.

Fotografía de la asamblea convocada por IU. // Foto: El Hexágono de Guadalajara.

Por Rubén Madrid

Converger, confluir, coincidir y sumar. En esas anda la izquierda alternativa al PSOE, también en Guadalajara, donde ya se han producido los primeros contactos entre formaciones: existe la intención de que Izquierda Unida, Podemos, Equo y Más de un Ciudadano confluyan con otras asociaciones y ciudadanos en un bloque para las municipales de mayo. Se trata, dicen, de construir una nueva marca electoral que vaya más allá del batiburrillo de siglas, unificada en toda la provincia para buscar también representación en Diputación y que nace con los mimbres de la llamada “nueva política” surgida del 15M y aplicada con desenvoltura por Podemos en las Europeas, el punto de inflexión que sin duda está animando estas aventuras en todo el país.

Ese es el propósito, el “qué”. Ahora viene el “cómo”.

La iniciativa arriacense no es una excepción en el panorama español. En todo el país están surgiendo una suerte de plataformas políticas (como lo han sido hasta ahora las mareas en el ámbito de la movilización social) que van más allá de la coalición de partidos al uso, las llamadas sopas de letras, y que están integrando programas de mínimos para ganar las alcaldías: defensa de los servicios públicos, ecologismo, regeneración democrática… Los principales líderes de IU, Podemos y Equo están espoleando estas iniciativas, al menos que se lleven a cabo estos primeros contactos (hay voluntad, insisten), y Madrid y Barcelona han fundado ya sus propios laboratorios locales en Municipalia y Guanyem Barcelona, que lidera Ada Colau. Así que no se sorprendan si en las elecciones de mayo en los colegios alcarreños también tenemos papeletas de ‘Ganemos Guadalajara’.

La elaboración de estas candidaturas aprovechan el impulso de Podemos con las Europeas, que ha hecho pensar que por fin el clamor social del 15-M puede cuajar en las urnas, y se reivindican como más necesarias todavía conforme se producen los anuncios de pucherazo de Cospedal para Castilla-La Mancha o del propio Rajoy para los ayuntamientos del país, que pretende imponer que gobierne la lista más votada.

Una primera asamblea. El miércoles 9 de julio, IU convocó una asamblea ciudadana abierta en la plaza del Concejo. El orden del día pasaba por debatir con otras formaciones, con asociaciones y con ciudadanos de a pie la opción de configurar una candidatura común. Confluir o converger, decíamos. A su término hacía lo propio otra formación, Más de un ciudadano, que en su propia asamblea, también en la calle (en la Plaza del Carmen) llevaba el mismo punto en su orden del día.

Reuniones en grupo durante la asamblea convocada por IU en la plaza del Concejo. // Foto: Podemos Guadalajara.

Reuniones durante la asamblea convocada por IU a principios de julio. // Foto: Podemos Guadalajara.

La reunión en la plaza del Concejo fue trabada, como suele ocurrir en estas asambleas ciudadanas que tienen en su perezosa mecánica su principal punto en contra, pero las conclusiones acabaron por resultar bastante interesantes, a pesar de que sólo una periodista (una redactora de Nueva Alcarria) acudió a la cita. También Podemos elaboró un informe en su blog. El peso informativo de lo ocurrido puede resumirse en los siguientes puntos fundamentales:

  1. Hay voluntad de que exista una candidatura única en Guadalajara, una iniciativa con carácter propio a la que se sumarán los partidos que la impulsan, pero que no se cierra a la participación ciudadana individual o en colectivos sindicales o sociales de la ciudad… No tiene todavía nombre, pero no hay duda de su inspiración en los modelos de Barcelona y Madrid.
  2. Una comisión integrada por una decena de ciudadanos (entre ellos dirigentes locales de partidos de izquierdas) ya está trabajando este mismo verano en la fórmula que articule este movimiento político de confluencia. De hecho se reunió en la misma plaza la semana pasada.
  3. Se impone la forma de hacer política reclamada en las plazas por Democracia Real Ya, los indignados, el 15-M y Podemos: listas abiertas, elaboración horizontal del programa, impulso de un proceso político paralelo al movimiento social y cerrojazo a las puertas giratorias: los candidatos mantendrán el compromiso que que el cargo público que pudiesen ocupar no entrará en conflicto con intereses privados.
  4. Se ha establecido una hoja de ruta o calendario. De momento, hay asamblea ciudadana prevista para finales de septiembre, donde todos los asistentes estudiarán la fórmula de articulación que está artículando la comisión de trabajo. De salir adelante la iniciativa, se trabajará de forma constante cara a las elecciones municipales, pero también con la vista puesta en que puede haber un adelanto de las legislativas.

¿Cuáles son los principales puntos de debate? En primer lugar, si existe la opción de configurar un programa común. Y aquí, aunque muchas voces alertan de que debería ser la primera preocupación, parece obvio que hay suficientes mínimos comunes denominadores a tenor de cuanto se ha confluido ya en la movilización social, al repasar las preocupaciones principales contra la ofensiva privatizadora y neoliberal y en un primer barrido de las medidas que proponen estas formaciones en sus programas políticos, los manifiestos a los que se adhieren, los discursos e intervenciones públicas y el conjunto de la literatura política que han generado quienes ahora pretenden confluir en esta aventura. Coinciden en lo básico y en algo más.

Hay evidentemente electores de IU o Podemos que seguramente censurarán que confluyan los unos con los otros, pero queda la impresión de que seguramente son los menos. Existe un clamor todavía mayor de que hay que poner fin a la fragmentación del voto en la izquierda alternativa al socialismo: hay quien lo ha ilustrado con las famosas disputas en la película ‘La vida de Bryan’ entre el Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular.

El debate interno en IU. Hay un segundo tema clave: hasta qué punto Izquierda Unida, que ha sido el principal referente hasta ahora a la izquierda del PSOE, cederá protagonismo e incluso identidad en un proyecto que la rebasa. Lo hizo en su día el PCE para conformar IU, con un resultado desigual a lo largo de todo este tiempo que no ha evitado tensiones, pero que también ha garantizado hasta ayer mismo la hegemonía de la coalición en su espectro político. Dirigentes históricos de la coalición como Julio Anguita, que ahora lidera el Foro Cívico, siguen llamando al intento de formación de frentes en los municipios para las próximas elecciones.

IU se quejó hace cuatro años, seguramente con razón, de que el estallido del 15-M en vísperas de las municipales le perjudicó con una ola de indignación que cargó casi por igual contra todos los partidos. Muchos en la formación pensaron que eran los suyos quienes les estaban disparando desde las acampadas. Pero había, también es cierto, no poco reproche de los indignados a IU por la rigidez de su estructura y por lo gastado de tantos mensajes y procedimientos. Eran vieja política; de izquierdas, pero vieja.

¿Estará dispuesta la IU de José Luis Maximiliano a diluirse como candidatura electoral en un ‘Ganemos Guadalajara’? ¿Aceptaría incluso un cabeza de cartel de Podemos o un independiente que no milite en sus filas? ¿Cuanto pesan las siglas? ¿Se impondrá de verdad el «programa-programa» elaborado en la calle y votado en asamblea abierta a cualquiera que quiera parar por allí para practicar democracia directa?

Parece, de momento, que la respuesta es afirmativa. Y creo, pero aquí hay muchas voces que opinan lo contrario, que esta estrategia beneficiará incluso a la supervivencia de IU, que quedaría comprometida si se cerrase en banda frente a un proyecto de vocación tan abierta como Podemos y que además ha arrancado con un ímpetu tan arrollador que amenaza incluso con llevarse por delante buena parte del PSOE.

Por cierto, ¿y el PSOE, qué? Hay un clamor fundamental entre las voces que se dejaron escuchar en esta asamblea por la convergencia: desbancar al PP de la Alcaldía. Parece obvio que, a la hora de la verdad, la derrota del Partido Popular de Guadalajara sólo será posible si en el Pleno no suman la mitad más uno de los concejales, bien por sí mismos, bien con el apoyo que les pudieran brindar también otras formaciones como UPyD. Incluso si Rajoy sigue adelante con su intención de decretar que el más votado ostente el bastón de mando, que Román (o quien sea finalmente) tuviese una mayoría de izquierdas en contra haría ingobernable el Ayuntamiento.

Es demasiado pronto, pero tampoco resulta difícil imaginar fórmulas con las que la izquierda le pudiera arrebatar la Alcaldía a un PP en minoría, que pueden pasan por permitir un gobierno en solitario del PSOE con el que buscar impulsos a políticas de izquierdas, y no sólo por pactar con los socialistas. Seguramente la formación que surja a su izquierda (ese Partido G, Ganemos Guadalajara o como al final se llame) no está ahora mismo preocupada por debatir si pactaría con el PSOE en algún caso, pero también es cierto que si no se hace la pregunta, se la harán sin duda los periodistas en campaña.

Ahora bien, la pregunta también puede plantearse en términos opuestos. ¿Y si esta candidatura fuese la segunda más votada? ¿Estaría el PSOE dispuesto a pactar con esta formación?

En este punto hay algo que, además, escapará a los impulsores de este ‘Ganemos Guadalajara’. Y es la imprevisibilidad congénita del PSOE. ¿Qué grupo socialista habrá en Guadalajara de aquí a unos meses? El discurso socialista resulta siempre una incógnita, cuando no contradictorio, y es aún más difícil de predecir cuando está pendiente de ver el camino que emprende la renovación recién iniciada desde Ferraz con Pedro Sánchez, pero también aspectos puramente locales como quién será el director de orquesta del socialismo arriacense ahora que Valerio ha anunciado su abandono o el modo en que afecte o se pase página en Guadalajara la apuesta a caballo perdedor (Madina) de la mayoría de los militantes y, en particular, de los líderes más jóvenes del partido en la provincia…

El punto de partida para los socialistas no es ahora mismo excesivamente alentador: se puede plantear como un reto ilusionante, pero en la práctica se trata de una pelea no por ser la primera sino la segunda fuerza en número de votos. Es obvio en Guadalajara, donde el batacazo de 2011 les sitúa bajo mínimos en el punto de salida, pero lo es también en el conjunto del país, si nos atenemos a la práctica totalidad de las encuestas de intención de voto.

El factor Podemos. La primera reunión para orquestar el nuevo proyecto político fue una fiesta: voluntad de cooperación e incluso cierto entusiasmo contenido en las caras. Nada une tanto como tener un enemigo común, pero la izquierda es especialista en enfangarse en luchas cainitas y en apartar lo mucho que la une para concentrarse en lo poco que separa. La nueva candidatura tendrá que elevar una propuesta que no suene gastada ni oportunista. Podemos aporta aquí la frescura de sus genes y un discurso ganador. La formación de los círculos obró el milagro de las Europeas en cuatro meses y ahora sigue sumando respaldos. Casi todas las encuestas la sitúan como tercera formación en el país en intención de voto. La suma con IU la coloca en casi todas las proyecciones en empate técnico con el PSOE. La incógnita es si este ímpetu se mantendrá, decaerá o irá a más? Y si Podemos podrá todavía más al fundirse en candidaturas ciudadanas como las que aquí se preparan.

La demonización de Pablo Iglesias seguramente desespera a su madre pero alienta a sus votantes. Su descaro en la denuncia de las oligarquías y el orden establecido y su recuperación de la función política al servicio de la ciudadanía actúa como una coraza que apenas sufre rasguños con los rudimentarios métodos de asedio de una vieja política que intenta acusar de inmoral al recién llegado mientras arrastra tantos despropósitos contrastados en su propio ejercicio de las responsabilidades. Podemos escenifica con exceso de teatralización, incluso, la confrontación entre un bipartidismo incompetente, incapaz e insensible con los problemas de la gente y la reivindicación de la política como herramienta ciudadana para aportar soluciones colectivas y no atajos individuales. No se contenta con una estrategia defensiva del Estado del Bienestar, como el PSOE. No apela a los sagrados símbolos de la II República, como IU. Ha convertido los eslóganes y los quejidos de las acampadas en las plazas en un programa político después de consultar a profesores y expertos. Y plantean objetivos pragmáticos sin olvidar el ideal romántico de democracia que todos estudiamos en el colegio junto a las esculturas de Pericles.

Su reto es combatir su condición de moda, tan ligada a una sociedad consumista, o su cartel de fenómeno mediático, tan unida a la sociedad del espectáculo. Uno, que se dedica a observar, quisiera pensar que Podemos no está sostenido, en cambio, por un electorado consumista y fácilmente impresionable por la sociedad del espectáculo, que es el escaparate de esta globalización que ya planteó a nivel global los dramas que, con la crisis, hemos empezado a padecer a niveles locales.

No es de extrañar que ‘puedan’ de nuevo, que la ciudadanía dé una oportunidad a un soplo de aire fresco harta del callejón sin salida de quienes proponen más de lo mismo, un bipartidismo que sigue la lógica turnista que reparte las oportunidades a golpe de fracaso mutuo. Por eso si yo fuese asesor de nuestra derecha más rancia, estaría pendiente no sólo de los preparativos de la jura de bandera de octubre, sino de buscarle a esta candidatura bolivariana en la Alcarria los ocho apellidos vascos.