Por David Sierra.
Si hay algo que hemos aprendido en este tiempo de pandemia es aguardar una fila. A pesar de que siempre existen excepciones, la mayor parte de nosotros esperamos nuestro turno paciente y a cierta distancia unos de otros. Lo vemos en los supermercados, en las farmacias, en las administraciones cuando los trámites requieren asistencia presencial e, incluso, en las entidades bancarias a pesar de que cada vez tratan peor al cliente, reduciéndole los horarios de caja y oficina en favor de la utilización de cajeros y banca online.
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