Una “impostora” en la Feria del Libro de Guadalajara

Por Mariam Useros Barrero (*).

Huaja Malabares. @Mariam Useros Barrero.

Con vértigo y un gran sentido de la responsabilidad me enfrento hoy a este lienzo en blanco. Que te inviten a ser la firma invitada de El Hexágono para conmemorar la Feria del Libro de Guadalajara, coincidiendo con el último día de la celebración de esta cita cultural anual, es todo un honor… y también un extraño “compromiso” (podía haber declinado amablemente la invitación, pero he decidido venirme arriba y aceptar el reto) que me genera una cierta inquietud, ya que, si bien es cierto que he lanzado una publicación hace unos meses, mi “niño” tiene menos palabras que las que me piden que escriba en este rincón periodístico y literario. Y, la mayoría de ellas, ni si quiera son mías.

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Hacia un nuevo despertar

Por Ana Belén Gutiérrez (*).

Diciembre nos invade con el calendario llegando a su fin, con luces de colores inundando los rostros que con alegría se reflejan en los árboles iluminados que ocupan nuestras calles. En estos días, donde las sonrisas son más necesarias que nunca, donde el encuentro es lo primordial, donde el alma se prepara después del adviento, a recibir un momento sagrado, seas creyente o no, tengas una religión u otra. Estos días donde mucha gente que no reside en la capital alcarreña, prepara sus maletas de buenas intenciones y deseos para llegar a la ciudad que les vió nacer. Estos días en los que nace un nuevo proyecto, un nuevo buen objetivo que cumplir, al igual que comienza la etapa invernal que nos invita a ser más introspectivos y refugiarnos en nuestra alma ante el frío tiempo. 

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Foto: Ayuntamiento de Guadalajara

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Cacerolas y cacerolos

 

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Me resisto a la nueva normalidad. A mí no me parece normal. Pero qué hago, ¿me mantengo en la cueva y espero a salir solo cuando lo que se está llamando normalidad se corresponda con la mía? Después de todo, mi normalidad era la de todo el mundo hasta hace solamente dos meses ¡dos meses! Nada más y nada menos (…) Seguid sin mí, que yo me quedo aquí, en la cueva de Segismundo, esperando hasta que la palabra viva sea viva de nuevo. No tengo prisa, bueno, sí tengo (muchísima), pero me la aguanto y disimulo como si no la tuviera. No sé hasta cuándo… Estrella Ortíz. Escritora. Foto: Sport.es

Por Gloria Magro. 

Abro el cajón y miro las cacerolas apiladas, relucientes a base de tanto frotarlas con el estropajo nanas, y pienso en qué me impulsaría a mí estos días a salir a la calle para aporrear un cazo envuelta en una bandera como toda defensa ante un virus letal. La respuesta tiene sus capas, sus fondos y sus superficies, brillantes y bruñidas también de tanto frotar estos días el pensamiento cuando no tenemos otra cosa en que emplearnos en este domingo infinito en el que el COVID nos ha instalado.  Sigue leyendo

El embrujo del Maratón

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Imagen de la edición de 2018 // Foto Marian Useros (Twitter Maratón)

Por Álvaro Nuño.

El tercer viernes de junio no es un viernes cualquiera en Guadalajara. Yo diría que es el viernes por excelencia, el más esperado por grandes y pequeños. Quizás sólo comparable al Viernes Santo para los cofrades, al viernes más cercano a la noche de las ánimas para los seguidores del Tenorio Mendocino, o el viernes de la Semana Grande de las Ferias, festivo local sobre la segunda semana de septiembre, especialmente para cientos de peñistas. Es uno de esos viernes que te levantas con otro ánimo, ya unido al optimismo habitual de que finaliza la semana laboral.

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Historias de la España vaciada: los repobladores (V)

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Feria del Libro en Bustares, un pueblo lleno de vida y cultura que sigue atrayendo a nuevas familias y con ellas una esperanza de futuro. Foto: Carmen Bueno.

 

Por Gloria Magro.

Sábado de Gloria a los pies del pico Alto Rey. Un viento inclemente, aunque afortunadamente no demasiado frío para estas fechas de abril, amenaza con arrancar las telas de vivos colores que decoran las casas de pizarra de un pequeño pueblo de la sierra de Guadalajara. Bustares (80 habitantes) celebra la primera edición de su Feria del Libro y la música de las dulzainas se escucha desde la carretera, invitando a dejarse llevar por sus calles hasta la plaza Mayor. La plaza está rebosar de gente y en el interior de la iglesia románica del s.XIII convertida en librería ocasional, los libros y las mesas con productos locales atraen a un buen número de visitantes. Entre ellos se mueven algunas de las familias que han llegado al pueblo en los últimos años.

Charlo con Fernando y Celia de El Rincón Lento, que no solo tienen un pequeño puesto en la Feria sino que desde hace poco también tienen casa en el pueblo. Vienen en verano y los fines de semana, lo normal en este rincón apartado de la provincia y el modelo que se repite en todo el interior de España: los pueblos para el verano y poco más, casas habitadas solo los fines de semana, habitantes sin empadronar. Y casas rurales por doquier. También las hay en Bustares, los pueblos negros atraen a los turistas, la sierra de Madrid no queda lejos. Milagrosamente para esta localidad a 75 kilómetros de Guadalajara, también hay familias que se han instalado voluntariamente por propia elección, sin que medien realmente motivos económicos para ello.

Fernando Serrano y su mujer, Patricia, llevan once años en Bustares. Tienen dos niños y han elegido este modo de vida rural de forma consciente y meditada. Tal vez porque Fernando se dedica al medio ambiente ya habían probado anteriormente lo que era vivir en un pueblo. Ambos están convencidos de que su opción es la mejor para sus hijos y de hecho hacen proselitismo y ofrecen su apoyo a quien quiera probar lo que es la vida fuera de la ciudad. «Lo que hacemos -explican- es ayudar a la gente que intenta establecerse en el medio rural. Intentar crear un ambiente sano y respetuoso en el que nos facilitemos la convivencia  en este medio, que creemos que es la base para el acercamiento de la gente a los pueblos y que así reciban aceptación y no críticas o zancadillas». Y parece que funciona, otras dos familias con niños se han instalado en Bustares en el último año. El siguiente paso es que reabra el colegio, ahora cerrado, pese a que tiene una plaza de profesor adjudicada. De momento, la hija en edad escolar de Fernando acude al de Cogolludo por elección de sus padres, lo que implica que Patricia haga 120 kilómetros diarios por estas carreteras desiertas y a menudo nevadas en invierno. La ruta escolar lleva a la otra niña del pueblo a Jadraque, pero ellos reivindican la misma libre elección de centro que los niños urbanos, algo que se antoja complicado sino imposible dada la logística. En Bustares habrá seis niños en mayo, una madre sale de cuentas estos días, y el tema del transporte escolar se antoja complejo aunque indispensable para asegurar que las familias se queden.

El futuro del medio rural, según la experiencia de estos repobladores del s.XXI está en que familias como la suya elijan instalarse en pueblos que de otro modo no tienen garantizada la supervivencia demográfica. «Vivir aquí es un acto reinvindicativo -afirman- te sales de la masa, pero no hay que olvidar que los pueblos son pueblos, que no hay que cambiarlos. Lo que hay que cambiar es la mentalidad: valorar lo que aquí tenemos. No todo es cuantificable de forma económica, aquí hay otros valores, otras cosas que poner en valor». 

El principal problema que se encuentran las personas dispuestas a seguir los pasos de Fernando y Patricia es el de la vivienda. No hay casas disponibles en venta. En muchos casos, las herencias hacen en la práctica inviable que los inmuebles vuelvan a ser habitados. Fernando Serrano propone la donación a los ayuntamientos de aquellas viviendas cuya titularidad está tan compartimentada que acaban no siendo de nadie, una situación que se repite en todos los pueblos una vez fallecidos los abuelos o los padres originarios del lugar. Y el otro problema, lógicamente, es el económico. Vivienda y medio de vida. Los usos tradicionales de la zona -resina, apicultura, desbroce, agricultura, ganadería- podrían proporcionar sustento pero sigue siendo necesaria una apuesta pública firme y muy dirigida a las necesidades reales de la población rural. De hecho, muchos funcionarios adscritos a la zona prefieren vivir en Guadalajara o en las localidades más grandes a medio camino, como Cogolludo, antes que instalarse con sus familias en estos pueblos de la sierra.

Y pese a todo, Fernando cree que «este es el mejor lugar donde criar a mis hijos. Nos supone un esfuerzo en otros aspectos y los asumimos porque lo hemos elegido nosotros, hemos elegido vivir aquí«. Carolina, la juez de paz de Prádena de Atienza, hace unos días se expresaba en el mismo sentido, aunque en su caso la motivación sea otra: «es un lujo vivir en los pueblos, con tranquilidad, sin contaminación, pero también es duro, sobre todo para los niños que están solos, como los míos. Ellos no entienden que tenemos que vivir aquí para ganar dinero porque lo que quieren es estar con más niños para poder jugar”.

Inés Garrido es originaria de Bustares y hoy vende sus jabones y esencias artesanas en la Feria del Libro. Está empezando con el negocio, pero sus productos tienen una apariencia comercial apetecible y cuando explica los componentes, sus propiedades y que ella misma recoge allí en la sierra las plantas con los que elabora los unguentos y jabones, resulta muy convincente (@inesgatitogatito)

Inés es uno de aquellos niños que se tuvieron que ir del pueblo a estudiar fuera porque eso era lo normal y lo deseable para las familias. Y sin embargo, Inés no era feliz con su trabajo como asistente social y decidió emprender el camino de regreso. Pronto tendrá su página web y sus productos serán un reclamo más para el pueblo. Y con un poco de suerte y la ayuda del programa Impulsa Mujer de la Diputación provincial, también pondrá en marcha su propia casa rural. Me asegura que el sentimiento de comunidad en Bustares revaloriza la vida aquí, que los inviernos no se le hacen especialmente duros y que no echa de menos su vida anterior en Madrid, al contrario: le gusta más el pueblo cuando el silencio sustituye a los veraneantes.

Mientras charlamos, afuera en la plaza hay baile vermut al son de las dulzainas, el bar del pueblo está a rebosar y en la puerta de la Iglesia se venden bollos artesanos, magdalenas y miel de la zona. Al lado hay una urna y unos folletos donde se explica que la campana tiene grietas y necesita reparación. Se ve que ya no solo es la administración la que se inhibe, sino que el obispado tampoco llega hasta aquí y el pueblo busca una financiación alternativa para arreglar la campana. El bullicio es enorme, la Feria ha atraído a mucha gente hasta Bustares, por la tarde hay un cuentacuentos, con la bruja Rotundifolia (Estrella Ortiz) y como fin de fiesta, un grupo de jazz. Mucho trabajo para un ayuntamiento tan pequeño, los hombros del alcalde, Julio Martínez deben de ser especialmente anchos.

Dejamos atrás el pueblo, la carretera serpentea abajo y arriba, el cauce del río Bornova que estos días de principios de primavera discurre caudaloso, orada la montaña y el paisaje tras unos días de lluvia es espléndido. Paramos en  Hiendelaencina a a comer, pero esa es ya otra historia, una historia de resistencia, de gente que aguanta contra viento y marea en estas duras tierras de la sierra. La próxima semana aquí, en El Hexágono.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa poético de Guadalajara

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El cartel de esta edición es obra de la artista alcarreña Pimpilipausa (Sara Arias).

 

Por Gloria Magro.

El Día Mundial de la Poesía se celebra el próximo jueves 21 de marzo, coincidiendo con el equinoccio de primavera. Con este motivo, los poetas y los versos invadirán las calles y plazas del centro de Guadalajara. Por tercer año consecutivo, el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de la Biblioteca Pública lo celebra con un apretado programa de actos que involucra a la comunidad educativa, las administraciones públicas y las asociaciones culturales. Una ocasión más que propicia para acercarse al pasado y al presente de este género literario en Guadalajara. Sigue leyendo

ELLAS, mujeres extraordinarias

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«Cuando empecé las practicas, nadie daba un duro por mi, y tuve que demostrar que podía, quería y se me daba bien». Foto: Nacho Izquierdo.

Por Gloria Magro.

Fue una conjunción fortuita de acontecimientos que nos afectaban especialmente a las mujeres, una desgraciada concatenación de sucesos alarmantes los que se alinearon hace ahora justamente un año, coincidiendo con el Día de la Mujer Trabajadora de 2018,  y dieron lugar a una tormenta imperfecta que desde entonces no ha dejado de producir olas de conciencia, de indignación y de debate público a todos los niveles y en todo el mundo en torno al feminismo. El efecto mariposa ha resultado tener género. Sigue leyendo

Cultura en Guada.

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Cultura para todos y abierta a la participación con la Asociación Cultural Libros y Más.

Por Gloria Magro. 

Martes por la tarde en el sótano del edificio Eduardo Guitián de Aguas Vivas. El Grupo de Teatro Phersa ultima ensayos, el domingo 24 de febrero vuelven al Teatro Moderno con Las salvajes en Puente San Gil. Pese a que no se trata de ningún estreno -presentaron la obra el pasado diciembre-, el elenco amater de la Asociación Cultural Libros y Más templa nervios y pule algunas escenas con su director, Pablo Menasanch. Al otro lado de la ciudad, en el Rincón Lento, el Coro Poético y Peripatético, también ensaya los martes, después del éxito obtenido en la última edición de la Gala de Premios de Medio Ambiente de Ecologistas en Acción. Hace algunas semanas, yo mantenía en esta misma página digital que Guadalajara era un erial cultural, con un tejido asociativo escaso y pocas iniciativas interesantes. No tardaron en dejarse oír voces cercanas que no solo desmentían categóricamente aquel punto de mi artículo sobre la ciudad que somos, sino que además me invitaban a compartir con los lectores de El Hexágono las muchas actividades que se llevan a cabo en Guadalajara cada día y el interés que despiertan. Sigue leyendo

La ciudad de los cuentos

2016.06.17 Volutarios

Por Álvaro Nuño.

Me gusta el Maratón. Es más, me encanta el Maratón. Es una de esas citas ineludibles en mi calendario particular y creo que en el de esta ciudad en general. El Maratón es mágico. Una pequeña capital de provincia, acusada en muchas ocasiones de aburrida y una zona de esa ciudad, la que rodea a nuestro majestuoso Palacio del Infantado, también un tanto desértica muchas semanas al año, se llena por arte de magia de guadalajareños deseosos únicamente de participar en la fiesta de la palabra. Porque el Maratón de los Cuentos es sólo eso, palabras, pero palabras llenas de emoción, de amor, de recuerdos y de sentimientos que unos centenares de personas trasladan a otros miles que les escuchan atentamente ensimismados. Y en la época de las pantallas y el guasap, la comunicación oral cara a cara funciona. Es mágico, una comunión entre vecinos de una ciudad que, en la mayoría de los casos ni se conocen, pero que comparten historias, a veces íntimas y otras famosas. Guadalajara es la ciudad de los cuentos y este año, además, celebramos las bodas de plata de este maravilloso invento.

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Los números redondos del 25 Maratón de los Cuentos

Por Estrella Ortiz *

escuchando la postal del niño

La narradora oral, Estrella Ortiz. // Foto: Txema García.

¿Por qué nos gustarán tanto a los humanos los números redondos?, ¿en qué se diferencia un acontecimiento en su veinticinco cumpleaños a, pongamos por caso, su veintiséis? Desde luego, es un misterio, al menos para mí. Los humanos somos así, nos gusta celebrar y aprovechamos cualquier buena disculpa. Por eso el Maratón de los Cuentos de este año tiene un aire de fiesta especial y redonda. El lema de este año, la poesía, viene a apoyar esta emoción, pues el lenguaje poético es el lenguaje de los afectos.

Hay mucho que celebrar, desde luego. Cuando en 1992 comenzó este hermoso sueño, no éramos conscientes de la transcendencia que pasados los años iba a tener, aunque para ser sincera, que la cosa era grande, ya se vio desde sus inicios. En primer lugar, porque era una idea novedosa y la convocatoria se lanzaba desde la alcaldía a todos los vecinos de Guadalajara. Y muchos vecinos y vecinas tomaron como suyo el reto… y aquí estamos veinticinco años después. Celebrando que con esta edición serán veinticinco las veces en las que miles de personas se sumergen en la dicha de escuchar y contar historias un fin de semana completo de junio. Sigue leyendo