No fue el desfile de la Agenda 2030, pero fue suficiente para llenar las calles de alegría. el dragón hizo volar la imaginación de los niños y las niñas que esperaban con devoción el paso de las carrozas. Tras dos años en las que a golpe de mascarilla y con más miedo que anhelos, nos hicieron entender que no hay que dar nada por supuesto. Que este año hay Ferias y al año que viene… quién sabe. Esta vez sí llegaron las carrozas. Por eso las fiestas de este verano en todos los pueblos de Guadalajara -como en el resto- se viven como si fueran las últimas o como si, al menos, pudieran ser las últimas en mucho tiempo.
Tras dos años sin fiestas, es hora de retomar las preocupaciones que dejamos aparcadas durante un tiempo por la pandemia. El Ayuntamiento ha hecho pública esta semana su voluntad de organizar unas ferias de septiembre con cambios importantes en los que se tendrán en cuenta las inquietudes manifestadas por la ciudadanía en la encuesta realizada a este efecto hace un par de años. La Navidad en el eje Concordia-San Roque parece que marcó el camino que seguirán los festejos septembrinos.
Se trata de un cambio de calado, con partidarios y detractores casi a partes iguales, que precisa de decisiones políticas valientes que muestren ese cambio que los festejos de la capital parecen necesitar desde hace algún tiempo. A las puertas de la Feria de Abril, en estos días se habla de 900 millones de euros que la Feria de Abril deja en Sevilla. El ocio, la cultura, la celebración y la diversión son industrias que generan actividad económica en los municipios, que dinamizan las ciudades y pueblos y que sustentan una forma de arraigarse con el territorio en el que residimos.
Como no todo son beneficios, lo cierto es que la fiesta genera ruido, suciedad, molestias, cortes de tráfico, deterioro del patrimonio y conflictos. Por eso es necesario invertir en organización, en seguridad, en limpieza y en mantenimiento. Y colocando lo bueno y lo malo en la balanza de la gestión, lo más probable es que todo oscile hacia el platillo de las fiestas que Guadalajara debe celebrar este año por todo lo alto, para celebrar que hemos superado un momento de dificultad que, aunque probablemente no nos ha hechos mejores, sí nos ha hecho reflexionar sobre el verdadero valor de estar juntos, de compartir y de festejar cuando se puede.
La famosa encuesta, elaborada por el Ayuntamiento entre el 12 de diciembre de 2019 y el 15 de enero de 2020, con 30 preguntas sobre el modelo festivo de la capital, señalaba que el 80 por ciento de los encuestados no está conforme con el actual modelo de Ferias y Fiestas, y un 73 por ciento consideraba que la Semana Grande supone un revulsivo económico para la ciudad. El 56 por ciento de los 2.125 formularios válidos eran de mujeres y el 44 por ciento de hombres. El rango de edad de participación mayoritario, con el 32 por ciento, fue el de entre 26 y 35 años.
El 76,3 por ciento de quienes participaron en la encuesta consideraba que la ubicación del recinto ferial no es buena, el 76,5 por ciento quería a las peñas dentro de la ciudad y el 82 por ciento prefiere que todas las actividades se desarrollen en el casco urbano. Para el 60,5 por ciento la ubicación correcta para los conciertos son las pistas de atletismo de la ‘Fuente de la Niña’ y el 54 por ciento cree que la oferta cultural debe mejorar.
Esos son los datos con los que el Ayuntamiento debe tomar este año las decisiones relativas a ese nuevo modelo festivo. Un modelo festivo que se quebró hace casi dos décadas y cuyo actual planteamiento fue fruto de las protestas vecinales de los vecinos de la zona del Ferial y alrededores. Las ferias de Guadalajara se celebraban en el mes de octubre a principios del siglo XX en el Parque de La Concordia. Durante los años 70 la ciudad había visto multiplicarse su población gracias al éxodo rural y las ferias buscaron más espacio en el recinto de Adoratrices, donde llegaron ya con la fecha de celebración adelantada al mes de septiembre. Allí se celebraron durante 30 años en el que las atracciones y, sobre todo, las peñas comenzaron a crecer en número de miembros con la organización de verbenas y actividades lúdicas que incrementaron las molestias generadas a los vecinos y a las vecinas de las calles en las que se ubicaban sus carpas y locales.
El proyecto de construcción del primer gran centro comercial de la ciudad, Ferial Plaza y El Corte Inglés, contemplaba ya la habilitación del espacio contiguo para recinto ferial. El proyecto nació pequeño, limitado, con las plazas de párking del centro comercial destinadas a albergar puestos de feria durante el período festivo y con la salida del ruido y las molestias de la feria lejos del centro urbano, cruzando incluso la Autovía para establecerse en su nueva ubicación. Desde 2008 las ferias están fuera de la ciudad. Con las atracciones tuvo que marcharse un número importante de peñas, que se instalaron en las carpas del nuevo espacio. El traslado llegaba tras el enfrentamiento que durante años mantuvo la Asociación de Vecinos “Ferial, Panteón y adyacentes” con el Ayuntamiento, con sonadas protestas en algún pregón inaugural de las fiestas y diversas denuncias que tuvieron como resultado la resolución de la Defensora del Pueblo de Castilla-La Mancha con fecha 13 de Junio de 2006, en la que se recordaba al Ayuntamiento “su obligación de ejercer de forma efectiva sus competencias de organización y control de los eventos lúdicos, con especial atención al control de actividades molestas durante las fiestas patronales”.
Y ahora llega la hora de los valientes. La hora de quitarle la sordina a la fiesta. La hora de considerarla como una inversión que genera actividad económica y alegría.
El Ayuntamiento de Guadalajara ha programado para los próximos fines de semana de abril y mayo un ciclo de ferias temáticas que se celebrarán en el Parque de la Concordia y que, según dicen, van a ayudar a convertir en un ‘hervidero de propuestas culturales y de ocio’ las calles de nuestra ciudad. El programa se llama ‘Guadalajara, de feria’ y empezaba el pasado 3 de abril con la Feria de la Economía Circular, del Trueque y la Segunda Mano. Distintas asociaciones de Guadalajara dedicadas al reciclaje y a los objetos de segunda mano ocupaban las casetas de madera de la Concordia. Más que hervir hacía un frío que pelaba y también sabemos que, más que circular la economía, merodearon los curiosos.
El año pasado las Ferias y Fiestas de Guadalajara se cancelaron. Este año, se ha programado algo híbrido y light, adaptando a la situación sanitaria la necesidad de trabajo de muchos y las ganas de jarana que tiene el público en general, limitando cada evento con sillas contadas, distancia y mascarilla. Y, el año que viene, si el bicho por fin es historia, anuncian desde el Ayuntamiento de Guadalajara que se celebrará por fin ‘su nuevo modelo de ferias en el corazón de la ciudad’. Si echaban de menos las Ferias y viven en el centro, tranquilos, el próximo año se van a hartar de olores y decibelios, pero, como dice Sara Simón, concejala de Festejos, ‘partiendo de la base de que las fiestas generan molestias, es solo una semana’.
Hubo un tiempo en que lo habitual en España en el mes de agosto era el cierre por vacaciones de la mayoría de los negocios y un paréntesis en muchas actividades. Septiembre suponía la vuelta al trabajo, a las clases y a la rutina. Sin embargo, en Guadalajara no se recuperaba la normalidad al cien por cien hasta pasada la semana de Ferias. ‘Hasta después de Ferias, nada’, solían decir si encargabas algo o esperabas que te hicieran un arreglo o solucionaran una avería. Salíamos del letargo agosteño sin prisa, las clases empezaban para volver a parar unos días después y en la ciudad se respiraba ese ambiente pre-festivo que, a veces, porque prima la ilusión, es aún más divertido que la propia fiesta.
Viernes de Ferias en Guadalajara y, sin embargo, las calles de la ciudad están semivacías, tristes, con una sensación que se encuentra entre la nostalgia y el temor. Nostalgia, porque deberíamos estar celebrando las Ferias y Fiestas de la ciudad, cada uno a su manera, en el baile-vermú, montando a los niños en los cachivaches del ferial, bailando en alguna verbena con el pañuelo de la peña anudado al cuello, o delante de los cuernos de un morlaco después del chupinazo. Y temerosos porque el bicho que obligó a suspender toda celebración parece que sí sigue campando a sus anchas, lo que ha obligado a Sanidad y al Ayuntamiento a tomar medidas más restrictivas para intentar parar las infecciones.
En estos tiempos que corren en los que cada conducta se mira con lupa, pues de ello en muchos casos depende que se puedan producir los tan temidos rebrotes y sus consecuencias más veniales, en las últimas fechas han tenido lugar algunos acontecimientos en los que la manera de actuar por parte de quienes los organizan y fomentan ponen de manifiesto la implicación y seriedad con la que se están tomando un tema tan serio como es este de la pandemia, que ha mandado ya a la vida eterna a centenares de miles de personas en nuestro país.
Si me leyeron la semana pasada, saben de mi gusto por la rutina. Es un placer culpable, junto con Justin Bieber, Chenoa y los pitillos. Y cada año, desde hace tres y pico que estoy por aquí, mi vuelta al cole siempre es la misma: crónica del festival Gigante y un par de temas de ferias. Elijo estas cuestiones porque me gustan, porque las practico y escribo con conocimiento de causa y porque, sinceramente, después del reblandecimiento cerebral con el que vuelvo de vacaciones* se me hace cuesta arriba pensar otro tema diferente. Sí, lo siento, no soy un bullir de ingenio como muchos pensaban. “Soy más bien normalita, ¿ok?, una mijita rara”, que diría la Mala Rodríguez. Perdón, vuelvo al tema.
Tests para todos. Esa ha sido la nueva ocurrencia del Partido Popular en el Ayuntamiento de Guadalajara para dilapidar el dinero que el Consistorio se ahorrará tras anunciar su decisión de suspender las Ferias y Fiestas de este año en la ciudad. El argumento, sólido como una roca, lo manifestaba el concejal Armengol Engonga, en la creencia firme de su grupo político de “que las pruebas masivas para detectar la enfermedad y aislar asintomáticos como estrategia preventiva es el camino para vencer a la Covid-19”. Y ponía como ejemplo la experiencia llevada a cabo en la vecina ciudad madrileña de Torrejón de Ardoz, donde con el dinero que había para festejos se han llevado a cabo, según apuntan los responsables de las pruebas, más de 100.000 tests de seroprevalencia.
A. Engonga, concejal del PP en el Ayuntamiento de Guadalajara. / Foto: Jesús Ropero
Los resultados de la muestra en la ciudad madrileña -que arrojaban una prevalencia de entre el 18 y el 22%, difiriendo de manera sustancial con los extraídos del estudio elaborado por el Instituto de Salud Carlos III y el Centro Nacional de Epidemiología, que estimaba esa cifra en torno al 11%, – han quedado ahora en cuestión después de conocerse que el modelo chino utilizado en las pruebas es uno de los 34 que la FDA (Food and Drug Administration) estadounidense desaconseja y recomienda que sean retirados.
No obstante, al margen de la fiabilidad de estos tests rápidos, que incluso la Organización Mundial de la Salud desaconseja para un objetivo diagnóstico, tienen mucha mayor consistencia el argumento de que estas pruebas para ser realmente útiles deberían realizarse de manera periódica, dado que de hacerse sólo una vez únicamente revelarían ese instante, y no impedirían que cualquier persona que haya dado negativo pueda contagiarse. Y llevar a cabo estas muestras a lo largo del tiempo supondría una inversión mucho mayor que la destinada por el Ayuntamiento a sufragar los festejos. Los expertos también apuntan al riesgo de que los ensayos puedan producir un efecto de relajamiento en las medidas de higiene y distanciamiento social en las personas que dieran falso positivo de anticuerpos por el coronavirus, exponiendo al resto de la población.
Pero lo que subyace de este planteamiento formulado por el Partido Popular guadalajareño en consonancia con su dirección nacional es la falta de propuestas concretas no sólo ante esta situación de urgencia sanitaria, sino en lo que respecta a la gestión del dinero público municipal. Mientras otros Ayuntamientos de municipios del entorno han conseguido obtener una unanimidad plenaria en iniciativas encaminadas a la reactivación económica, muchas de las cuales se financiarán en parte con cargo a esos presupuestos, en el Consistorio capitalino el Partido Popular ha tomado la dirección opuesta en abierta oposición al Plan de Recuperación Económica, que tiene como premisa la ayuda a autónomos, pequeñas empresas, hostelería y comercios. A pesar de ese voto en contra, el concejal ‘popular’ Jaime Carnicero no ha tardado en salir a la palestra para exigir que las actuaciones se agilicen, cuando ni tan siquiera se ha cumplido el plazo que el alcalde de la ciudad apuntó para la aprobación de esas ayudas, omitiendo que su grupo se hubiera centrado en otros menesteres como comprobar quien ha pasado la enfermedad.
Dice Engonga, otro concejal ‘popular’, que Rojo –el alcalde- “ya no tiene excusa y aquí tiene una oportunidad que no puede dejar perder porque sin duda será un dinero bien invertido con el que conoceremos nuestro estado de salud”. Se refiere a ese presupuesto de fiestas que el Partido Popular gastaría en tests masivos para todos.
Pregón de Ferias y Fiestas 2018. // Foto: Ayuntamiento Guadalajara
Por Patricia Biosca
Corrían principios de los dosmiles cuando la que escribe se encontraba debatiendo en una mesa de redacción sobre las Ferias y Fiestas de ese año. A pesar de ser una humilde becaria, la confianza hizo que levantase la voz para dar mi opinión sobre uno de los debates más viejos de la historia del hombre junto a qué fue antes, si el huevo o la gallina: ¿Ferias sí o Ferias no? Yo, con apenas veinte años y recién pagada la cuota de la peña, esgrimía el famoso “es solo una semana al año”. El resto profetizaba aquello de “ya crecerás” para indicar que el tiempo me sacaría de ese error. Lo que sí teníamos claro ambos “bandos” es que la festividad en honor a la Virgen de la Antigua no se dejaría de celebrar. Nunca. Jamás. Ni de coña. Pero de esto que llegó un murciélago en vez de una paloma y…Sigue leyendo →