
Detalle de la fachada del Infantado // Foto: Olga Berrios (Flickr)
Por Raquel Gamo
La propuesta para convertir al Palacio del Infantado de Guadalajara, uno de los edificios más bellos del gótico español, en Patrimonio de la Humanidad es en principio una excelente noticia para la ciudad. Denota una muestra de orgullo por uno de los escasos monumentos que se han conservado en buen estado en Guadalajara. Y lo que es más importante: este edificio identifica a los guadalajareños con una imagen de ciudad ligada a la cultura y a la participación ciudadana, a través del popular Maratón de Cuentos y otros acontecimientos motivadores como la última Noche de los Sentidos.