El Ojo te ve, o te verá

Por David Sierra

Conchi iba todas las mañanas a ver a su vecina, que vivía dos números más arriba. Encontraba siempre abierta la parte superior de la puerta, una de esas dividida por la mitad. Entraba decidida sin hacer uso del aldabón de bronce. Se colaba hasta la cocina y se acomodaba en alguna de las sillas de enea que rodeaban la mesa redonda de conglomerado y con brasero, que había al lado de la chimenea, donde la lumbre daba sus primeros lametazos a los troncos. Allí esperaba paciente, hasta que alguien entraba a darle conversación. A esas horas era también habitual que el cartero apareciese. Tampoco le hacía falta llamar la atención cuando no portaba cartas certificadas. Dejaba la correspondencia en la mesita de mármol del vestíbulo y marchaba sin avisar, como una presencia fantasmagórica.

Cámara de videovigilancia_detail

En la calle se respiraba confianza. Siempre encontrabas a alguien. Las vecinas merodeaban de una casa a otra mientras ponían en orden sus moradas. Los cerrojos apenas se usaban. Los chismes corrían como la pólvora. En las ventanas, tras los visillos, era corriente descubrir ojos y siluetas que vigilaban cualquier movimiento o ruido que resultara fuera de lo habitual. No había secretos, y los que surgían se guardaban en comunidad.

La situación ha cambiado. Las calles ya no tienen números. Apenas unas cuantas están habitadas. Solitarias permanecen casi todo el año. Un vecino por allí, una vecina por allá. Y algún dominguero que se ha dejado caer fuera de su rutina. En el día a día, son pocos los momentos en los que unos cuantos coinciden. Quizá cuando suena el claxon del panadero. A lo mejor el día de visita del médico. Los calaminos ruedan y ruedan con el viento sin que nadie haga nada por detenerlos. Y ante ese panorama, surgen los temores y acechan los miedos.

Hace ya casi una década que varios municipios de la provincia decidieron hacerse cargo de su seguridad, apostando por la videovigilancia. Poner cámaras en las calles que sustituyesen las miradas expiatorias de los ventanales. Y ganar la confianza perdida por la disminución de la población. Pero se dieron de bruces con una normativa demasiado complicada para ser acatada por ayuntamientos con recursos limitados. Querían contrarrestar así el hecho de que un buen número de cuarteles fueran cerrando y sus integrantes desplazados o reducidos a la más mínima expresión. El medio rural quedaba así dejado a la suerte de los vándalos. Significativos fueron los casos de Heras de Ayuso y Mantiel, con reproches políticos, denuncias públicas de atentado a la intimidad y amenazas veladas de sanciones inasumibles.

Ahora el fenómeno ha cambiado y está de moda salir en las fotos de los salvadores de lo despoblado. Por eso, cuando en la Sierra Norte sus alcaldes levantan la voz y plantean como solución grabar en vídeo las calles, obtienen buenas palabras. Y los vetos de antaño se convierten en manos tendidas y un concienzudo asesoramiento sin inconvenientes. El complemento ideal a ese plan de seguridad que incluye mayor presencia y esfuerzo policial del cuerpo más maltratado en sus condiciones laborales. La policía local de los pueblos, transformada también en custodio de unas imágenes que bien podrían facilitar su trabajo o directamente sepultarlos.

Ante tal tesitura, la apuesta para garantizar la seguridad y convivencia en nuestros pueblos es tirar por el camino de en medio. En el cajón de las administraciones ha quedado el interés de varios municipios de la provincia, partidarios de crear un cuerpo policial mancomunado que pueda resolver las carencias en materia de protección que existen en el medio rural. Una vez más los impedimentos, superaron a las voluntades. Y quizá esté en la garantía de esa seguridad, y no en el ‘Ojo te ve’, una de las vías para que nuestros pueblos vuelvan a repoblarse.

 

El Rey en Alcolea

Felipe VI pasando revista a los agentes junto al Ministro del Interior y el Presidente de Castilla-La Mancha. // Foto: Europa Press

Por Álvaro Nuño.

El Rey Felipe VI, acudía esta semana en Alcolea del Pinar al acto oficial de reapertura del Cuartel de la Guardia Civil de la localidad, que dará servicio de nuevo a este y a todos los pueblos de esta zona de Guadalajara. En su visita, Su Majestad se ha interesado por el trabajo que desarrollan los 40 agentes que volverán a prestar servicio en esta extensa zona de la provincia cerrado «erróneamente» en enero del año 2013 y reabierto felizmente tras las protestas llevadas a cabo por los vecinos tras una oleada de robos, y que fueron atendidas de manera diligente por los responsables de todas las administraciones públicas. Durante su visita al cuartel, Su Majestad ha tenido la oportunidad de departir unas palabras tanto con los agentes que volverán a prestar servicio en la Agrupación de Tráfico, como con los guardias civiles rurales que se vieron forzados a abandonar este servicio aún antes que sus compañeros. A estos les acompañaban sus familiares, que han vuelto también a residir en esta localidad, permitiendo la reapertura también de la escuela y de varios comercios locales.

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Ya vienen los lobos

Por David Sierra

En mi pueblo, a finales de septiembre, cuando terminaban las fiestas en honor a San Miguel y las chimeneas comenzaban a humear se decía que “ya vienen los lobos”. Es la coletilla con la que se daba a entender que el otoño y el invierno deja las calles de localidades como ésta abandonadas a su suerte. Sin un alma que transite en cuanto el sol yace en el horizonte más temprano que tarde a consecuencia del cambio horario. Se vislumbra una sensación de soledad que estremece al cualquiera y los silencios únicamente se rompen con el paso de algún que otro tractor con el surco montado y afanado en las tareas agrícolas propias de esta época.

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La verdad sobre perros y panteras (parte II)

El perro asilvestrado que "PODRÍA" ser la pantera de la Sierra Norte. // Foto: Guardia Civil

El perro asilvestrado que «PODRÍA» ser la pantera de la Sierra Norte. // Foto: Guardia Civil

Por Patricia Biosca

El misterio es algo que siempre ha llamado la atención del ser humano. Una constante que se hace palpable por el éxito de novelas, series, películas e incluso programas de televisión que muestran una realidad en la que todo es posible, en la que una niña tiene superpoderes y lucha contra bichos; en la que un extraterrestre puede volar y ser fotógrafo en sus tiempos libres; en la que hay una pantera suelta por los campos castellanos de Guadalajara. Sigue leyendo

Bagheera pasea por la Sierra Norte.

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El último avistamiento se ha producido esta semana en Jadraque. Fuente: Youtube.

 

Por Gloria Magro.

Harían falta unos prismáticos para apreciar bien el precioso gato que se ve a lo lejos en el vídeo grabado hace unos días en los alrededores de Jadraque, porque no cabe duda de que es un gato. Un gato grande, de hasta dos metros de largo más otro metro de cola por lo menos, con un pelaje completamente negro y fuera totalmente de contexto. Como sacado de El Libro de la Selva de Rudyard Kipling, como si de Bagheera se tratara. Un gato de dimensiones generosas y rasgos inequívocos de felino salvaje y ajeno se pasea indolente por la Sierra Norte de Guadalajara desde el pasado verano. Sigue leyendo

Asalto en la soledad

Por David Sierra

Vivía sola. Desde que muriera Federico a consecuencia de un mal de esos que llegan cuando aprieta el frío, aprendió a convivir en el silencio que guardan las espesas paredes de su casa. Parte en adobe, parte en piedra y ladrillo. En el interior, el gélido ambiente invernal se caldeaba a base de leña y fuego. En verano no hacía falta aire acondicionado. Hace años que sus descendientes volaron del nido. Tres, cada uno en una parte diferente del país o del planeta. Ella que sabía. Ninguno le vio futuro a la aldea. Tampoco la descendencia del resto de vecinos. La laboriosidad de la ganadería y la emigración en búsqueda de nuevas oportunidades pusieron el contador hacia atrás.

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Bandera blanca

2017.10.06 Cataluña

Por Álvaro Nuño.

El foco de atención durante estos días parece haber estado alejado de Guadalajara. La celebración del referéndum ilegal en Cataluña el pasado domingo, 1 de octubre, ha impregnado todo, desde las conversaciones de barra de bar hasta las reuniones familiares, pasando claro está por los medios de comunicación, que parecen no tener otra noticia más que «el procés». Ni siquiera las altas temperaturas que estamos sufriendo, más propias de agosto que de octubre, o el expolio de Entrepeñas y Buendía, que continúa pese al calamitoso estado que presenta la cabecera del Tajo,  son temas que ni le han hecho sombra a los realmente preocupantes acontecimientos que se van sucediendo en esa comunidad autónoma y que seguimos al minuto por redes sociales, televisión y radio.

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El movimiento asociativo en la Guardia Civil de Guadalajara

El autor del artículo, en un retrato del pintor alcarreño César Gil Senovilla

El autor del artículo, en un retrato del pintor alcarreño César Gil Senovilla

Por Zacarías Tábara*

  • Dedicado a todos los componentes del cuerpo y a sus familiares en el día de la Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil

Reflejar -aunque sea grandes rasgos- los pormenores de cómo se ha llegado a la situación actual en el movimiento asociativo de la Guardia Civil exige un recorrido por el tiempo, y retrotraernos a épocas y acontecimientos que he vivido de modo directo. El punto de partida debe establecerse en la célebre manifestación del 17 de diciembre de 1976, en Madrid, cuando unos 300 policías (entonces de la Policía Armada) y guardias civiles reclamaron, básicamente, su inclusión en el régimen de la Seguridad Social. En esas fechas yo estaba realizando un curso en la Dirección General del cuerpo, y allí me encontré con mis antiguos compañeros de la Primera Comandancia Móvil de Madrid, la unidad en la que había estado destinado hasta que pasé a prestar servicio en el Subsector de Tráfico de Guadalajara, en 1975. Esos compañeros míos representaban, prácticamente, el cien por cien de los guardias civiles integrantes de la manifestación, que fueron posteriormente detenidos y recluidos en las dependencias de la Academia de El Escorial (Artero -que luego se las tuvo con el General Chicharro-, Macías, Vicente Ruiz, Saco…) Y allí estuvimos custodiándolos durante un largo periodo de tiempo, y muchos fueron expulsados del cuerpo, si bien algunos lograron reingresar como consecuencia de fallos favorables de los tribunales.

El cabo Rosa, un histórico luchador por los derechos en la Guardia Civil, durante su reclusión en los 80 // Foto: AUGC

El cabo Rosa, un histórico luchador de la Guardia Civil

La llegada al poder del PSOE en 1982 supuso un halo de esperanza para los guardias civiles. Pero a las promesas se las llevó el viento, y la realidad permaneció inalterada por mucho «descubrimiento y enamoramiento» del cuerpo que pregonase el ministro José Barrionuevo. Con el paso del tiempo, la decepción cundió en un colectivo mayoritariamente ansioso de reformas. Y esto motivó el proceso de creación de sindicatos. Así fueron surgiendo, entre otros, la Unión Sindical de Guardias Civiles (USGC), el Sindicato Profesional de la Guardia Civil (SPGC) y la Unión Democrática de Guardias Civiles (UDGC), liderada por el cabo Manuel Rosa Recuerda.

Documento desclasificado con los planes del Gobierno en la Operación Column

Documento desclasificado con los planes del Gobierno en la Operación Columna

La falta de acuerdo en las negociaciones con el Ministerio del Interior, la represión llevada a cabo (la «Operación Columna» contemplaba «provocar algún hecho para obtener una prueba», según documentos secretos que con los años han trascendido, fechados entre 1988 y 1991, y fue una trama organizada por la Dirección General de la Guardia Civil para actuar contra agentes que pretendían asociarse y pedir mejores condiciones de trabajo, a través del Sindicato Unificado de Guardias Civiles) y las luchas internas entre dirigentes del movimiento clandestino, llevaron al fracaso momentáneo de la lucha para conseguir unos derechos mínimos para los agentes. Ante esta situación, se optó por encauzar la lucha mediante el derecho de asociación reconocido en la Constitución Española. De esta forma surgieron tanto la «Asociación 6 de Julio de Guardias Civiles», promovida por el agente asturiano José Luis Bargados (que al igual que Morata, había sufrido en sus carnes el encarcelamiento en Alcalá de Henares, acusado de dos delitos de sedición) y la asociación Coproper (Coordinadora Pro-Perjudicados por la gestión de Luis Roldán y la Corrupción), de la mano del sargento José Morata, que había sido detenido años atrás cuando estaba destinado en Menasalbas (Toledo). El Ministerio del Interior negó en un primer momento la inscripción en el Registro de Asociaciones de la primera de las citadas, lo que obligó a Bargados a acudir a la Audiencia Nacional, que mediante sentencia de 26 de julio de 1994  (¡20 años no son nada!) falló a su favor, por lo que, en cumplimiento de la resolución judicial, la Administración no tuvo más remedio que proceder a su inscripción, si bien no lo llevó a cabo de forma efectiva hasta el 12 de marzo de 1996, mucho después del fallo. Mientras, el 2 de agosto de 1994, apenas unos días después de la resolución de la Audiencia Nacional, se había inscrito legalmente Coproper. El 7 de octubre de 1994 se unificaron ambas asociaciones en el Congreso Constituyente del Movimiento Asociativo de Guardias Civiles, organizado por Coproper bajo el lema «A cara descubierta contra la corrupción y por tus derechos»,  y con la negativa a integrarse por parte de UDGC. Y ahí nació «Coproper-6J», que fue el embrión de la actual Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). El 14 de enero de 1998 la Audiencia Nacional dictó una sentencia histórica, en la que  se permitía ampliar los fines de la nueva Asociación, entre otras circunstancias, «para ejercer la representación de los asociados delante de los poderes públicos, administrativos o judiciales, en todas aquellas cuestiones justificadas y que fueran por el bien y la defensa de sus intereses sociales, como funcionarios y como ciudadanos de pleno derecho de un país libre y democrático». Además, la sentencia señalaba que los fines de la asociación «no sólo son completamente lícitos dentro del marco de nuestro ordenamiento jurídico, sino altamente saludables, al articular a través de la vía asociativa la participación ciudadana, al logro de una Administración que sirva con objetividad los intereses generales». Ya con anterioridad a esta resolución, el propio Tribunal Constitucional, en sentencia de 18 de octubre de 1993, vino a decir que el hecho de que la Guardia Civil tenga una «naturaleza militar» no impide que sus miembros puedan ejercer el derecho de asociarse, y tampoco es obstáculo para la existencia de asociaciones profesionales que velen por los intereses de los miembros del cuerpo. En lo que respecta a la Comandancia de Guadalajara, la Delegación Provincial se constituyó el 3 de diciembre de 1998, tras una reunión celebrada en el Edificio de Servicios Múltiples de la Avenida del Ejército, y en la que resulté elegido delegado provincial, y formamos al mismo tiempo un núcleo directivo junto con otros compañeros. Yo acababa de regresar de una misión internacional de 6 meses en Guatemala, destinada a la formación de la Policía Nacional Civil de aquel país, y al incorporarme a Guadalajara pude constatar que la inquietud y las ganas de hacer algo eran grandes, sobre todo entre el personal del Núcleo de Servicios y el de Tráfico. De hecho, había ya unos 40 compañeros que pertenecían a la Delegación de Soria de Coproper, donde Paco Torres llevaba a cabo una incesante labor de captación.

Portada del boletín que editaba Coproper-6J, embrión de la actual AUGC

Portada del boletín que editaba Coproper-6J, embrión de la actual AUGC, llamando a una «huelga de bolis caídos»

Tras el traslado de esas afiliaciones a la nueva Delegación de Guadalajara, comenzó la tarea propia de iniciar el camino pedregoso que ha llevado hasta el momento actual. La verdad es que existía mucho miedo a las represalias de los mandos (y también, no lo dudemos, a la inversa) o a la inmediata aplicación del Régimen Disciplinario interno. Pero, poco a poco, ese miedo se fue superando, y en un año alcanzamos la cifra récord de 184 afiliados, siendo proporcionalmente la de Guadalajara la Comandancia que más creció en este aspecto. Con carácter bimensual, publicábamos un Boletín informativo (del que se hicieron eco otras provincias que adotaron la misma medida) en el que se recogían las nuevas disposiciones normativas que afectaban al personal, las noticias de otras delegaciones, formularios de recursos, etcétera. Y además, entre otras cosas, a través del Grupo Parlamentario del PSOE en el Congreso, participamos en los trabajos de la que iba a ser la Ley 42/1999, de 25 de noviembre, de nuevo Régimen del Personal de la Guardia Civil.

20-1-2007: Manifestación de la AUGC en Madrid, contra los "incumplimientos del programa del PSOE". El agente con el puño en alto es de Guadalajara  // Foto: EFE (Ángel Díaz)

20-1-2007: Manifestación de la AUGC en Madrid, contra los «incumplimientos del programa del PSOE». El agente con el puño en alto es de Guadalajara // Foto: EFE (Ángel Díaz)

Recuerdo que al día siguiente a la constitución de la Delegación Provincial, y estando yo prestando servicio en la Prisión Provincial de la calle del Amparo, sobre las ocho y media de la mañana aparecieron dos miembros del Servicio de Información de la Comandancia, alarmados por lo que había acontecido. Les hice ver que nuestra intención era trabajar por una Guardia Civil democrática y moderna, por sus derechos y por los nuestros. Porque no era de recibo que quienes teníamos como misión velar por los derechos y libertades de los demás, estuviésemos huérfanos de todos ellos. Al propio teniente coronel jefe de la Comandancia le hice saber que nuestra labor pretendía ser integradora, no rupturista, y que lo primero era cumplir con nuestras obligaciones para poder luego exigir derechos. Pero advertí que no estábamos dispuestos a consentir atropellos ni a ocultar las irregularidades que observásemos. Las líneas del campo de juego quedaron marcadas muy claramente (y por cierto, determinados desmanes salieron a la luz con amplio eco en la sociedad guadalajareña y en el colectivo de la Guardia Civil). La creación de la Delegación Provincial tuvo mucho eco en los medios de comunicación de Guadalajara, y fue tremendamente llamativo el hecho de que, entre todas las autoridades e instituciones a las que enviamos una carta comunicando nuestro nacimiento (unas 50), únicamente dos personas, (José Luis Ros por parte del PSOE, y José María Bris, como alcalde de Guadalajara, del PP) contestaron a nuestra carta, deseándonos los mayores éxitos.

Zacarías Tábara, recibiendo un homenaje en un reciente acto de la AUGC de Guadalajara // Foto: AUGC

Zacarías Tábara, recibiendo un homenaje en un reciente acto de la AUGC de Guadalajara // Foto: AUGC

Para finalizar, quisiera mostrar mi agradecimiento tanto a quienes han continuado la labor que iniciamos en una tarde de diciembre de 1998, como a todos aquellos que, de una u otra forma, han contribuido a que la Asociación Unificada de Guardias Civiles sea actualmente una realidad viva. También quiero recordar también la labor reivindicativa que en su momento llevaron cabo las esposas o parejas de los guardias civiles, con sus reuniones frente a la Subdelegación del Gobierno. No hace mucho que celebramos nuestros primeros 15 años de vida, y espero que estos sean sólo el comienzo de una larga y fructífera andadura. Se trabaja por una Guardia Civil mejor. Y, porque se quiere a este cuerpo, se está dispuesto a todo. Incluso, como dice Sabina, a «morirme contigo si te matas; y matarme contigo si te mueres; porque el amor cuando no muere mata; porque amores que matan nunca mueren».

*militarZacarías Tábara Carbajo (1952) es un guardia civil retirado, residente en Guadalajara, donde ha desarrollado casi toda su trayectoria profesional. Fue promotor de los primeros movimientos asociativos en el seno del instituto armado. Licenciado en Derecho, es un respetado especialista en legislación y jurisprudencia de su campo laboral, y como tal ha escrito varios libros. 

Un robo del copón

Botín recuperado en la "operación Ostensorio", la semana pasada. // Foto: Guardia Civil

Botín recuperado en la «operación Ostensorio», la semana pasada. // Foto: Guardia Civil

Por Concha Balenzategui

Los robos en iglesias de la provincia han vuelto a ser noticia estos días, gracias a la detención de tres jóvenes a los que se atribuyen los cometidos en Quer, Miralrío, Loranca de Tajuña y Yunquera de Henares. Es la llamada “Operación Ostensorio”, que ha conseguido recuperar un botín de decenas de utensilios litúrgicos y ornamentales, además de esclarecer varios robos de vehículos.

Los saqueadores de templos han hecho el agosto en nuestra provincia desde hace años, aunque precisamente actuaban en los meses de invierno en ermitas apartadas o pueblos casi deshabitados. En este caso, las investigaciones estaban en marcha desde el mes de enero y no concluyeron hasta el día 17 de agosto, con el cerco a los sospechosos e incluso un intento de fuga por los tejados de Yunquera, al más puro estilo cinematográfico.

Mantener la vigilancia en alrededor de 300 iglesias con culto y medio millar de ermitas cerradas la mayor parte del año no es fácil en una provincia de nuestras dimensiones. En este caso, las víctimas han sido en su mayoría templos de lugares poblados, pero en muchas otras, los amigos de lo ajeno han aprovechado la ausencia de vecinos y vigilancia para campar como Pedro por su casa por “la casa de Dios”. Habitualmente son robos sin testigos, en que los ladrones pueden hacer todo el ruido necesario para descerrajar puertas y franquear ventanas que no siempre están en buenas condiciones. Con frecuencia, los vecinos o el párroco no se dan cuenta hasta días o semanas más tarde, cuando vuelven a abrir la iglesia.

La desprotección del patrimonio litúrgico ha dado lugar a las peculiares situaciones que todos conocemos en el mundo rural, donde las joyas de la Virgen o la talla del santo patrón se guardan en casa del párroco, si este vive en el pueblo, o incluso de algún vecino. Las ermitas se encuentran desnudas de imágenes y lienzos durante todo el año, y sólo el día de la fiesta patronal retornan las piezas a su sitio original. En muchos municipios y pedanías no es rara la figura, normalmente una señora, que custodia las llaves de la iglesia, y que se muestra recelosa cuando aparecen unos visitantes que se interesan por ver el templo. Algunas piezas de destacado valor se exhiben en el Museo Diocesano de Sigüenza, mientras una réplica ocupa su lugar original.

En la última noticia, me ha sorprendido el hecho de que los saqueos a lugares sagrados tenían el único objetivo de vender el botín por el valor de sus metales, fundamentalmente la plata con la que están hechos. Patenas, cálices y ostensorios como los que muestra la fotografía facilitada por la Guardia Civil, tenían como único destino la fundición en el negocio de la compra de metales, que es uno de los pocos que ha subido como la espuma merced a la crisis. Poco importaba que copones, vinajeras e hisopos estuvieran datados en los siglos XVII, XVIII y XIX. Se iban a vender al peso.

Hace unos cuantos años, el cura Fernando Serrano me relató que llegó a identificar en un anticuario las partes de un retablo, perfectamente embaladas y preparadas para viajar a Alemania y Japón, cuatro días después de la desaparición de la ermita de Riofrío del Llano, donde él actuaba como párroco. Estaba claro que los cacos actuaban por encargo, con grandes dosis de especialización y conocimiento de las piezas que manejaban, y con rapidez asombrosa. Una gran diferencia con estos detenidos, tres jóvenes rumanos, que igual expoliaban una iglesia que se llevaban un coche o asaltaban la Oficina de Correos de Humanes.

Atajar este tipo de robos se plantea como una lucha compleja, más allá de las costumbres relatadas de despojar de valor a los templos para mantener los objetos a mejor recaudo. Hay que entender que piezas que pueden ser capricho de un coleccionista no tienen siempre un valor material y muchas veces son de escaso peso artístico, como para adoptar costosas medidas de seguridad. Pero tienen un valor sentimental para los vecinos que los han reunido con sus donativos y mantenido con sus cuidados. Imágenes y objetos venerados a lo largo de generaciones, ante las que los fieles han rezado en momentos difíciles y han celebrado sus fiestas, son más suyas que de la Diócesis que oficialmente tiene la propiedad. Por eso debe estar en manos del pueblo al que pertenecen la decisión de su destino. Y también la responsabilidad. La protección del Patrimonio, cuando hablamos de obras de valor artístico o histórico, es un deber que supera las convicciones religiosas y compete a toda una sociedad y sus administraciones, independientemente de las creencias. No podemos dejarla en manos de un cura que atiende siete parroquias o de cuatro beatas bienintencionadas.