Disfraces para todos

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El disfraz de charrán sustituirá al de gaviota este Carnaval en el PP // Foto: El Confidencial

Por Álvaro Nuño.

Pasado ya el Jueves Lardero o «Día de la tortilla», como es conocido en algunas localidades de la Campiña, donde es costumbre salir al campo a degustar tan delicioso manjar en compañía de amigos y compañeros, nos adentramos ya de lleno en los días en que Don Carnal campa a sus anchas por calles y plazas. Hay que aprovechar estos días para pasárselo bien, disfrutar tras una máscara o aprovechar para desenmascarar el rictus que nos imponen las obligaciones y compromisos de formar parte de una sociedad muchas veces demasiado seria para permitir un desmelene de vez el cuando. Pues bien, ha llegado la ocasión. Las fiestas de disfraces se celebran por doquier y no es extraño cruzarse por la calle con estrafalarias vestimentas que intentan causar la carcajada propia y ajena. Es sano esto de celebrar el Carnaval.

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Disfunción decimonónica

pp en elecciones

El PP fue el partido más votado en Guadalajara en la noche del 20D. // Foto: PP Guadalajara

Por Borja Montero

Las elecciones generales del 20-D y sus nunca vistos resultados han traído consigo análisis de todo tipo. Además de aquellos al respecto del contenido ideológico de las propuestas y los mensajes, de las “líneas rojas” que cada uno traza o de los posibles ‘compañeros de cama’ que la nueva composición arco iris del parlamento puede traer a quien pretenda gobernar, el método de designación de los escaños también ha sido uno de los temas que más se han sacado a colación desde la noche del domingo. Todas las formaciones políticas, excepto quizá el PSOE, han aludido a la actual Ley Electoral al sentirse perjudicados por la forma en la que está prevista la celebración de los comicios, los recuentos y el posterior reparto del pastel, algo a lo que tradicionalmente solo hacían referencia los partidos más pequeños. Incluso el PP guadalajareño, a través de su presidenta, ha reflexionado acerca de la justicia o no de la designación de diputados en la provincia en estos comicios, a pesar de los beneficios en forma de actas de diputado que, dadas las reglas del juego, esta formación ha obtenido a nivel nacional (y, en anteriores ocasiones, también en Guadalajara). Sigue leyendo

Del garbanzo al puchero

Gráfico de resultados electorales en Guadalajara capital

Gráfico de resultados electorales en Guadalajara capital

Por Óscar Cuevas

1.- Un nuevo grano en la izquierda

El Partido Popular es el partido más votado en Guadalajara capital, indefectiblemente y en cualquier tipo de comicio, desde las Elecciones Generales de 1989. Hay que remontarse a las Municipales y Autonómicas (y Europeas, pues se celebraron el mismo día) de 1987 para ver a un partido de izquierdas encabezando las candidaturas de la ciudad. O dicho de otro modo: Hace 28 años que un partido de izquierdas no gana unas elecciones en la ciudad de Guadalajara, hablando en términos absolutos.

Este dato da el síntoma de la composición sociológica de una capital donde, cuando gobierna la izquierda, es en virtud de pactos y alianzas postelectorales (por cierto, tan lícitos como lógicos en un sistema de representación proporcional). Así ocurrió en las Municipales de 2003.

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Paso al diálogo

Comparecencia del PP en la noche electoral.

Comparecencia del PP en la noche electoral.

Por Concha Balenzategui

Si hay una mentira que se repite en todas las elecciones es esa máxima de que en la noche electoral todos los partidos se dicen ganadores. Tan extendida como falsa. Yo he visto a muchos candidatos reconocer su derrota, o al menos analizar la cara amarga de unos resultados que no esperaban. En la madrugada del domingo, y a lo largo del día de ayer, hubo varias lecturas con sabor agridulce en los partidos, e incluso ejercicios de autocrítica, como el del propio presidente del PP y del Gobierno estatal, Mariano Rajoy.

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Puro oportunismo

Padrino

Luis Padrino, alcalde de Almoguera // Foto: La Crónica

Por Óscar Cuevas

En la pugna política hay fronteras frágiles y delgadas. A veces son tan sutiles, estas líneas imaginarias, que se traspasan con facilidad. Así, es relativamente frecuente que lo audaz caiga en lo temerario, que lo que pudiera parecer cercano se convierta en populista, que un argumento sencillo cruce al lado de la demagogia, o que lo que en un político puede parecer habilidad, lo que esconda, en el fondo, sea mero oportunismo.

En los últimos días hemos visto ejemplos llamativos de este «oportunismo político». Incluso diría que algún caso ha ido más allá, cayendo en el pozo de la falta de decoro. Yo les voy a hablar de 3 casos.

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Cuatro imágenes y mil palabras

El consejero Echániz, en su visita a las obras del aparcamiento del Hospital. // Foto:  Junta de Comunidades

El consejero Echániz, en su visita a las obras del aparcamiento del Hospital. // Foto: Junta de Comunidades

Por Concha Balenzategui

Echániz no ve de cerca. El consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, visita las obras del aparcamiento del Hospital de Guadalajara, y observa los planos. El gesto que ofrece Echániz en esta foto me es familiar, como a muchos de los que hemos superado los 40. Dicen que uno de los primeros síntomas de que la edad avanza es que notas los brazos más cortos: Pasa cuando sientes la necesidad de alejarte los papeles de la cara para poder ver algo con nitidez. Un síntoma de vista cansada. No sé si el consejero empieza a padecer presbicia, como me sugiere esta foto, pero su gesto me viene al pelo para la reflexión de ese momento.

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Las Cortes, más allá del circo

Diputados del PSOE y la polémica camiseta, el pasado jueves en las Cortes.

Diputados del PSOE y la polémica camiseta, el pasado jueves en las Cortes.

Por Concha Balenzategui

Lo escribí en Twitter al enterarme de lo sucedido, el pasado jueves, en el debate de Presupuestos en el Parlamento Regional: “Las Cortes de Castilla-La Mancha han dado espectáculo muchas veces. Lo que pasa es que los actores han cambiado de papeles”. Y es que lo primero que me vino a la memoria al leer la crónica de la sesión, con los diputados del POE expulsados por vestir camisetas en solidaridad con los trabajadores de la planta de Elcogás en Puertollano, fueron otras trifulcas pasadas, como la de los diputados del PP sacando pancartas y ausentándose del pleno, en la legislatura anterior. Recuerdo muy bien a dos de los parlamentarios más activos de esta protesta: Ana Guarinos -hoy presidenta de la Diputación de Guadalajara y del PP provincial- y Vicente Tirado, hoy presidente de las Cortes y número dos del PP regional.

Hay dos versiones de lo sucedido la pasada semana. La del PP es que los diputados socialistas no tenían intención de debatir, sino de armar bronca: «¿Para qué quieren los socialistas mantener el sueldo y el número de diputados, si cuando hay que debatir y votar en el pleno más importante del año, como es el de Presupuestos, abandonan la cámara y no cumplen con su trabajo?”, se preguntaba la diputada guadalajareña María José Agudo. “No se pueden montar esos circos y esos teatros en un lugar que simboliza la representación de todos los castellano-manchegos”, fue su frase más destacada. Luego vino lo de decir que el PSOE se está radicalizando para parecerse a Podemos, que es el último mensaje del argumentario popular, tras pintar cuernos y rabo a los de Pablo Iglesias.

La versión del PSOE es que el provocador fue el presidente de la Cámara, con la expulsión de cinco diputados, «simple y llanamente por decir palabras que no querían escuchar» en el PP, según Cristina Maestre, portavoz del PSOE regional.

Hay que partir de que el resultado del pleno no hubiera variado en absoluto sin el incidente de la camiseta. El PP hubiera aprobado el Presupuesto únicamente con sus votos, como estaba previsto y como a la postre fue. Probablemente tampoco se hubiera admitido ninguna de las enmiendas socialistas. ¿Qué cambia entonces? En realidad, poco. Y sin embargo, mucho. Porque la imagen de unos diputados a los que ya no pagamos el suelto (ahora solo dietas), pero en cualquier caso hemos elegido, a la gresca, en lugar de debatiendo nuestras cuentas, es muy pobre. Y triste en uno de los asuntos más trascendentales que se tratan en todo el año, junto al Debate sobre el Estado de la Región. Mal sabor de boca para el brindis de despedida antes de las vacaciones de Navidad.

Pienso que Tirado se excedió en su interpretación del reglamento de la Cámara. Porque la camiseta no contenía críticas de por sí, ni carga de ideología, ni era en absoluto indecorosa u ofensiva. Decía únicamente: «No al cierre de Elcogás”. Y en puridad, no hay ningún articulo de las normas internas que prohíba a los diputados vestir camisetas de protesta, algo que sí está vetado a los asistentes del público, como en otros parlamentos. Fue excesivamente riguroso, si como parece, las camisetas no interferían ni impedían las intervenciones.

Pero sobre todo, Tirado fue poco inteligente, lo cual tampoco es una gran sorpresa. Porque si hubiera dejado proseguir el debate, la camiseta hubiera sido la anécdota, no la noticia. Y hoy quizás estaríamos hablando de otra cosa. Puede que incluso de los propios presupuestos.

Protesta de los diputados populares, la pasada legislatura.

Protesta de los diputados populares, la pasada legislatura.

Recordaba al principio que antes era el PP el que sacaba pancartas y daba «espantadas». Porque al menos en ocho ocasiones en la pasada legislatura, los populares se marcharon de la Cámara. Ahora es el PSOE el que abandona el pleno, aunque lo hace después de que varios de los suyos sean expulsados por no aceptar las peticiones de Tirado de retirar la prenda. Y hay una importante diferencia entre expulsar a los parlamentarios, e interrumpir el pleno para que la Mesa de las Cortes decida si accede a debatir lo que un grupo ha propuesto.

En fin. Nos estamos acostumbrando a que la política se debata más en las redes sociales que en las propias cámaras. A que las protestas en la calle tengan más argumentos que los propios debates. Y a que las sesiones se conviertan cada vez más en el reflejo de la tensión que vive la calle. Desde las feministas de Femen -estas sin camisetas- hasta el coro de Los Miserables contra la Ley de Seguridad, conocida como la «Ley Mordaza», protestas las hay de todos los colores, y casi siempre consiguen llevarse algunos focos. Probablemente es a lo que aboca la falta de confrontación de ideas sumada a la fuerte confrontación de fuerzas.

La periodista toledana Mar Illán, que lleva a sus espaldas bastantes más horas que yo de sesiones en «Los Gilitos», también destacaba en un artículo la alternancia de papeles en la protesta. Y culpaba a la rigidez del Reglamento, que permite intervenciones interminables y en todo momento al que gobierna, y da muy pocas oportunidades a la oposición de contrarrestar el rodillo. Dice que el PP se acostumbró a montar escenas cuando quiso ser noticia, porque no le quedaba otro recurso, y que ahora es el PSOE el que se ve abocado a sacar los pies del tiesto si quiere hacer visible su oposición. Seguramente tiene toda la razón, pero no deja de ser triste que acabemos resignados a esta situación.

El problema va más allá del Reglamento, creo yo. La norma es una herramienta perversa en manos del bipartidismo imperante en las Cortes, que hace que quien tiene más votos no dé la mínima opción al rival a enmendar, discutir o contrariar sus decisiones. Dentro de unos meses, el recorte del número de parlamentarios que nos trae la nueva Ley Electoral pondrá más difícil todavía el que terceras fuerzas políticas entren en el parlamento autonómico, por mucho que el desgaste de los dos grandes partidos haya calado en la sociedad en favor de otras formaciones, como evidencian las encuestas. Y el panorama es negro para este legislativo de juguete y pantomima a orillas del Tajo, independientemente del resultado de las urnas. Porque una nueva mayoría absoluta presagia otra edición más de rodillo, y su ausencia, dadas premisas relatadas, podría servir en bandeja la jaula de grillos.

Es más grave de lo que parece. Porque no se trata de la imagen de la Cortes, que ya ha quedado por los suelos; ni siquiera de su papel, lógicamente cuestionado si se limita a revalidar de puro trámite lo dispuesto por el Ejecutivo. Se trata de su legitimidad. Y si la próxima primavera, en virtud de los cambios electorales impulsados y respaldados únicamente por el PP, la representación parlamentaria de Castilla-La Mancha no responde proporcionalmente a la voluntad de los ciudadanos, ya no estaremos ante un espectáculo de más o menos gusto. No hablaremos de una bufonada, sino de un atentado contra la Democracia.

Hiendelaencina, sin feria

Feria de Ganado de Hiendelaencina 2012, con la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos. // Foto: Diputación Provincial de Guadalajara.

Feria de Ganado de Hiendelaencina 2012, con la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos. // Foto: Diputación Provincial de Guadalajara.

Por Concha Balenzategui

Nos hemos enterado a toro pasado de que este año no se celebrará la Feria de Ganado de Hiendelaencina. La trigésimo primera edición de esta fiesta se había convocado para el pasado sábado, 14 de junio, pero unos días antes se decidió suspender los actos. El Ayuntamiento de Hiendelaencina ni siquiera lo ha comunicado a los medios de comunicación, y se ha limitado a publicar en la página web municipal la decisión.

El motivo que aduce el Consistorio es la falta de apoyo institucional a la cita, puesto que no cuenta con subvención para hacerla. Habían pedido dinero, como siempre, a la Diputación Provincial, pero esta no la había garantizado, por lo que se ha decidido evitar la incertidumbre de saber quién correrá con los gastos.

La explicación que la institución provincial ha dado a la prensa parece bastante ambigua. Que están planteando articular una convocatoria específica para la subvención a ferias de ganado y que de momento no se ha publicado. Lo que viene a ser el “vuelva usted mañana” de Larra.

No tiene defensa ninguna. A quienes piensen que el Ayuntamiento ha sido demasiado escéptico y debía haber confiado en los planes de la Diputación, que tenía que haber convocado el acto y después solicitar la subvención, les recuerdo que en 2013 tampoco hubo ayuda para este evento. El año pasado la feria se celebró sin subvención de la Diputación, y los gastos fueron sufragados por el Consistorio, los vecinos y los propios ganaderos participantes. La explicación fue entonces que la partida destinada a la Feria se había gastado en ayudas a los ganaderos que habían sufrido ataques de lobos.

No puedo entender los motivos reales de esta cerrazón, ya que ni los de este año si los del año pasado me convencen. Ya sé que en este pueblo gobierna el PSOE. Ya sé que este vecindario, y su alcalde en concreto, ha levantado la voz más que otros contra el cierre de las urgencias de su centro de salud. Sé también, es evidente, que su página web está presidida con imágenes de pancartas de oposición a los recortes. Y no olvido lo que pasó este invierno, cuando se produjo la contaminación en el agua potable, y el Ayuntamiento se enfrentó a la Junta y la Diputación. Pero entonces, a pesar del posicionamiento en aquella polémica, la institución al menos suministró agua a los vecinos con camiones cisterna. Y finalmente, no sin mucha batalla por medio, se avino a sufragar el cambio de cañerías.

Pero sigo sin entender por qué este castigo a una tradición de tres décadas, que siempre se anunciaba con unos días de antelación en una rueda de prensa en el propio palacio de la plaza de Moreno. No entiendo la negativa del año pasado, que sí saltó a los medios, ni la de este. Y me duele especialmente cuando llueve sobre mojado, pues solo hace unos días que me volvió a sorprender y a indignar, a partes iguales, saber que la Diputación tampoco colabora con la fiesta de la Caballada de Atienza, según explicó en este mismo blog el escritor e historiador Tomás Gismera.

Tampoco sé por qué el Ayuntamiento ha decidido no hacer ruido con el tema. Por qué se ha limitado a publicar la suspensión en su página web sin avisar a los medios de comunicación. No sé si este alcalde beligerante se ha cansado de luchar o si la decisión ha sido más que discutida en el pueblo. Y ambas cosas me producen una tremenda tristeza.

Conozco la Feria de ganado de Hiendelaencina, y también la de Cantalojas. Como para cualquier turista, para mí las diferencias se limitaban a que una se celebraba en verano y otra en invierno; y que la primera se centraba en ganado ovino y caprino, y la segunda en vacuno. Ambas se desarrollaban en la Sierra Norte, con un sentido más folclórico y festivo que el importante negocio que representaban antaño, y siempre acompañadas de dulzainas, buena comida y fraternidad. La de Hiendelaencina podía presumir de ser más antigua, apenas una edición más, y la de Cantalojas tenía el orgullo de estar declarada de Interés Turístico Provincial. Pero alguna diferencia más debe haber para que la institución provincial siga apoyando la celebración de Cantalojas y deje morir de inanición a la de Las Minas.

La última vez que estuve en la Feria de Hiendelaencina, en 2012, disfruté de una jornada de primavera al sol, de una buena comida, y de algunos espectáculos muy poco frecuentes, como el esquileo de las ovejas. Los niños que me acompañaban andaban sorprendidos con la presencia de los rebaños y disfrutaron recogiendo piedras brillantes por el campo que aún guardan en casa como un particular tesoro. Poco más le pueden pedir unos forasteros urbanitas a una fiesta como esta, que el reencuentro con las tradiciones y una especie de comunión con el mundo rural que frecuentemente olvidamos.

En aquella ocasión, también andaba por allí la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos, bendiciendo con su presencia y la de su séquito el evento. Recupero un par de párrafos de la nota que la Diputación emitió en aquel momento. Dice que Guarinos agradeció el cariño y recibimiento del alcalde del municipio, Mariano Escribano, al tiempo que trasladó todo el apoyo y la colaboración de la institución provincial para mantener la continuidad de la Feria del Ganado. «Desde la Diputación de Guadalajara vamos a seguir apoyando y colaborando con este tipo de eventos que ponen su importante granito de arena en el mantenimiento del medio rural», manifestó la presidenta de la Diputación, añadiendo que «en los últimos años, en el medio rural no se ha vivido, se ha sobrevivido, y por eso tenemos que seguir trabajando para que la despoblación nos afecte lo menos posible. Para ello, las puertas de la Diputación están abiertas para todo aquello encaminado a mejorar un pilar fundamental como es el sector ganadero».

Poco ha cambiado en la ganadería desde entonces, y si ha cambiado, no será a mejor. El resto son milongas.