
Luis Fraga Egusquiaguirre, llegando a la Audiencia Nacional a declarar ante el juez Ruz // Foto: J.C.Hidalgo (EFE)
Por Óscar Cuevas
En el Partido Popular de Guadalajara se ha dado cuenta, precisamente esta semana en la que estrenamos el verano 2014, de que la persona que durante más tiempo les ha representado como parlamentario nacional, en toda la Democracia, es -digámoslo así- de poco fiar. Olé tu perspicacia, Ana Guarinos.

Saulo cayendo del caballo, o dirigente del PP de Guadalajara dándose cuenta de quién es Luis Fraga // Cuadro de Parmigianino
Y es que ha sido ahora, justamente en estos días, cuando (¡milagro!) los populares se han caído del caballo, como Saulo, y se ha producido su conversión al antiparacaidismo trempante.
Esto de ahora no lo vieron venir, ni de lejos, durante los 20 largos años en los que Luis Fraga Egusquiaguirre (alias, «el sobrinísimo») ejerció como senador por esta circunscripción. Debe ser que, como venía entre poco y nada, no tuvieron tiempo de charlar con él. Y por ello ha tenido que ser en junio de 2014, 6 años después de que dejara de ser parlamentario por Guadalajara, 2 años después de que lo dejara de ser también por Cuenca, cuando el PP de nuestra provincia ha visto la luz. Alabada sea tu visión política, Ana Guarinos.
¿Cómo es posible que durante décadas Luis Fraga (alias, «el rey del Anapurna») fuera un estupendo representante nacional electo por nuestra provincia, y que ahora sea un apestado? Pues la razón es tan sencilla como que Fraga (alias, el «amigo del alma de Bárcenas») ha declarado ante el juez Ruz que, efectivamente, durante sus años de gloria política alcarreña, él recogía dinero de la Caja B de Génova, que luego entregaba «en billetes» en las sedes provinciales de los partidos por los que se presentaba a las elecciones.
Bueno, la parte que entregaba al partido era pequeña, no nos vamos a engañar. 3.000 euros en 2004, ha dicho. No parece la caraba. Y digo yo que el monto gordo se debía ir a sus cuentas suizas. Que eso lo sabe también hasta el último militante del PP de Guadalajara, uno de esos que le aclamaban cuando empezaban las campañas electorales, y Fraga cogía la escoba para encolar un cartelillo. Uno nada más, no se vayan a pensar que se dejaba los cuernos.
A raíz de la declaración judicial y bajo juramento de Fraga, el PP de Guadalajara ha emitido un comunicado, breve, de tres puntos, que es una gloria leerlo, y que hemos de encuadrar en el género de los comunicados de la obviedad en la negación de la evidencia. Y así, nos dicen Guarinos y Sánchez-Seco que no hay documento alguno en la contabilidad del partido donde «conste» que el señor este entregaba cantidad alguna a quien definió como «un señor de bigote» (que no puede ser otro que Paco Orozco, el sempiterno gerente del partido). Que «no consta», nos cuentan. ¿Alguien esperaba otra cosa?

Álvaro Pérez «El Bigotes», en un acto de NNGG celebrado en Guadalajara y organizado por empresas de la trama Gürtel // Fotograma de RTVCM
Así pues, sabemos ya que la Gürtell-Bárcenas lleva años rondando por Guadalajara. Pero hasta la fecha lo había hecho muy tangencialmente. Unos actos de campaña organizados en el Tryp por «el Bigotes» y sus empresas de la trama; una declaración ante el juez que salpicaba a Rafael Hernando; unos eventos de Metro de Madrid adjudicados a dedo a otras empresas de Correa y sus amigos cuando Ramón Aguirre estaba al frente del suburbano, colocado por Cospedal… poca cosa, la verdad. Lo mollar es lo conocido ahora, y es lo que exige explicaciones -alguna de más enjundia, digo- de los dirigentes actuales y pasados del partido. Porque lo sabido se resume en una frase: Fraga ha dicho bajo juramento y ante un juez que financió campañas electorales del PP de Guadalajara con dinero negro. Y vistan ahora ustedes el titular como quieran.
En fin, seré buenista, pensaré en positivo, y me limitaré a pedir que toda esta situación al menos sirva de lección al partido más importante y representativo de nuestra provincia. Espero que, con lo sabido hasta la fecha, el PP de Guadalajara se blinde, se haga fuerte, y tenga argumentos y peso suficientes para no volver a aceptar, nunca más, y bajo ninguna circunstancia, que desde Génova 13 le impongan paracaidistas infames sobre los que no mantienen ningún control… y que vete tú a saber en qué líos te pueden meter. Con eso me conformaría; con no volver a ver en las papeletas de la gaviota a Fragas, Mirandas, Aguirres y demás ralea. Que esos sí que son la «casta», la genuina casta política de vividores que nos invade.
Claro, que este ejercicio de responsabilidad no sólo cabe pedírselo al PP. También a sus votantes, mayoritarios en Guadalajara elección tras elección. Porque esta sociedad tan escorada a lo conservador, tan nuestra, tan de aquí; esas personas que no tienen reparos en declararse las más guadalajareñistas del mundo mundial, llevan décadas votando a cuneros infames. Y haciéndolo con auténtica veneración. Hasta Fraga (alias «el iberoamericanista») ha alardeado de ello, recordando que, no una, sino varias veces, fue el senador más votado por nuestra provincia. ¿No es para reflexionar?