
Ciudadanos se ha ‘colado’ en la política guadalajareña poco a poco y podría llegar a obtener uno de los tres dipuados en liza el 20D. // Foto: B. M.
Por Borja Montero
Quedan apenas tres días para las elecciones generales y poco se puede decir ya para cambiar las voluntades de los guadalajareños llamados a las urnas. Tampoco parece que en las últimas dos semanas se haya dicho mucho para conseguir modificar las quinielas previas a la campaña electoral, un periodo que, tanto a nivel provincial como nacional, y salvo honrosas y contadísimas excepciones, ha sido de los menos excitantes e innovadores de la democracia reciente, lleno de mensajes predecibles, propuestas casi inexistentes y modelos de discurso y participación encasillados y aburridos, y eso que hay dos nuevos partidos en liza con cierto calado entre la ciudadanía. Quizás, en pleno debate acerca de la nueva y la vieja política, y con la incertidumbre que en estos comicios han dado las cambiantes encuestas, nadie quería dar un paso en falso pero lo cierto es que el ciudadano no ha podido contrastar las diferencias programáticas (porque se ha hablado poco de promesas y propuestas), evaluar el nivel de interlocución y debate de los candidatos (porque casi todo han sido eslóganes biensonantes cocinados a priori) ni recabar datos reales (ya que cada uno los ha retorcido a su antojo).
En el caso de Guadalajara, parece que el habitual equilibrio de fuerzas de 2-1 entre el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) puede romperse por primera vez, contra el pronóstico de los propios protagonistas, ya que, viendo cómo han configurado las listas para estos comicios, daban por bueno el reparto de escaños de siempre. Sin embargo, y a falta de que se produzca el hecho sufragístico en sí y el posterior recuento, los nuevos actores que ya hicieron su aparición en las últimas citas electorales europeas y municipales continuarán con su tendencia de ir alcanzando poder, o al menos representación, en las instituciones, también en esta provincia, ya que los caprichos de la Ley D’Hont no servirán esta vez, si los porcentajes previstos por las encuestas se confirman, para restarles este privilegio. Sigue leyendo →