Por David Sierra
Era un día muy especial. La primera vez que asistía a un acontecimiento del que me habían hablado maravillas por la gran cantidad de cosas que podría ver. En una jornada no da tiempo a mucho. Me decían algunos experimentados en la materia. No importa. Iré a hacer mi trabajo y, si puedo, luego me escapo por algún pabellón. Pensé. Ese día era un viernes. Y mi obligación, la de estar presente en los actos que estaban programados para enseñar al gran público las lindezas de nuestra provincia. De Guadalajara. Llegué a los pabellones de IFEMA excitado. Recuerdo que me puse pantalones de vestir y camisa. La buena, de las bodas. La ocasión lo merecía. O eso me habían sugerido.

Imagen del stand de Castilla La Mancha en FITUR del año 2010 / Fuente: Cadena Ser
No fue complicado llegar al stand donde Guadalajara se presentaba junto al resto de provincias manchegas bajo el paraguas del gobierno autonómico. Antes, cada una hacía la guerra por su parte. Y la desorganización era más que evidente. El nuevo organigrama integraba a todos los territorios de la región en un mismo espacio y asignaba a cada uno de ellos un día de la feria donde sería el principal protagonista. Y llegaba el turno de Guadalajara.
Pronto las caras comenzaron a ser conocidas. Políticos, responsables de prensa, algún que otro funcionario institucional y mucho compañero, todos concentrados en ese espacio donde se iban sucediendo los acontecimientos ideados. Algunos actores, que merodeaban por allí disfrazados, ofrecían pistas sobre las diferentes promociones turísticas que se iban a exponer y permitían a los fotógrafos ampliar su dossier de imágenes de cara a seleccionar la portada más llamativa. “Las mismas caras, los mismos gestos”, como diría la canción. En esa memoria frágil permanece la ‘nosecuanta’ edición del Festival Medieval de Hita, que se presentó entre amigos. Me fui con la certeza de que todos los que allí estábamos nos veríamos a primeros de julio. En el Palenque.
Hace años, estar en FITUR e ir allí era motivo para que los periódicos llevarán en sus páginas un suplemento especial más grueso que el propio periódico. La prensa provincial hacía gala por todo lo alto de los atractivos que tenía la provincia. Eso reportaba interesantes ingresos. Y durante la feria repartía el producto elaborado entre los participantes presentes: aquellos que habían puesto pasta para que eso se hiciese. Teníamos la sensación, o al menos yo sí la tenía, que con ese trabajo que nos había generado quebraderos de cabeza en la redacción los días previos a su publicación contribuíamos a promocionar la provincia fuera de nuestras fronteras. Nada más lejos de la realidad, pues aquellas páginas solían caer en manos de quienes ya perfectamente la conocían. Más tarde me di cuenta que había que escribir para los de aquí.
Con el tiempo y cuando la oportunidad te permite visitar varias veces este circo, caes en la cuenta de que año tras año la visita a FITUR sigue tomando itinerarios similares. Guadalajara cuenta con un producto turístico de calidad, bueno y alternativo. Las cifras de ocupación hotelera y de visitas siempre se ofrecen positivas de cara al sector poniendo de manifiesto que cada vez son más personas las que descubren esta provincia. Y muchos de ellos incluso se enamoran y repiten. Pero ese descubrimiento no suele ser el fruto de esta cita.
De nuevo en esta edición, Guadalajara llega con aires renovados. Si atendemos a informaciones de años anteriores las expectativas que vendían desde las instituciones eran parecidas. Nuevamente un programa cargado de presentaciones con las rutas literarias de rigor en conjunción con otros festivales afianzados por su éxito en lo que el presidente de la Diputación, José Manuel Latre” ha calificado como “la mejor forma posible de presentar la oferta turística de nuestra provincia”. Sin embargo, lo que el presidente de la Institución Provincial no ha desvelado es a quien.
Las ferias comerciales y más aún aquellas turísticas, ya sean abiertas a todo el público o sectoriales, tienen su objeto de ser en la medida en que quienes exponen entran en contacto con aquellos que puedan encontrar tan interesante lo expuesto como para recomendarlo e incluso promocionarlo allá donde se ubiquen. Las ferias son para hacer negocios. Para estudiar la oferta de los competidores. Para encontrar candidatos que puedan considerar beneficioso para ellos incluir el producto Guadalajara en su cartera. Para llamar la atención de esos que mejor puedan vender los encantos de la provincia. Y ese trabajo, en FITUR, se lleva a cabo un par de días antes de que sus puertas abran por completo. Tan importante es la puesta en escena como tener localizado e, incluso con invitación en primera fila, al verdadero público al que se dirige. Esperemos que esta vez sí, tengan su entrada.