Libros, toldos y macetas

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La Feria del Libro volverá a ubicarse en la Plaza Mayor. /Foto: Ayto. Guadalajara

Vuelve la polémica por la ubicación de la Feria del Libro en Guadalajara. Y es que lo que hace unos años nos habría parecido una simple falta de entendimiento entre libreros y Ayuntamiento es, desde 2015, un problema sin cortesías…sin medias tintas. Guadalajara se quedó sin Feria del Libro el año pasado y nadie quiere que esto se repita.

Por ello, y con unos meses de antelación, el Consistorio y el gremio de libreros se han reunido para intentar dar con ‘la solución’ y evitar que los guadalajareños se queden, por segundo año consecutivo, sin uno de sus eventos culturales de referencia.

La polémica, como sabrán, parte de la falta de entendimiento entre ambas partes respecto a la ubicación de la feria. El Ayuntamiento sigue apostando fervientemente por su Plaza Mayor mientras que los libreros proponían devolverla al parque de La Concordia -de donde para muchos ciudadanos de a pie no debió salir-. ¿La solución para este año? Convertir la plaza del Ayuntamiento en un parque, con sus sombras y sus verdes. Una idea extravagante pero, parece ser, la única.

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La experiencia se reduce a momentos únicos

“El terror me hizo pasar por encima de la muralla y seguir corriendo a fin de escapar de los fragmentos de roca que a cada momento esperaba se desplomaran sobre mí. En realidad lo que estaba ocurriendo era nada menos que un horrible terremoto. Tres veces se sacudió con violencia la tierra bajo mis pies, con intervalos de ocho minutos aproximadamente. Una gran mole de piedra se desplomó a media milla del lugar donde yo estaba, provocando su caída un ruido tan espantoso como el del trueno. El mar parecía sacudirse aún con mayor violencia que la isla.”

‘Robinson Crusoe’, de Daniel Defoe.

Por José Durán *

Me gusta recordar cuando mi padre me leía de pequeño las aventuras de Robinson Crusoe. Para un niño de un pueblo de Cáceres esos episodios en unos parajes totalmente lejanos y desconocidos no podían más que despertarme la imaginación y hacerme soñar despierto. Qué gran historia, cómo podían existir esos lugares. Cada día estaba deseando llegar a casa para seguir escuchando las aventuras de aquel náufrago en esos sitios imposibles.

José Durán, en una foto de su perfil de Facebook, con un banjo en una de las actividades de su librería.

José Durán, en una foto de su perfil de Facebook, con un banjo en una de las actividades de su librería.

¿Quién no tiene recuerdos de esos primeros cuentos que incluso antes de aprender a leer le contaban sus padres, o de aquel primer libro que fue capaz de leer solo por primera vez?

De niños estos momentos abren un espacio que nuestra fantasía rellena con una mezcla de ocultas ganas de que realmente pase algo distinto que rompa nuestra monotonía. El miedo se diluye con la atracción irresistible a que de verdad aparezca el lobo.

Nos enfrentamos gracias a todas esas historias, que otros han recogido o escrito para nosotros, a un cúmulo de emociones y anhelos, desconocidos hasta esos momentos, que despiertan nuestras inquietudes y, sin darnos cuenta, siembran lo que seremos después. Nuestra sed de aventuras aparece con las primeras lecturas y la alimentamos porque en el fondo la llevamos dentro.

Seguramente, para mal o para bien, no sería quien soy sin echar la vista atrás a todas esas historias que me contaban y a las que después buscaba en los cuentos. A todos esos libros que entonces y ahora he leído. Y ¿cuántos más quedan por descubrir?, ¿qué lugares imposibles, qué espacios y qué gentes que ni siquiera llegamos a imaginar?

Gracias a mi humilde profesión de librero, que lleva inherente la extraña misión de asesorar a los que vienen en busca de ese momento mágico que proporciona el encontrar el libro adecuado, tengo la suerte de seguir acercándome a esa literatura creada para los más pequeños. Seguramente si mi oficio hubiera sido otro, por ley natural me habría alejado de ese maravilloso mundo. Un mundo hoy enriquecido por los distintos formatos, por las bellas ilustraciones, por la molestia que se toman los autores en nutrir de emociones y enseñanzas todos esos libros.

Presentación de un libro de Pep Bruno, con la ilustradora Rocío Martínez, hace dos semanas en la librería Ballena de Cuentos. // Foto: R.M.

Presentación de un libro de Pep Bruno, con la ilustradora Rocío Martínez, hace dos semanas en la librería Ballena de Cuentos. // Foto: R.M.

Hoy en día contamos con miles de propuestas diferentes, para todo tipo de públicos que dejan a la pobre Caperucita a merced del lobo.

La literatura infantil hoy en día es un auténtico regalo a todos los sentidos. Además de un arte, se convierte en un transmisor de ilusiones, un hilo conductor de las emociones, un bello paseo, un momento que al niño, hoy en día sometido a la actividad continua, le relaja mientras le transporta a mundos y aventuras desconocidas.

La experiencia de un niño se reduce prácticamente a momentos únicos, porque cada cosa pasa casi siempre por primera vez. Cada cuento, cada libro, nos mantiene a todos siempre ante esos instantes mágicos de esa primera vez.

Hay que estar agradecidos a todos aquellos que desde nuestra infancia nos acercan a la magia de estas experiencias únicas. Primero seguro a los abuelos y padres que nos cuentan las primeras historias pero qué decir de los autores, de las ediciones, de los narradores  y, cómo no voy a incluir aquí, a las librerías que las ponen a nuestro alcance.

¿Hay algún regalo más barato y a la vez más enriquecedor que un libro cargado de belleza y emociones?

* José Durán Trinidad es librero en La Ballena de Cuentos de Guadalajara.

Sobre la biblioteca y l@s bibliotecari@s

Eva Ortíz, directora de la Biblioteca Almudena Grandes de Azuqueca. // Foto cediada por la autora.

Eva Ortíz, directora de la Biblioteca Almudena Grandes de Azuqueca. // Foto cediada por la autora.

Por Eva Ortiz *

Siempre he concebido la Biblioteca Municipal como el centro cultural de la comunidad, y la figura del bibliotecari@, como un dinamizador cultural antes que un ratón de biblioteca. Ya está lejos, afortunadamente, la idea social del bibliotecario encerrado entre anaqueles, o la bibliotecaria con gafas y moño.

El concepto de biblioteca ha evolucionado mucho, ha pasado de ser un contenedor de libros a convertirse en una institución viva, un centro de formación e información para el ciudadano, un lugar para el fomento de la lectura, y sobre todo un espacio de encuentro e intercambio cultural.

En esta época digital, en la que se puede obtener información a través de Internet, en la que las bibliotecas no solo están informatizadas, sino que se han creado redes que permiten la catalogación compartida, y en la que es posible realizar el préstamo de libros a través de una máquina en la propia biblioteca, o desde el ordenador de casa y desde el móvil, sin necesidad de la presencia del libro, la Biblioteca tiene que retomar con más fuerza, la otra función complementaria que siempre ha tenido: El Fomento de la lectura y en general el desarrollo cultural de los ciudadanos.

La biblioteca tiene que seguir siendo un espacio atractivo, y acogedor con un fondo cuidado, variado y de calidad, donde uno pueda descubrir libros, películas, música, para consultarlos o sacarlos en préstamo, y disfrutar con todo ello. Pero también, y cada vez más, un lugar de encuentro, debate y diálogo, donde siempre hay propuestas atractivas en las que puedes participar, diferentes grupos a los que te puedes unir, como los clubes de lectura o los talleres de Escritura, de Poesía, de Cine, nuevos programas  para jóvenes, familias, etc.

Como vemos, la función de la biblioteca ha cambiado y por tanto la del bibliotecari@ también. Ya no basta con saber catalogar y clasificar documentos, ahora tiene que tener un amplio abanico de recursos para poder atender el centro cultural en el que se ha convertido la Biblioteca. Además de gestionar bien la colección, y el servicio de préstamo, debe ser un buen gestor cultural y de recursos, con capacidad de organización y planificación, con habilidades en relaciones personales que fomenten el diálogo intercultural, y todo ello sin olvidar lo más importante crear y mantener el hábito lector en toda la población, con especial atención a niños y jóvenes.

Cómo será la Biblioteca del futuro

En la historia de la humanidad siempre se producen cambios importantes. Por ejemplo en la época de los gremios artesanos, cuando surgió la nueva tecnología, parecía que todo iba a desaparecer pero las cosas importantes permanecen aunque tomen formas distintas.

Entonces siguió existiendo el arte y la artesanía, y sin sucumbir a las maquinas encontró su lugar, hoy día después de tantos años se vuelven a valorar muchas cosas porque están hechas a mano.

Con las bibliotecas y los libros ocurrirá lo mismo. Las diversas maneras de leer desde la antigüedad clásica que han caracterizado a las diferentes sociedades dan prueba de ello. Y es que los textos cobran sentido a través de los lectores independiente del soporte en que se lea.

Hoy en día las bibliotecas son muy queridas por los lectores, a veces llegan a ser como su segunda casa;  por tanto son espacios muy transitados en los que siempre queda algo de ese tránsito o de esa gente que ha pasado, y esto es muy difícil de borrar.
Una cosa que nos queda por conseguir es el reconocimiento social, e institucional de nuestro trabajo. Los bibliotecarios, especialmente de bibliotecas pequeñas,  son chic@s para todo (atienden el préstamo, transportan cajas, informan, animan y forman a los usuarios, y establecen lazos de amistad con ellos), personas muy preparadas que aman su trabajo, que se entregan de lleno a su profesión, que en muchos casos se convierte en pasión.  Y, sin embargo, los usuarios a veces no llegan a percibir la gran profesionalidad de los bibliotecarios que les atienden.

La Casita de los Cuentos Eva Ortiz ocupa un edificio municipal en el parque de La Constitución. // Foto: Álvaro Díaz Villamil - Ayto. de Azuqueca.

La Casita de los Cuentos Eva Ortiz ocupa un edificio municipal en el parque de La Constitución. // Foto: Álvaro Díaz Villamil – Ayto. de Azuqueca.

Yo soy una bibliotecaria afortunada, porque me gusta mi trabajo, porque trabajo con un equipo de profesionales que les gusta igualmente y, además trabajo  en un municipio que sabe valorar, social y políticamente, el esfuerzo que realizamos. Socialmente porque los ciudadanos participan en todos los proyectos o propuestas que salen de la Biblioteca y de esa forma les dan vida y disfrutan de ellos, y políticamente porque el equipo de gobierno de Azuqueca defiende las bibliotecas y apuesta por ellas, y no está dispuesto a permitir que se grave a estas instituciones con ningún canon.

Este año ha sido especialmente intenso, en cuanto a programas nuevos de animación a la lectura que se han puesto en marcha, en cuanto al número creciente de usuarios que responden a las propuestas que se hacen desde la biblioteca y también, porque no decirlo, porque el Ayuntamiento de Azuqueca, a través de la Concejalía de Cultura ha puesto en marcha un nuevo recurso, una Casita de los Cuentos, en el parque de la Constitución., a la que, además, le ha  dado el nombre de la Directora de la Biblioteca: Casita de los Cuentos Eva Ortiz. Un recurso dedicado a algo tan entrañable y tan importante para el futuro lector de nuestra población infantil como es la narración oral, los cuentos. Además de estar programados Cuentacuentos, se hacen Talleres para Madres y Padres, para niños, se organiza la Merienda de Cuentos, el BiciCuento,  los Cuentos a la Luz de la Luna, los Jueves de Cuento para adultos, etc.

Por todo ello,  pienso que en el futuro los bibliotecarios seguirán existiendo porque somos una especie de magos que, con pocos medios y mucha imaginación, bastantes libros y lectores, conseguimos situaciones y espacios mágicos. Una biblioteca sin bibliotecaria/o seria como un jardín sin flores, un almacén con libros prestados por maquinas, un lugar sin alma.

Mientras existan bibliotecarios y lectores, la biblioteca seguirá siendo la casa de los  libros con elementos mágicos, fascinantes, atractivos y, sobre todo a nuestro alcance.

* Eva Ortiz es una bibliotecaria  del siglo XXI. Partiendo de su amor por la narración oral y por los cuentos y considerándolos puerta de entrada al mundo de la lectura, ha protagonizado, junto a otros profesionales, la transformación del concepto antiguo de la biblioteca, pasivo y burocrático (registrar libros, poner tejuelos, prestar libros, etc) a un concepto activo y crítico, abierto a la sociedad, empapándose de ella y, desde todos sus vericuetos, y siempre utilizando la lectura como medio para  transformarse.
Ha  puesto en marcha múltiples experiencias y ha desarrollado  junto con algunos colegas, el concepto de animación a la Lectura como herramienta de participación e implicación social. Eva Ortiz, además de licenciada en Documentación por la Universidad de Alcalá de Henares, es maestra y esto se ve en su obsesión por establecer puentes de colaboración entre la enseñanza reglada y la Biblioteca Pública de Azuqueca de Henares, de la que es directora desde hace muchos años. Ha participado, como alumna y como ponente, en múltiples cursos, talleres, congresos y un sinfín de encuentros profesionales donde ha ido perfilando y contrastando su vocación y el carácter abierto y de servicio público de las Bibliotecas.