Por Gloria Magro.
Hará por lo menos seis años, si no es más, que un técnico municipal decidió que el lugar idóneo para colocar un panel luminoso con las plazas en los aparcamientos urbanos de Guadalajara era delante de la ventana de nuestros vecinos y no un poco más allá, donde no molestaría a nadie. Desde entonces, a la hora de dormir disfrutan muy a su pesar de iluminación tipo Feria de Abril en Sevilla. El efecto disuasorio ante posibles incursiones nocturnas no deseadas en la parcela de estos adosados es innegable, pero a buen seguro quien aprobó la ubicación del poste luminoso no estaba pensando en eso. Es la política de las pequeñas cosas, esas que acaban teniendo un gran impacto en los guadalajareños y también mucha presencia en las redes sociales.