Por Sonsoles Fernández Day
Hace unos cuantos años, bastantes porque llevaba a mi hijo en una sillita de paseo y la criatura tiene ya veintisiete, me paró un reportero en la plaza de Santo Domingo, en el centro de Guadalajara, y mientras otro grababa con una cámara me preguntó si estaba de acuerdo con que hubiera un Día Internacional de la Mujer. ‘¡Claro que sí!’, le contesté sin dudar, aunque me puse tan nerviosa que lo dije bajito, como sin voz. –‘¿Cree que sirve para algo?’, me preguntó después. Me aclaré la garganta y le dije: – ‘Sí, porque cuando no se habla de algo o no se reconoce que hay que cambiar algo es cuando no se conseguirá nada’. – ‘Gracias’, dijo él sin más. Y así acabaron mis segundos de gloria que nunca vi en la televisión local.
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