
Por Julio Martínez (*).
Todavía hoy, la palabra Masonería genera escalofríos. Muchos piensan que se trata de una secta que pretende subvertir el orden establecido, a golpe de conspiraciones oscuras y ritos luciferinos. Pero nada más lejos de la realidad. Es una sociabilidad surgida en el siglo XVIII –el 24 de junio de 1717– en la capital inglesa, en el marco de un incipiente pensamiento ilustrado, que comenzaba a extenderse por diferentes puntos del planeta. Fue el momento en el que brotaron las «logias operativas»,todavía existentes en la actualidad.