La lotería de Navidad ha vuelto a dejar una lluvia de salud y buenos deseos en Guadalajara. Un año más, y van… En honor a la verdad, hay que decir que el año pasado la Administración Número 9 de la capital repartió 200.000 euros de un cuarto premio en el barrio del Alamín «para gente obrera y necesitada», según decía el lotero, Miguel López Carvajal. Y ya con eso nos reconciliamos con la suerte y que pasen otros ¿50 años? La última vez que el sorteo del 22 de diciembre cubrió de millones la provincia eran pesetas y no euros y el mundo aún se veía en blanco y negro.
El 70% de los trabajadores que luchan contra la pandemia son mujeres. La igualdad debería de ser en 2021 la nueva normalidad, como reza el lema de la Diputación Provincial con motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer. Para el Ayuntamiento de Guadalajara las mujeres somos infinitas; para la Junta de Comunidades, imprescindibles. Más allá de los eslóganes y las campañas publicitarias de estos días hay miles de mujeres, la infinita mayoría de este país, que son imprescindibles con sus pequeñas y grandes historias anónimas. Relatos por contar, vidas ocultas pero de enorme valía.
El antiguo edificio conocido como Maragato ya tiene luz verde para su construcción. Con mucha probabilidad los trabajos empezarán este año. La novedad es quelos últimos informes técnicos de expertos en patrimonio obligan a los propietarios a que los andamios deben quedar integrados en el edificio al considerarse como elementos de gran valor histórico, ya que, son del siglo pasado y difícilmente se encontrarán andamios como éste en el futuro. Son muchos los años que llevan formando parte del paisaje urbano y eso ha sido uno de los elementos que ha pesado en la decisión técnica. Nueva Alcarria, 28/12/2020
La noticia se venía rumoreando desde hace años -literalmente desde hace años- pero con el tiro errado: lo que cierra no es El Corte Inglés de Guadalajara, ni tampoco se reconvierte en un outlet como decía la maledicencia popular, sino que sorpresivamente es el Grupo Inditex el que abandona el barco en el Ferial Plaza de Guadalajara. Cambian los hábitos de consumo y las ciudades se adaptan a nuevas formas de vida. De poco sirve aferrarnos a lo establecido, el nuevo año está a las puertas y la ciudad, que va mutando lentamente al compás de los tiempos, empieza a perfilar sus nuevas aristas. Esta es la primera de ellas.
Escribir sobre Flores nos lleva, de forma inevitable, a recordar a la señora Felipa, su madre. Dulce, humilde, generosa y luchadora infatigable para poder sacar sola a sus dos hijos. Un puesto de pipas en la plaza de San Gil fue su única fuente de ingresos. Dos sus compañeras de fatigas, Enriqueta y Pepa, que también tenían dos puestos. Y no podemos olvidar a sus clientes, niños y jóvenes; unos compraban caramelos, otros sacaban fiado algún que otro cigarrito. Incluso algunos domingos se desplazaba al Rastro para poder conseguir aquellos últimos cromos que permitían a los niños terminar sus colecciones.
¿Soñarán los canarios en sus jaulas con la libertad? ¿Soñarán con los árboles más allá de sus barrotes, con elevarse sobre la brisa y resguardarse del sol en cualquier saliente de su elección? La mota sobre el río, frente mi ventana, apenas a unos metros, verde y repleta de flores silvestres y la senda junto al cauce, salvaje en este tramo del Henares, comienzan a ser un anhelo, un deseo irresistible. ¿Se sentirán así los presos en la cárcel? No hay comodidad que compense el saberse confinado. Ni serie de Netflix, libro o chateo de whatsup que nos libere de las ganas irresistibles de abrir la puerta y salir. Sigue leyendo →
La apertura de un establecimiento de estas características en el corazón de Guadalajara marcará un nuevo renacer para una plaza que languidece desde hace lustros. Foto: El Heraldo de Aragón.
Por Gloria Magro.
La noticia saltaba a los medios la semana pasada: un nuevo supermercado Mercadona abrirá sus puertas a finales de 2020 en el mítico emplazamiento de Galeprix –lo que después fue Simago- en la plaza de Santo Domingo de Guadalajara. Fuentes de la cadena de alimentación han confirmado a El Hexágono que el proyecto se halla muy avanzado y que el nuevo emplazamiento sustituirá al de la calle Capitán Arenas. Hasta que llegue ese momento aún quedan muchos cabos sueltos por atar.
Foto: Manuel Ùnica. Obra sobre papel. Ediciones de Arte.
Por Gloria Magro.
Todos tenemos una magdalena de Proust guardada en el armario de la memoria, bien candada. La mía se abrió inesperadamente hace unos días con la imagen que ilustra estas líneas. La foto de 1983 de la puerta del Teatro Moderno y sus largas colas para ver el estreno «E.T. El extraterrestre» Será que estos días navideños son especialmente melancólicos, será que éste es el último fin de semana del año, aunque a mí me pille en pleno verano austral, al otro lado del mundo literalmente. Será que de todo ya no hace veinte o veinticinco años, sino treinta o más. Qué mala es la memoria, qué traicionera. Te sientes joven, eternamente joven, y de repente aparece una imagen y en un momento retrocedes a ese instante y te das cuenta de que efectivamente tienes un pasado en blanco y negro, un pasado de niña con parka y pantalones acampanados, de señoras alrededor con faldas bajo la rodilla y botas. Un pasado de ciudad de provincias y colegio de monjas. Sigue leyendo →
Algunas de las publicaciones que se editaban en Guadalajara. Hoy, todas han desaparecido. // Foto: ANP
Por Álvaro Nuño.
Antes de comenzar este doloroso artículo, vaya por delante amigo lector que me declaro un defensor acérrimo de los periódicos en papel. Creo que nada es equiparable al peso de una portada (¡fíjense por ejemplo, la de los «papeles de Bárcenas» que publicó el diario «El País») y que uno de mis mayores placeres es el de sentarme en casa a leer el periódico por las mañanas, no solo por los contenidos de las noticias, sino por la forma en que se consumen, las fotografías, el ruido de las páginas al pasar, ese sonido, el tacto y el olor característico que produce el papel prensa. Ningún artilugio de la marca de la manzana mordida, por muchas aplicaciones que tenga y muy interactivo que sea, ha conseguido por el momento igualar en mí esas sensaciones. Es cierto que internet y las nuevas tecnologías nos acercanel mundo como nunca lo había hecho nadie antes, pero la oferta es tan inabarcable que yo a veces me siento un poco perdido entre tanta información, vertida sin orden ni concierto, por webs, por redes, por blogs, sin diferenciar la crónica de la opinión, la recomendación de la publicidad, la veracidad de la invención.En un buen periódico, con su portada, sus secciones, sus columnas, su editorial, sus firmas, eso no ocurre. Es más difícil dispersarse y el límite físico que imponen las páginas obliga a separar el grano de la paja. Allí no todo cabe como ocurre en la red.
Creo que no éramos conscientes de que aquello, además de un modo de protestar por nuestra situación laboral, acabaría convirtiéndose en una profecía que se haría realidad. El periódico en el que trabajábamos daba sus últimos estertores y nosotros, en nuestra séptima jornada de huelga, nos adueñábamos de un pequeño rincón de la Plaza Santo Domingo, para colocar dos modestos murales con algunos de los recortes de prensa que costaron tantas y tantas horas de trabajo en aquella redacción del periódico EL DÍA de Guadalajara, situada en la cuesta del Matadero. El propósito de aquella acción era hacer partícipes a los guadalajareños de las noticias que no habrían visto la luz si no existiera aquel periódico y sin profesionales del Periodismo en activo, en un momento en el que era más que evidente el próximo cerrojazo de un diario, ya casi olvidado, y mientras contemplábamos, impotentes, la debacle de la prensa provincial.
Sinceramente, siempre he tenido la sensación de que aquello no importó demasiado a los vecinos de Guadalajara. El año pasado paré a tomar un café, por casualidad, en Cuenca y, en aquel bar, todavía se lamentaban del cierre del periódico “EL DÍA”. Pero claro, aquel era su diario de referencia, con una larga trayectoria histórica, y los conquenses estaban acostumbrados a que comprar el pan y el periódico fuera un mismo gesto.
Alguien podría decir, con razón, que en Guadalajara también tenemos un periódico de referencia con un largo recorrido, como es el caso del bisemanario “Nueva Alcarria”, cuyo primer número se publicaba el 15 de julio de 1939, pero hay que recordar que como diario su carrera no fue tan dilatada, sino más bien lo contrario. Paradójicamente, a pesar de la gran proliferación de periódicos de tirada diaria durante los tiempos de burbuja inmobiliaria, las convocatorias de prensa se seguían concentrando los jueves, porque la mayoría de los guadalajareños seguían acostumbrados a comprar el periódico los viernes. Lo decíamos entonces con bastante asiduidad: Guadalajara no es una provincia lectora de diarios, a pesar de haber sido cuna de un número considerable de periodistas, muchos de los cuales ahora han tenido que reinventarse profesionalmente o pasar a engrosan las listas del paro.
En aquellos días, al menos yo, no percibí que los vecinos de esta provincia sintieran ni un atisbo de indignación ante esta situación, como tampoco creo que entiendan lesionado su derecho a la información. Si acaso, sí, determinados colectivos, para los que el periodismo provincial era el principal altavoz a sus reivindicaciones y, supongo, que al menos políticos y gobernantes percibieron el notable descenso de cámaras y grabadoras en las convocatorias de prensa.
No en vano, el alcalde presentaba una suerte de periódico municipal, “30 Días”, como una alternativa al vacío que habían dejado los medios de comunicación y no por ello se ha notado especialmente un revuelo ciudadano ante el hecho de que se financie con dinero público lo que, a todas luces, más que un medio de información, se reduce a propaganda política. Tampoco creo que a nadie, más allá de los circuitos periodísticos, le parezca inmoral que este panfleto, que se publica con dinero de todos y que llega a todos los hogares, entre a competir con otros medios de comunicación independientes y con menores recursos de difusión, en el mercado publicitario.
También hemos visto como otras tendencias políticas de la oposición ponían en circulación sus propias publicaciones de tirada gratuita para salvar este vacío, como es el caso del periódico “La Calle”.
La crisis nos dejó una provincia sin diarios en papel -una vez cerró sus puertas «ELDIA de Guadalajara» y «Nueva Alcarria» tuvo que retroceder a su tradicional periodicidad bisemal- ; unos medios de comunicación “independientes” secuestrados, puesto que en gran medida su supervivencia depende de la publicidad institucional, y una serie de publicaciones interesadas, que deberíamos leer con cierta prudencia, pero para el grueso de la población, esto no importa demasiado, puesto que Nueva Alcarria sigue estando los lunes y los viernes en el quiosco de prensa y, además, puntualmente llega a su casa el “periódico” del Ayuntamiento “30 Días” y Guadanews.
De alguna manera, cuando dentro de nuestro programa de reivindicaciones decidíamos salir a la calle con aquellos recortes de prensa, nos anticipábamos a lo que iba a ocurrir. Puede que muchos vecinos no hayan notado la diferencia, pero yo echo de menos tener entre mis dedos, cada día, aquellos pliegos de papel gris, con olor a tinta y portada a todo color, que recogían la crónica de actualidad de la vida diaria de esta provincia. Añoro esos artículos a toda página con los que se trataba de pulsar la opinión de los vecinos sobre diversos temas de actualidad. Personalmente, me hubiera encantada tomar el café esta mañana leyendo una noticia sobre, por ejemplo, la opinión de los guadalajareños sobre el proceso independentista de Cataluña o sobre la aparición de Román en el programa “El Objetivo” de la Sexta, por hacer mención al fantástico artículo de ayer de mi compañero Rubén Madrid; profundizar en las historias de esas personas desheredadas por la crisis, que cada mañana ocupan las puertas de las iglesias y supermercados y casi todos los rincones de las calles más céntricas de la ciudad; leer las reivindicaciones de algunos de los colectivos de la provincia sin el filtro del comunicado de prensa, porque alguien se ha dignado a ponerles un micrófono o una grabadora; o que el periodismo regresase a los barrios de la capital o a los pueblos de la provincia, sin necesidad de que un político se haya dignado a hacer una visita con la intención de publicitar las obras que ha ejecutado allí su equipo de Gobierno o hacerse la foto de turno.
A menudo pienso en el testimonio social que darán las hemerotecas de estos años de quiebra del periodismo en nuestra provincia, en los que el análisis y la investigación brillan por su ausencia y en todas aquellas historias que se han quedado sin contar.
Aquel día, quisimos que los Guadalajara fuera consciente de las noticias que jamás hubieran visto la luz si aquel periódico, a punto de expirar, no hubiera existido. Ahora no hay siquiera quien se lamente de las historias que se han quedado sin voz.