por Eva Grueso
«Ya me gustaría a mí». Es lo que me contestó el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Guadalajara, Rafael Pérez-Borda, cuando le pregunté si no habría sido mejor asfaltar calles enteras que hacerlo a trozos. Pero no hay dinero para más metros cuadrados. El presupuesto con el que cuenta el Ayuntamiento para una nueva operación asfalto después del paso de Filomena, la sal, el hielo, el deshielo y las palas es de 255.000 euros.
Pérez-Borda ya explicó a los medios de comunicación locales el motivo de tan escasa inversión y no es otro que todavía no ha llegado la ayuda que el Gobierno de España debía dar a Guadalajara después de que la ciudad fuera declarada zona catastrófica por los daños del temporal. No es la primera vez que nieva tanto en Guadalajara, ya ha habido otras nevadas (aunque la única comparable fue en 2009) pero hay que reconocer la previsión del Consistorio que comenzó a esparcir sal a diestro y siniestro por todas partes para evitar males mayores. Y la sal no se lleva bien con el hielo, lo deshace, pero tampoco con el pavimento. Aun así, hubo mucho hielo que picar y mucha nieve que recoger y eso se hace con picos y palas de hierro cuyos golpes tampoco les van bien a las calles. Pero no quedó otra. A la hora de echar cuentas, las municipales superaban los 255.000 euros que se acaban de invertir en parchear las calles más perjudicadas, pero mientras el dinero del estado no llegue, tendremos que conformarnos.
