
Por Juan Palomeque Torres.
El domingo pasado el Festival de Cine Lento de Guadalajara cumplió su décimo aniversario. Una edición importante a nivel simbólico y real para un festival que está en la búsqueda de su definitiva consolidación. Se trate de un festival, una empresa o un comercio, llegar a la décima edición o aniversario es un hito determinante para la vida del proyecto en cuestión, y en este caso se puede decir que el Festival de Cine Lento de Guadalajara afrontó el desafío con valentía, mudándose al Teatro Buero Vallejo para demostrar que no se achica ante los retos.