
Las mujeres usaban saya de paño sobre el refajo que en invierno se remangaba sobre la cabeza, mientras la bajera cubría las piernas. Los hombres llevaban tapabocas.
Por Gloria Magro.
Carmen, la bisabuela de Elena Álvarez, tejió a ganchillo los dos mantones de lana que a día de hoy su bisnieta aún usa en actuaciones con su grupo de baile, en pasacalles e incluso bodas. Al igual que ella, las alumnas de la profesora del Grupo de Baile La Cotilla, María Antonia Berlinches Martínez han rescatado de sus baúles prendas familiares que recorren la historia de la indumentaria tradicional de la provincia de Guadalajara desde la segunda mitad del S.XIX y que se exponen hasta el próximo día 15 de junio en el Espacio TYCE. Se trata de ropa vivida, con historia, cosida a mano en tejidos naturales, con más de un siglo de antigüedad y que las familias han conservado primorosamente todos estos años. Según Pedro J. Pradillo, técnico de Patrimonio del Ayuntamiento de Guadalajara, «ver todas estas prendas aquí expuestas es una oportunidad única». Colchas de intrincada elaboración aún hoy en uso, ropajes cuya utilidad nos resulta en la actualidad ajena y tiene nombres que hace tiempo cayeron en el olvido fuera del ámbito del folclore: chambras, refajos, peales, abarcas, penas, faltriqueras, polisones, sayas, etc. que dejan en evidencia por artificioso y homogéneo lo que a día de hoy se tiene por traje típico de la Alcarria. Sigue leyendo