
El servicio de Información de Bienestar Social permanece cerrado de forma intermitente.//Foto: Ana María Ruiz
Por Ana María Ruiz
Andamos siempre a vueltas con los grandes números, con los grandes recortes en las grandes consejerías del Gobierno regional y de las delegaciones municipales y muchas veces nos olvidamos de esos pequeños detalles que hacen que funcione correctamente el engranaje de todos los servicios que se prestan a los ciudadanos. Me estoy refiriendo a esas pequeñas ventanillas, despachos o teléfonos de atención al usuario en los que se informa sobre la forma de iniciar o completar cualquier trámite municipal, autonómico o estatal. Unos puntos de información que pueden parecer menores pero que son de gran ayuda e importancia para cualquier persona que se vea obligada a sumergirse en el mar de papeleos que nos impone la gran maquinaria burocrática de las administraciones.
La pasada semana pude comprobar cómo uno de estos servicios lleva tiempo funcionando a medio gas, imagino que debido a los recortes. Se trata del servicio de Información de la Delegación de Bienestar Social de la Junta de Comunidades en Guadalajara, que al menos desde principios de julio (y me imagino que desde antes) se encuentra cerrado al público de forma intermitente, con lo que numerosos usuarios que acuden en busca de asesoramiento tienen que marcharse sin obtener la respuesta necesaria o bien vagar de despacho en despacho por un enorme edificio lleno de oficinas. Hace un tiempo este punto estaba atendido por dos funcionarias dado el elevado número de consultas que se reciben en una Delegación que concentra los servicios de Familia, Atención a Mayores y Personas con Discapacidad y Atención a la Dependencia. Es decir, que centra su atención en los colectivos más desfavorecidos y que precisamente ahora, con la crisis, son los que más ayuda y atención necesitan. Y, de golpe y plumazo, el Gobierno regional recorta en un 50% un servicio que funcionaba a las mil maravillas con dos trabajadoras diligentes, amables, eficaces y muy profesionales. Al quedar sólo una de ellas atendiéndolo, cada vez que esta funcionaria ha de acudir al médico, solicita un día libre, está de vacaciones o simplemente se pone enferma, este punto de atención ciudadana ha de cerrar sus puertas.