Por Marta Perruca
No iba a venir. En algún momento pudo parecer que sí e incluso que el clamor que se había levantado en Guadalajara y en Castilla-La Mancha iba a ser como una ráfaga envolvente que uniría las voluntades de todas las fuerzas políticas. Estaba Yebra y luego salió de la chistera Almoguera, aunque después se volviera a meter, acostumbrados como nos tiene el señor Padrino a sus juegos de artificio. Ese día estas candidaturas se hicieron diminutas, porque algo más grande recorría las calles de Guadalajara durante la que se recuerda como una de las manifestaciones más multitudinarias de cuantas se hayan celebrado en la capital.
Pero ella no vino. Nunca se manifestó en contra de esta instalación nuclear de manera firme y contundente , aunque en algún momento se arrimó al sol que más calentaba. A estas alturas, el lector ya se habrá dado cuenta de que hablo del Almacén Nuclear Centralizado (ATC) y de la que fuera presidenta de Castilla-La Mancha en la pasada legislatura, María Dolores Cospedal.