Por Sonsoles Fernández Day
Alarma social, confinamiento y ahora, desescalada, todo ello bañado por una buena dosis de resiliencia para pasar el trago. Andamos últimamente renovando rutinas y vocabulario. Si alguno de ustedes se encontraba en esa fase de su existencia en la que toca plantearse cambiar de hábitos, el Covid se lo ha puesto en bandeja. Aún no está claro si salió de un murciélago o de un laboratorio, pero lo que sí sabemos es que este microscópico y mortal intruso nos está dando una buena paliza y nos va a dejar tocados. Estamos viviendo la etapa de transición entre la vida previa y la posterior a la pandemia. Por el momento, para cuando salgamos, díganle adiós a concentraciones y eventos multitudinarios de cualquier tipo. Y en los lugares públicos el aforo queda reducido a un 30% de lo que era, una reducción más que penosa. Que la economía soporte el varapalo y el cuerpo aguante el disgusto. Sigue leyendo