Por Sonia Jodra

Los pueblos necesitan señas de identidad que ayuden a sus habitantes a sentir el territorio. Así lo han entendido desde hace años en Alustante, apostando por conservar algo que no se rehabilita con obra pública, que no se guarda en una caja fuerte ni se expone en un museo; el toque de campanas. Desde esta semana, la UNESCO ha considerado este arte Patrimonio Cultural Inmaterial. Los sonidos que acompañan algunos de nuestros recuerdos tendrán una protección especial contra el olvido.