
Por Álvaro Nuño.
Viernes de Ferias en Guadalajara y, sin embargo, las calles de la ciudad están semivacías, tristes, con una sensación que se encuentra entre la nostalgia y el temor. Nostalgia, porque deberíamos estar celebrando las Ferias y Fiestas de la ciudad, cada uno a su manera, en el baile-vermú, montando a los niños en los cachivaches del ferial, bailando en alguna verbena con el pañuelo de la peña anudado al cuello, o delante de los cuernos de un morlaco después del chupinazo. Y temerosos porque el bicho que obligó a suspender toda celebración parece que sí sigue campando a sus anchas, lo que ha obligado a Sanidad y al Ayuntamiento a tomar medidas más restrictivas para intentar parar las infecciones.