Guadalajara, con todas sus letras

Maratón de Cuentos de 2012 // Foto: R.M.

Maratón de Cuentos de 2012 // Foto: R.M.

Por Rubén Madrid

A veces hay noticias que pasan desapercibidas pero que dicen de nosotros mucho más de lo que aparentemente podría parecer. Que el Patronato de Cultura y el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil hayan tenido que buscar un nuevo emplazamiento (con más aforo) para los Viernes de los Cuentos, actividad veterana por otra parte, resulta una magnífica noticia en unos tiempos en que nuestro patrimonio inmaterial recibe más varapalos que cariños y en que andamos todos con la calculadora en la mano, sin demasiadas concesiones para la lírica.

El traslado de esta actividad al Salón de Actos del CMI Eduardo Guitián de Aguas Vivas en busca del doble de aforo (400 butacas) dejando atrás, supongo que con bastante pena, tantas historias contadas en el instituto Brianda de Mendoza, pone de manifiesto la buena respuesta de la que gozan los cuentos en esta ciudad. La ciudad de los cuentos.

A veces se ponen eslóganes oportunistas, interesados o copiados, pero el de Guadalajara como ciudad de los cuentos no puede ser más acertado. Lo que un día empezó siendo anécdota ha acabado por convertirse en un rasgo definitorio, se diría que identitario, de este poblado venido a más que no siempre ha sabido cuidar su patrimonio ni sacar partido a su rica herencia cultural. El Maratón de los Cuentos, con su Guiness (eso fue lo anecdótico), pone cada año a Guadalajara en el mapa de los mundos reales y de los reinos de fábula.

Pero la cosa no queda ahí. A las exitosas (como se ve) sesiones de cuentacuentos para adultos de los viernes y el maratoniano atracón de historias de junio en una ciudad que cuenta con sólidos profesionales de la narración oral se le suman iniciativas paralelas en el mundo privado, como citas habituales en librerías como La Ballena de los Cuentos y Árbol Rojo, cuentacuentos en inglés en el nuevo local cultural Oropéndola o sesiones a cargo de una nueva iniciativa, La Caperuza Roja, por poner sólo los ejemplos más novedosos. Mientras, los cuentos llevan tiempo conquistando la provincia en el maratón viajero, municipios tan importantes como Azuqueca o Yebes han fundado programaciones estables y los pueblos negros se han mancomunado para conformar una cartelera de sesiones a los pies del gigante Ocejón.

Pep Bruno, durante una sesión de narración oral en La Ballena de los Cuentos. // Foto: R.M.

Pep Bruno, durante una sesión de narración oral en La Ballena de los Cuentos. // Foto: R.M.

A menudo la ciudad y sus gestores han tenido que echar mano de inventiva para hacer de Guadalajara lo que no era (destino turístico), supliendo las carencias de una oferta que no tenía un cochinillo en el horno o una catedral monumental merecedores por sí mismos de la visita. La Guadalajara de los cuentos despliega, sin embargo, un mundo de fantasía casi inabarcable para el turismo familiar: permite ofrecer una sorpresa a la vuelta de la esquina con estatuas y mimos, fundar un museo de los cuentos, un parque de los cuentos (ojalá se recupere aquel proyecto malogrado por falta de financiación), un itinerario de los cuentos…

La programación de calle juega a favor, con eventos literarios tan importantes como el Tenorio Mendocino y Titiriguada, que ahora se ha independizado de las Ferias; el paseo por la ciudad, también, porque los guías locales nos han enseñado que hay un puñado de leyendas escondidas entre nuestros edificios. Pero incluso que la Guadalajara del otro lado del charco albergue la más importante feria del libro del mundo, también rema a favor en la identificación de nuestra ciudad con las letras, si se sabe retomar un hermanamiento que siempre ha resultado demasiado pobre.

Tierra de poetas y viajeros, casa del último Nobel español y cuna del más importante dramaturgo de la segunda mitad del Siglo XX, ciudad récord en esto de encadenar relatos al calor de la hoguera y ciudad amiga de la infancia con Unicef, Guadalajara debería aprovechar el enorme potencial que ofrece su cultura, aunque no descuide competir como ciudad de congresos o revitalizar la economía con la nueva panacea del I+D. Esta ciudad que sale en el trivial por ser la única que tiene repetida cinco veces la misma vocal en su nombre bien podría aprovechar todas sus letras. Quien sabe si, de este modo, todos podamos ser más felices y comer perdices.

3 comentarios en “Guadalajara, con todas sus letras

  1. Por cierto (y perdona por abusar de los comentarios). Sorprende que en una ciudad y una provincia con tanto cuento haya tan poca crítica (por no decir casi nula) en los medios. Ojalá esto cambie y haya medios que asuman esta tarea como prioritaria. Vienen profesionales de toda España y de otros países, hacen sesiones extraordinarias y en prensa no queda, casi, más constancia que las notas de prensa publicadas algunos días antes.
    Ojalá esto cambie pronto.
    Un abrazo

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  2. Que bien narrado. Agradecerte el artículo, a Guadalajara le sienta bien el cuento literario, y creo que es de lo poco que le sienta bien.

    Pena que los cuentos no contagien a la gente seria que necesita estar alimentada de historias (sigan a Pep en Twitter por lo menos), y no critiquéis al trivial, es el único lugar donde al hablar de la ciudad de las «Aes» no se refieren como ciudad manchega…. madrileña….

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