Yo estoy con Moussa

Por David Gómez

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Moussa Sidibé, en su presentación con el Club Deportivo Guadalajara

Este servidor podría empezar hoy, como casi todas las semanas, hablando de la victoria de un gran Deportivo Guadalajara frente al Atlético Ibañés por 4-2. Podría hablar del regreso triunfal del equipo a la competición, de su gran imagen pese a que una ridícula capa de nieve estuvo a punto de aplazarlo todo, como el derbi de La Solana. Aunque allí el césped estaba mucho peor, todo hay que decirlo. Podría hablar de su magnífica posición en la tabla, de su consolidación en puestos de ‘play-off’. Podría hablar de la debacle del Dínamo Guadalajara femenino en su visita al Alhóndiga (3-0). Podría. Quizás debería. Pero no lo hará. Porque lo deportivo ha dejado de ser importante en Guadalajara. Una vez más, cuando las aguas parecían discurrir más tranquilas que nunca en estos últimos años, llegó la tormenta que agitó todo.

El viernes, a la 1:41 de la madrugada, el futbolista maliense Moussa Sidibé publicaba un comunicado en su cuenta de Twitter que sacudía los cimientos del Dépor. En una breve carta, tan dura como desgarradora, el ya ex jugador morado describía la crítica situación que estaba viviendo a causa de los impagos. Según Moussa, la última mensualidad cobrada correspondía a la del mes de octubre, sin contar tampoco las primas por partidos jugados. Pese a esto, ni el presidente Germán Retuerta ni el entrenador Alberto Parras se vieron dispuestos a otorgarle la carta de libertad, obligándolo a seguir entrenando. Ante tal situación, Moussa publicó una frase contundente: «Me siento esclavo, quizás muriendo de hambre puede que me dejen libre«.

Me siento un esclavo, quizás muriendo de hambre puede que me dejen libre – Moussa Sidibé

La tremenda dureza del comunicado de Moussa generó una enorme repercusión en las redes sociales. Rápidamente los medios nacionales se hicieron eco de la noticia y dieron voz a la dramática situación del maliense, lo que suscitó una marea de críticas contra el Club Deportivo Guadalajara y la familia Retuerta. Por la mañana, el jugador, que acudía al Pedro Escartín para entrenar, confirmó que había sido apartado del equipo por el club y que quedaba citado por la junta directiva a las 20:00 horas para solucionar su situación.

El comunicado íntegro de Moussa Sidibé

En la previa a la sesión de entrenamiento, el técnico Alberto Parras se mostró «sorprendidísimo e indignado» por el comportamiento de Moussa. El técnico pucelano consideró injustas y falsas las acusaciones del maliense, más aún después del «excelente trato» que le habían brindado tanto el club como sus compañeros durante este tiempo. Reveló que el jugador ya estuvo involucrado en un grave incidente por el cual se le abrió un expediente disciplinario. Pese a que no quiso sacar a la luz dicho suceso, sí reiteró que Moussa tenía cubiertas todas sus necesidades básicas y que un compañero suyo (Víctor Arribas), en similares circunstancias y cobrando la mitad, nunca se había quejado.

Con Parras como portavoz principal de la postura del club, los dirigentes de la institución seguían sin pronunciarse. Solo tras la reunión de cuatro horas en la que Moussa, con ayuda de representantes de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), consiguió liberarse de su relación contractual con el Club Deportivo Guadalajara, la entidad morada emitió un comunicado de seis puntos en el que resumía lo sucedido durante este período. En dicha publicación, el club confirmaba lo defendido por Parras. En su segundo punto, destacaba que tanto él como el propio Víctor Arribas se encontraban hospedados en la Residencia de Estudiantes Diputación de Guadalajara con pensión completa y una habitación con todos los gastos pagados. Debido a que la residencia permanecería cerrada hasta el 7 de enero y el jugador estaba citado para reaparecer el 2, el propio Dépor afirma que le facilitó la posibilidad de acceder a su habitación en la residencia o alojarse en un piso sufragado por la entidad.

Con todo ello, el comunicado pretende evidenciar que las palabras de Moussa se debían al interés del maliense por salir ante una oferta que tenía sobre la mesa, eludiendo el compromiso que había adquirido con el club previamente. Después de confirmar la salida del jugador del Dépor, el escrito concluye de forma contundente: «Por último, expresar que el Club antes o después siempre tiene que cumplir con los compromisos adquiridos con sus jugadores, tanto a nivel personal como Federativo, por lo tanto, entendemos que los jugadores tienen a su vez la obligación de cumplir con los compromisos adquiridos con el Club«.

Esta es, en resumidas cuentas, la cronología del caso que ha avergonzado a los aficionados del Club Deportivo Guadalajara y del fútbol español en general. Por un lado, la versión de Moussa, que refleja una realidad dramática pero no muy alejada de lo acontecido en los últimos tiempos en el Deportivo. Por el otro, la versión oficial del club, que desmiente y trata de retratar al futbolista. Entre medias, la ambigüedad de la plantilla que, silenciosa o silenciada, no hace más que añadir incertidumbre a la situación. Muchas han sido las muestras de apoyo que ha recibido el jugador durante este proceso. Otros, no muchos, apelaban a conocer la versión de la otra parte implicada antes de formular cualquier tipo de juicio de valor.

Maldita hemeroteca

Sin entrar a analizar la veracidad o la falsedad de parte de las acusaciones del futbolista, existe un hecho que ni el propio Alberto Parras pudo negar. Los impagos a la plantilla, una vez más, existen. Y pese a que el técnico vallisoletano confirmó que Moussa había cobrado una mensualidad a mediados de diciembre, no se atrevió a vaticinar si ese dinero correspondía a su nómina de dicho mes o a la del mes de octubre, como confesaba Moussa. Las deudas con los futbolistas retratan una de las afirmaciones formulada por Parras durante su entrevista a los micrófonos de Guadalajara Media: «En la vida hay derechos y obligaciones«. Dado que el contrato es un compromiso firmado entre dos partes -club y jugador- y la entidad no cumple con su obligación de abonarle en el plazo establecido sus nóminas mensuales, ¿en qué posición queda la institución para exigirle al jugador que cumpla sus compromisos adquiridos con el club?

Conviene resaltar esta cuestión porque, en los últimos años, Moussa no ha sido el único caso en el que el club se ha negado a conceder la carta de libertad a algunos de sus futbolistas aludiendo a los compromisos firmados en el contrato. Compromisos que, precisamente, la directiva no estaba cumpliendo, lo que forzaba a varios de los jugadores a renunciar al dinero que les debían para obtener la liberación. Nombres como Javi Robles o Álex Alonso así lo confirmaron el año pasado emitiendo sendos comunicados por las redes sociales. El Dépor, esa vez, calló ante la evidencia. Por entonces, Alberto Parras no pronunció su ya famosa frase: «En la vida hay derechos y obligaciones«. Maldita hemeroteca.

Parte del comunicado de Javi Robles el año pasado donde desvelaba su salida del Guadalajara

Decía el Deportivo en su comunicado que las palabras de Moussa estaban totalmente alejadas de la realidad que el jugador vivía en el club. Conviene repetirlo por si al lector todavía no le ha entrado el ataque de risa. Palabras totalmente alejadas de la realidad. No tanto si acudimos al baúl de los recuerdos y sacamos de él algunas de las declaraciones formuladas por aquel que dictó dicho comunicado. Quizás la realidad, esa de la que tanto se vanagloria el Club Deportivo Guadalajara, esté más cerca de palabras como estas:

«Vamos a invertir dos millones de euros en el Pedro Escartín antes de septiembre«.

«Antes de que finalice febrero podremos ponernos al día con los jugadores y puedo decir que en marzo tendremos la solvencia económica para pagar a la plantilla y para empezar a afrontar grandes proyectos en el Pedro Escartín. No vamos a dejar a nadie tirado. Hemos pasado dificultades económicas que se están acabando«.

«La situación económica del club es estupenda, tiene unos activos de casi seis millones de euros«.

«En el mes de septiembre, si todo se cumple, habrá en el Escartín 7.000 sillas cubiertas«.

«Conociendo el camino recorrido, creo que puedo llevar al Deportivo a la Primera División«.

Maldita hemeroteca, una vez más. El transcurso del tiempo y las mentiras del pasado han demostrado que la realidad en el Club Deportivo Guadalajara es mucho más cercana a los postulados de Moussa que a los delirios de Germán. Quizás algunos consideren que su carta gozaba de un carácter dramático excesivo, pero déjenme que les invite a preguntarse algo: si Moussa no hubiese escrito eso, ¿creen que hubiera obtenido su libertad? Saben de sobra la respuesta. Sea como fuere, el ‘huracán Moussa’ deja un gran damnificado. Y ese es, de nuevo, el Club Deportivo Guadalajara. No como la Sociedad Anónima Deportiva que hoy es, sino como el histórico club de fútbol con 71 años de historia que fue siempre. Una institución cuyo nombre ha vuelto a ser mancillado, humillado, avergonzado por las polémicas que envuelven a una familia más preocupada de salvar su imagen que la vida de una entidad que se muere a pasos agigantados.

Sin embargo, Germán Retuerta y su familia ya no tienen defensa. Después de años sin pagar a centenares de personas que pasaron por el club, desde jugadores del primer equipo a monitores de la cantera. Después de no devolver el dinero a los padres que realizaron la inscripción de sus hijos y que luego vieron cómo no salía equipo. Después de un descenso administrativo en el mejor momento de la historia del Dépor por irregularidades en el proceso de ampliación de capital. Después de dejar al club ante un inminente concurso de acreedores. Después de echar a patadas a la afición y a su mayor patrimonio, La Zorra Alkarreña. Después de todo eso, permítanme decirles algo: yo estoy con Moussa.

1 comentario en “Yo estoy con Moussa

  1. Un episodio más…al menos este ha sido público y conocido en toda España, aunque me temo que no va a servir para arreglar nada, solo para que se vaya un buen jugador y se acentúe la pérdida de honor del Dépor (si aún le queda algo).
    Aunque en este caso en particular, creo que el futbolista no es inocente del todo, eso sí, ha jugado bien sus cartas en los medios, sobre todo.
    No tenía equipo, vino a pedir prueba, se le hizo, se le fichó, se le dieron mejores condiciones que a muchos,tuvo minutos…y sabía de las condiciones del club…que si cobró octubre (solo se habría retrasado 2 meses)…tuvo otra oferta mejor y se dió el piro…dicen que su disciplina no era profesional, no sé, pero mártir o santo tampoco es.
    Eso no quita que la afición, ya vamos teniendo ganas de administrador judicial, de Retuerta fuera y de volver a ilusionarnos con el fútbol alcarreño. Ójala.

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