Por David Gómez

Carlos Terrazas, en su presentación como líder del proyecto del Hogar Alcarreño | Foto: SER Deportivos Guadalajara
Un nuevo terremoto ha vuelto a sacudir el fútbol de Guadalajara. Con la supervivencia del Club Deportivo Guadalajara todavía en el aire, el Hogar Alcarreño ha dado un golpe de efecto para erigirse como el referente del balompié arriacense. Este miércoles, el presidente Carlos Cuenca anunciaba la incorporación de Carlos Terrazas como manager general, entrenador del primer equipo y responsable de las categorías inferiores del club hasta la temporada 2024-2025. Un vínculo de seis temporadas en el que el técnico de Bilbao tendrá el control absoluto de toda la parcela deportiva de la entidad blanquiazul, con el objetivo de llevarla al fútbol profesional. Esas miras hacia la Segunda División han provocado también que el presidente propusiera la conversión del club en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) en la próxima Asamblea General Extraordinaria de Socios del 10 de junio.
El regreso de Terrazas a Guadalajara ha agitado los cimientos del fútbol provincial. La contratación del artífice del mejor Dépor de la Historia supone toda una declaración de intenciones por parte del Hogar, dispuesto a coger el testigo del Guadalajara en la capital. Cabe destacar que el Hogar Alcarreño sería uno de los candidatos a ocupar la plaza vacante del Deportivo en Tercera División en el caso de que se consumara la más que posible desaparición de este último. Así viene estipulado en el artículo 195 del Reglamento General de la RFEF, donde se da prioridad a los mejores clasificados en la Regional Preferente durante la última temporada. Sin embargo, las miras del Hogar van más allá de la Tercera. La directiva blanquiazul quiere emular lo conseguido por el cuadro deportivista en la campaña 2011-2012 y jugar en la Liga de Fútbol Profesional (LFP).
Para ello, desde el Hogar consideran que nadie mejor que Carlos Terrazas para conseguirlo. 43 años de experiencia avalan al vizcaíno, que ha pasado por los banquillos de Lezama, Gimnástica de Torrelavega, Burgos, Éibar, Jaén, Deportivo Guadalajara o Mirandés. La Ponferradina fue la última experiencia de Terrazas en los banquillos, abandonando las filas del conjunto leonés al final de la pasada campaña. Ahora, tras varios años en la categoría de plata, Terrazas vuelve al barro en la Preferente castellano-manchega para comandar un proyecto a largo plazo. El control total de la parcela deportiva y la duración de su contrato son las principales credenciales que le ha ofrecido el Hogar a Terrazas para embarcarse en este ilusionante objetivo.
Para lograrlo, Terrazas apuesta por la continuidad y la estabilidad. La meta de los blanquiazules a corto plazo pasa por ascender a Tercera División. Tras dos años rozando el ascenso, el nuevo técnico considera que la base de la plantilla es buena para subir de categoría. No se trata de un reto baladí, pues llegar a Tercera implica codearse con la élite del fútbol provincial. Sería un primer paso de los muchos que tiene que dar el Hogar para convertirse en profesional en poco más de un lustro.
El retorno del hijo pródigo a Guadalajara como líder de la competencia ha sentado como un jarro de agua fría a los aficionados del Club Deportivo Guadalajara. Con su apuesta por Terrazas, el Hogar Alcarreño aspira a atraer a toda la masa social descontenta con la histórica entidad morada. Algo que, por otra parte, ni es tarea fácil ni parece probable que ocurra. Mientras haya vida, el Dépor se mantendrá como equipo de referencia en la capital. No obstante, la situación sigue siendo dramática y el tiempo corre en contra los intereses morados. Y es que, a día de hoy, el acuerdo con los acreedores sigue siendo inviable. No falta el interés de numerosos inversores, pero la compleja coyuntura alrededor del Deportivo espanta cualquier iniciativa de poner dinero en la SAD.
Así pues, con la existencia del Dépor pendiendo de un hilo, el Hogar Alcarreño ya se ha posicionado para tomar su relevo. Hasta el último segundo, dar por muerto al Deportivo sería una imprudencia. Sin embargo, la inviabilidad de unos y la seriedad de otros invita a pensar que en el fútbol arriacense se va a producir un cambio de papeles en poco tiempo. El Hogar es la alternativa.